Hace poquitos días, aquí en la primera revista digital de nuestro país, les dimos un voto de confianza a los muy respetados judocas cubanos después de un par de patinazos.
- Consulte además: Todos los caminos… ¡ni en París ni en Taskent! (+Video)
Los cubanos, como se recuerda, habían tenido pálidos desempeños en los Grand Slam de París y de Taskent
Aquella vez escribimos:
“No muy lejos, en el almanaque de este tercer mes del año, que acaba de empezar, aparece otro Grand Slam, el de Tbilisi, marcado para realizarse del 22 al 24 marzo, poco antes del Gran Prix de Turquía, el que tendrá acción del 29 al 31 de marzo.
“Si entonces no aparecen las medallas (sobre todo en el Grand Prix de Austria)… ¡habrá que encender las alarmas!”.
Lo escribimos así sin dejar de señalar que a un Grand Prix habría que atribuirle menos exigencia que a un Grand Slam, pero no nos engañemos, y teniendo en cuenta el nivel cada vez mayor a nivel planetario de este deporte, ... ¡también son durísimos!
Y lo son más ahora que todos los judocas se encuentran “afilándose los dientes” a la espera de los cada vez más cercanos Juegos Olímpicos de París 2024 (del 26 de julio al 11 de agosto), el suceso más importante del deporte mundial cada cuatro años.
TRÍO PODEROSO
Nos parece que al menos en alguna medida funcionó aquel voto de confianza antes de disparar un poco más críticas, lo cual, no lo olvidemos nunca, es una de las funciones sociales del periodismo.
En el Grand Prix Upper Austria los judocas de Cuba alcanzaron una medalla de cada color: oro de Iván Silva (división de los 90 kilogramos), plata de Andy Granda (más de 100), y bronce de Idalys Ortiz (más de 78).
¿Hace falta que escribamos que ese nos parece nuestro trío de más posibilidades para sortear el camino espinoso hacia el podio en los Juegos Olímpicos de París 2024?
Sí, es verdad, hay otros quizás ya preparados para dar el gran salto de su vida, pero esos tres deben encontrarse en primera línea.
Y hace falta mucho impulso psicológico para llegar a París 2024: ¡primero hay que creérselo!
No se nos ha olvidado: esas tres preseas ubicaron a Cuba en el quinto lugar por naciones.
En la tabla de medallas se advierten datos interesantes. Uno es que Brasil, un gran rival para Cuba, por ejemplo, en Juegos Panamericanos, terminó en primer lugar, con tres de oro. Quiere decir que desplazó al segundo lugar a Japón (el país padre del judo y su indiscutible jerarca). Sí, tampoco lo olvidamos: ya sabemos que los del Sol Naciente juegan sus estrategias. Llegaron a subir al podio nada más representantes de 25 de los casi 80 países.
POCA RESISTENCIA
Vamos a organizar el texto según el valor de las medallas:
Cuando Iván Silva, 28 años de edad, de la provincia de Matanzas, entré a los colchones en París 2024 habrá que respetarlo por muchas cosas, entre ellas ser el medallista de plata en el Campeonato Mundial de Bakú 2018.
Pero… (siempre hay un pero) sus cinco victorias parecieron demasiado fáciles, quizás una noticia buena y una mala, incluida la última, ante el español Tristsni Mosakhlishvili.
¡Vaya nombre para un español! Claro es que nació en Georgia. Fue quinto en el Campeonato Mundial de Taskent 2022. Silva lo despachó en menos de dos minutos (definición de waza-ari-awasete-ippon).
Silva pasó del lugar 17 al 15 en el ranking olímpico.
UNA PIEDRA DURA
Andy Granda, ¡campeón mundial en Taskent 2002!, otro matancero, de 32 años de edad, logró tres victorias, dos de ellas con cierta facilidad, pues la resistencia mayor se la ofreció el alemán Losseni Kone, quien le exigió hasta tiempo extra, cuando venció por hansoku-make. Kone había ganado una de plata en el por equipos mixto de los Juegos Europeos de Cracovia 2023.
Y una vez instalado ya en el combate final Granda perdió con un súper laureado: el checo Lukas Krpalek, de 33 años, campeón de los Juegos Olímpicos de Río 2016 y de Tokio 2020, una piedra muy dura metida en su camino.
Granda subió del octavo lugar al quinto en el ranking olímpico.
SE DESQUITÓ
Idalys Ortiz, 34 años de edad, multimedallista olímpica y mundial, logró dos victorias antes de ceder en cuartos de final, en combate muy cerrado, decidido por un shido, ante una rival que conoce muy bien: la brasileña Beatriz Souza, quien después se dio cuerda y siguió indetenible hacia la medalla de oro.
Una curiosidad: también en cuartos de final Ortiz, oriunda de la provincia de Artemisa, había derrotado a Souza, en octubre, en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, y después lo repitió allí en el por equipos mixto. La venció también, en septiembre, en la final del Campeonato Panamericano, en Calgary, por citar sus enfrentamientos más recientes. ¡Qué no se desquite más en París!
Souza tiene dos medallas de bronce individuales en campeonatos mundiales, y dos por equipos mixto.
La cubana tuvo que lograr un éxito en el repechage contra la turca Hilal Öztürk, quien ha ganado tres de bronce en Grand Slam, una de ellas en 2022 y dos en 2023, así como una de oro en el Grand Prix de Odivelas (Portugal) 2024.
Ortiz se mantuvo en el escaño 25 del ranking olímpico, el último puesto que da clasificación directa.
SIN BOLA DE CRISTAL
Bueno, volviendo a los Juegos Olímpicos de París 2024: tampoco se nos olvidó recordar que los judocas de Cuba han ganado medallas en todos los celebrados desde los de Barcelona 1992.
Y la relación se ha ido alargando: Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016, Tokio 2020. Si tuviéramos una bola de cristal ya escribiríamos París 2024. Pero, seamos optimistas, hay grandes posibilidades.
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