Voy a escribir otra vez, por supuesto, de un deporte tan antiguo como las luchas. Y me vino a la mente un recuerdo del béisbol. Los narradores suelen tratar de no mencionar cuando un lanzador se encuentra protagonizando, ya en las postrimerías, un juego de no hit no run. Quizás haya también un toque de superstición en todo ello. Pero sería algo normal. Gabriel García Márquez lo dijo: “No conozco a nadie en el Caribe que no sea supersticioso”.
¿A qué viene este primer párrafo? Lo explicamos ya. Cuando terminó la primera jornada del estilo grecorromano, en el campeonato panamericano, en Acapulco, México, los cubanos ganaron una medalla de oro (Oscar Pino/división de los 130 kilogramos) y una de plata (Juan Luis Conde, 97 kg), ambas ya reflejadas aquí en la primera revista digital de nuestro país.
Nos quedaban dos últimas balas para la segunda y última jornada en esa modalidad: Yosvanys Peña (77) y Daniel Grégorich (87). Y si ambos ganaban, algo siempre complicado, se igualaba el desempeño de nuestra última participación en un certamen de este tipo, el de Ottawa 2020: tres medallas de oro y una de plata.
Y sabíamos que ahora todo era más difícil para los nuestros que aquella vez en suelo canadiense: ¡no sé si yo hubiera hablado de esa posibilidad victoriosa en una imaginaria narración!
Lo cierto es que para igualar aquel desempeño fueron invencibles Yosvany Peña y Daniel Grégorich, sabiendo lo que significaban para la delegación, que estuvo 17 horas en el aeropuerto de Bogotá; al pisar suelo mexicano sufrió la deserción de una figura clave como Ismael Borrero (campeón olímpico en Río 2016 y dos veces mundial); por reparaciones en su sala de entrenamiento no pudo realizar la preparación adecuada…
- Consulte además: ¡Lucha a la vista!
Quiero ahora tratar de alejarme del chovinismo (y ya lo hice de la superstición): lo ocurrido con los cubanos de la grecorromana en Acapulco, a pesar de los pesares, se debe inscribir como otra de sus páginas valiosas.
Y tenemos a Mijaín López, con sus cuatro medallas de oro en Juegos Olímpicos, único luchador masculino en lograrlo.
O los triunfos en esta modalidad, en el acumulado de medallas por países, en los Juegos Olímpicos de Río 2016, y en los de Tokio 2020…
O… mucho más: pero volvamos al campeonato panamericano.
¿CÓMO FUE?
Peña tuvo que estrenarse ante uno de casa, algo que a veces vuelve más espinoso el camino. Pero empezó logrando victoria en cuartos de final por 3-0 ante Emmanuel Alexis Benítez Castro.
Y después en la semifinal le tocó un estadounidense: Ravaughn Richard Ravelle Perkins, a quien se impuso 4-1.
Llegó entonces la discusión de la medalla de oro. Y se podía pensar que al ser una final sería el combate más difícil. Pero fue en el que sacó una ventaja mayor: un 7-2 demoledor al guatemalteco David Elias Choc Huoc, quien así igualó su metal en Ciudad de Guatemala 2021. No encontramos mucho de veras reseñable del rival del cubano en sus datos reflejados en la muy buena página de la unión internacional de este deporte.
Grégorich se estrenó en cuartos de final sirviéndose con cuchara grande: superioridad de 9-0 con el brasileño Andre Luiz Ramos Pinto.
Y después de haberse dado cuerda fue contra el mexicano Alfonso Antonio Leyva Yepez, a quien le recetó un 3-1, en lo que a la larga resultó su combate más cerrado, aunque en definitiva sin complicaciones.
En la final le ocurrió algo parecido a lo de su compañero: sacó una superioridad de 9-0 al dominicano Johan Antonio Batista, quien ha competido acá en La Habana, donde fue campeón en el Granma del año 2016 (estilo greco) y quinto en el Cerro Pelado de 2019 (libre). El de ahora iguala el mejor resultado de Batista en campeonatos panamericanos, ya que conquistó plata en el de Lauro de Freitas 2017. Luego descendió, pues fue quinto en Lima 2018 y Buenos Aires 2019.
Nos quedan, por hoy, otros dos apuntes: Este Campeonato Panamericano se iba a disputar en Santiago de Chile (sede de los Juegos Panamericanos 2023), pero por el tema de la COVID-19 la sede no ofrecía amplias posibilidades de participación para todas las delegaciones, y una vez más México se convirtió en un salvador.
El otro es que cuando escribimos faltaban todavía dos jornadas, las de la libre femenina, y la de la masculina, con amplia participación de cubanos, en las que se espera, con muchísimas posibilidades, que siga sonando nuestro medallero.
Y no olvido que llevamos a muchas figuras jóvenes…
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