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viernes, 22 de noviembre de 2024

El SIDA: números y realidades

En Cuba sigue siendo una prioridad reducir los casos anuales y fortalecer la labor de prevención y educación en la población...

Lisandra Lázara Fariñas Acosta en Exclusivo 06/08/2014
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No podía ser de otra manera. En la llamada era del SIDA, la agenda de salud de las naciones no podía dejar de contemplar que reducir y detener la propagación del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida era esencial para el desarrollo.

A solo cuatro meses de cumplirse el plazo que los Estados acordaron para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los últimos datos recogidos por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) demuestran que la consecución del objetivo de acabar con la epidemia de sida está cada vez más cerca, a través de la eliminación de la transmisión de este virus y las muertes relacionadas con el mismo.

El documento, del año 2013, bajo el título de El SIDA en cifras, advierte que si bien los retos siguen siendo importantes, en la última década se han logrado avances significativos: Basta decir que desde el año 2001, por ejemplo, han descendido en un 33 % las nuevas infecciones por el VIH, alcanzando el 52 % en el caso de los niños.

En 2012, se dieron 2,3 millones de nuevas infecciones por el VIH, cifra que constituye la cantidad más baja de nuevas infecciones por año desde la segunda mitad de los años 90; entonces, se registraban aproximadamente 3,5 millones de nuevos casos al año.

Asimismo, las muertes relacionadas con esta enfermedad se han reducido en un 29 % desde el 2005 a la fecha, mientras que entre el 2002 y el 2012, el acceso a las terapias antirretrovirales se hizo 40 veces mayor.

Datos del estudio indican que la cantidad de personas que fallecen al año por causas relacionadas con el sida ha pasado de 2,3 millones en 2005 a 1,6 millones en 2012. Además, desde el 2004, el número de muertes relacionadas con la tuberculosis en personas que viven con el VIH ha descendido en un 36% a nivel mundial.

De acuerdo con el informe, “el mayor compromiso político, la realización de inversiones inteligentes, la creación de programas estratégicos y la disminución experimentada en los costes del tratamiento han dado lugar a que, a finales de 2012, 9,7 millones de personas tuvieran acceso a la terapia antirretrovírica en los países de ingresos medios y bajos. Los índices de mejora han aumentado exponencialmente en los últimos años. Tan solo en 2012, 1,6 millones de personas accedieron por primera vez al tratamiento”.

Ello, plantea el documento, tiene mucho que ver con el inicio de un tratamiento temprano, ya que está demostrado que ayuda considerablemente a salvar vidas. “Está probado científicamente que si las mujeres embarazadas que viven con el VIH tienen acceso a medicamentos antirretrovíricos, el riesgo de transmitir el virus a sus niños se puede reducir hasta un porcentaje inferior al 5%. De ahí que el acceso al tratamiento haya aumentado significativamente”.

En el año 2012 alrededor de un 62% de las mujeres embarazadas que vivían con el VIH tuvieron acceso a medicamentos antirretrovíricos y, en numerosos países, el índice de cobertura fue superior al 80%.

Con respecto a los grupos de edades, según el documento de ONUSIDA, se calcula que, de las 35,3 millones de personas que viven con el VIH en el mundo; al menos 3,6 millones de las mismas tienen 50 años o una edad superior. La mayoría se encuentran en países de ingresos medios y bajos, donde el porcentaje de adultos que viven con el VIH y tienen al menos 50 años es superior al 10%. En los países de ingresos altos, cerca de un tercio de los adultos que viven con el VIH tienen 50 años o más.

Según esta organización de Naciones Unidas, el fortalecimiento del compromiso político ha dado lugar a un aumento de la inversión nacional e internacional para la respuesta al SIDA. No obstante, alerta el informe, si bien en 2012 se disponía de 18.900 millones de dólares estadounidenses para los programas sobre el VIH en los países de ingresos medios y bajos: lo cual supone un aumento del 10% con respecto a 2011; para el año 2015 se necesitarán entre 22.000 y 24.000 millones de dólares al año para la respuesta al VIH.

Otras alertas de ONUSIDA apuntan al comportamiento sexual, factor de riesgo primero para contraer el virus. “Existen indicios de que el comportamiento sexual de riesgo ha aumentado en varios países. Los últimos datos recogidos indican que se ha experimentado un aumento significativo en el número de parejas sexuales en algunos países (Burkina Faso, Congo, Costa de Marfil, Etiopía, Gabón, Guyana, Rwanda, Sudáfrica, Uganda, República Unida de Tanzanía y Zimbabwe), así como un descenso en el uso de preservativos (en Costa de Marfil, Níger, Senegal y Uganda)”

Entre los retos que continúan obstaculizando la eficacia de los esfuerzos realizados en pro de una prevención del VIH entre los adolescentes y los jóvenes— de acuerdo con el informe—se incluyen la falta de acceso a servicios de salud y educación sexual y reproductiva adecuados, de alta calidad, con información acerca del VIH y adaptados para los jóvenes; y la violencia sexual contra las jóvenes y las niñas.

La necesidad de que las personas conozcan su identidad serológica es uno de los llamados en los que insiste el documento, pues se estima que a nivel mundial tan solo cerca de la mitad de las personas que viven con el VIH lo saben.

