Como fue calculado y moldeado por la tradicional dirigencia del Partido Demócrata, el aspirante Joe Biden, exsegundo de Barack Obama en la Casa Blanca, logró finalmente su nominación para enfrentarse a Donald Trump en los comicios generales del penúltimo mes del presente año.
De hecho, desde abril pasado, este escalón se percibió como inevitable, luego de la renuncia a seguir en campaña de Bernie Sanders, el único de los oponentes demócratas que le estuvo haciendo sombra hasta el último momento.
El septuagenario Sanders, al igual que la sociedad norteamericana en su conjunto, se vio copado por el virulento estallido en el país de la pandemia de la COVID-19, que al parecer fue el tiro de gracia a su anhelo de batallar por la Oficina Oval, junto al hecho de que desde poco antes buena parte de los más prometedores aspirantes partidistas rindieran sus armas y favorecieran públicamente la campaña del exvicepresidente.
Precisamente, y según fuentes norteamericanas de prensa, Biden acaba de consolidar su triunfo con la realización este junio de las primarias en Guam, lo que le permitió sobrepasar la cifra de 1 991 delegados a la Convención Nacional que le darían respaldo a su candidatura.
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El aspirante también estuvo retirado por largas semanas de sus actividades proselitistas como consecuencia de la pandemia del nuevo coronavirus, y solo ahora ha comenzado a hacer parciales apariciones en público. Por su edad, se cuenta entre los segmentos poblacionales de mayor riesgo ante la COVID-19.
Al informar de este paso electoral, la cadena estadounidense CNN valoró que, según sus propias encuestas públicas, en abril último Biden sumaba 48 por ciento de preferencia del electorado nacional frente a un 43 por ciento de Trump.
No obstante, y siempre a partir de la misma fuente, luego del estallido de la pandemia con sus terribles secuelas sanitarias y sociales, el crecimiento en flecha del desempleo, las masivas protestas populares por el asesinato de George Floyd, y el evidente mal manejo por el presidente de tamaña crisis interna, los resultados de las consultas favorecen ahora a Biden con 51 por ciento de aceptación frente a un 41 por ciento del inquilino de la Oficina Oval.
Por su parte, la maquinaria demócrata no parece perder tiempo para intentar sacar ventaja. Por estos días personajes como el propio Barack Obama han dado impulso a la figura y posible gestión ejecutiva de Joe Biden haciendo referencia a que “ante el incremento del caos nacional la gente tiene la oportunidad de cambiar las cosas por métodos políticos en las próximas semanas”.
Por su parte, el candidato, en sus contadas presentaciones, ha insistido en que su campaña está dirigida “a todos los que fueron derribados, sofocados y abandonados”.
Precisó que “hoy muchos estadounidenses están sufriendo. Muchos se sienten abatidos por la crisis de salud pública y económica. Muchos se sienten excluidos y relegados por una sociedad que durante largo tiempo los ha percibido como menos que iguales y que sus vidas son menos que valiosas”.
En pocas palabras, se trata del inevitable y tradicional sesgo de disparar la retórica más efectiva y emotiva para seguir sumando adeptos ante la disparada paranoia reeleccionista de un presidente cuya torpeza, egocentrismo, ira y falta de tacto son sellos multiplicados por estas fechas.
Pero con todo, de seguro ni el más ilustrado de los adivinos podría aún decir que pasará finalmente en USA cuando despunte este noviembre.
Javier Hernández Fernández
29/6/20 21:58
Biden al gran podio definitorio hoy
Javier Hernández Fernández
9/6/20 16:34
Joe Biden,es la mejor opción hoy.
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