Asimismo insiste en el indicador adherencia al tratamiento y seguimiento del mismo. Según los datos recogidos en 18 países, el índice de seguimiento registrado en atención relacionada con el VIH disminuye con el tiempo; dicho índice alcanza un 86% cuando se trata de 12 meses y un 72% en periodos de 60 meses.

Otra de las problemáticas planteadas en el documento, tiene que ver con el aumento de nuevas infecciones en hombres que tienen sexo con otros hombres. “Si bien la incidencia de la infección por el VIH está disminuyendo en la mayoría de las regiones del mundo, la incidencia en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres está aumentando en algunos lugares; en Asia, por ejemplo, esta modalidad de transmisión es una de las causas principales de la epidemia del VIH en varios países. Se calcula que, a escala mundial, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres tienen una probabilidad 13 veces mayor de vivir con el VIH que la población en general”, apunta el documento.

Se mantiene como un obstáculo para alcanzar la meta del 2015 y necesariamente de la agenda post desarrollo, la falta de compromiso político para reducir la transmisión del virus en usuarios de drogas inyectables, los cuales representan entre un 5 y 10 % de todas las personas que viven con VIH.

De igual modo se plantea el factor violencia de género que constituye un fenómeno mundial y una grave violación de los derechos humanos; la cual aumenta el riesgo de infección por VIH. La violencia de género aumenta el riesgo de infección por el VIH. “Dos estudios recientes sobre mujeres en Uganda (de entre 15 y 49 años) y Sudáfrica (de entre 15 y 26 años) concluyen que las mujeres que han sufrido casos de violencia por parte de sus parejas íntimas tienen un 50% más de probabilidades de contraer la infección por el VIH que aquellas que no han pasado por dicha situación”, ejemplifica el informe.

“Las mujeres de grupos de población claves, tales como las usuarias de drogas inyectables, las profesionales del sexo y las transexuales suelen vivir más situaciones de violencia. Diversos estudios llevados a cabo en diferentes países han identificado una alta prevalencia de casos de violación, violencia física y otras formas de abuso entre los profesionales del sexo. Las mujeres que se encuentran en áreas afectadas por un conflicto también son más vulnerables a sufrir violencia sexual. Las mujeres transexuales, asimismo, suelen ser objeto de casos de violencia y abusos”.

Asimismo, la existencia de leyes punitivas que atañen a poblaciones clave expuestas a un mayor riesgo de infección por el VIH sigue siendo común en todo el mundo, y un freno para acabar con la epidemia. “En 2012, un 60% de los gobiernos nacionales indicaron que contaban con leyes, reglamentos o políticas que suponían un obstáculo para una prestación eficaz de los servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH para las poblaciones clave y los grupos más vulnerables”.

De acuerdo con el informe “uno de los estudios realizados indica que 76 países penalizan las relaciones entre personas del mismo género y que, en ciertos territorios, se permite la pena de muerte como condena ante dichas acciones. Existen 41 países, territorios y áreas que aplican todavía algún tipo de restricción con respecto a la entrada, estancia y residencia de personas en función de su estado serológico”; lo cual es un claro ejemplo de discriminación.

El Sida en Cuba

Según datos ofrecidos en el informe de OMUSIDA, en la región del Caribe, entre el 2001 y el 2012 la cantidad de nuevas infecciones por VIH disminuyó en más de la mitad, mientras que en América Latina fue un 11 % inferior. Las muertes asociadas a la enfermedad disminuyeron en un 52 % y 37 % respectivamente.

En el contexto de Cuba, estadísticas sanitarias oficiales sitúan en alrededor de 1 800 los casos de VIH reportados anualmente en el país; que con una población de algo más de 11 millones de habitantes mostraba al cierre de 2011 una prevalencia de la infección de 0,1% en las personas entre los 12 y 49 años de edad, indicador calificado por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre esta enfermedad como “excepcionalmente bajo”.

No obstante, sigue siendo una prioridad para la salud pública cubana lograr reducir el número de casos anuales y fortalecer la labor de prevención y educación en la población sobre el Sida y las enfermedades de transmisión sexual, a fin de aumentar la percepción o conciencia de riesgo, sobre todo en los más jóvenes.

De acuerdo con la Encuesta Nacional a personas con VIH/ Sida del 2011 – realizada por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo y la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) – que agrupó una muestra de 6 238 personas con VIH de 12 años y más residentes en el país, la enfermedad se concentra mayormente en el sexo masculino, que representa un 80,6%, frente al 19,4% que constituyen las mujeres. Igualmente, el grupo más afectado es el de los hombres que tienen sexo con otros hombres.

Cuba cuenta con un programa nacional para el enfrentamiento a esta enfermedad y cumple con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de iniciar el tratamiento cada vez más temprano, con el objetivo de disminuir la transmisión y lograr una mayor esperanza y calidad de vida.

El país produce y garantiza el 75% de los fármacos para el tratamiento y tiene acceso a medicamentos avanzados.


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Lisandra Lázara Fariñas Acosta

Se han publicado 1 comentarios


Raul Ortega veloso
 7/12/15 10:07

soy estudiante de medicina y quiero saber cuantos infectados con VIH-sida hay en cuba lo necesito para un trabajo que estoy haciendo y de ser posible la cifra por separado de hombres y mujeres

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