Los teléfonos celulares y sus otros posibles peligros

Los conocidos como ésteres de organofosfato con frecuencia se usan como sustitutos de productos químicos ya prohibidos; pero cada vez hay más datos indicativos de cómo estos materiales de reemplazo también son dañinos.

Los ésteres de organofosfato han sido vinculados con determinados peligros para la salud de las personas, tales como: la disminución de la capacidad cognitiva en niños, cáncer papilar de tiroides en adultos, así como peores resultados de la fertilización in vitro.

QUÉ SON Y DÓNDE ESTÁN

Estos ésteres son compuestos ampliamente utilizados como retardantes de llama y plastificantes, con el fin de aumentar la durabilidad de determinados equipos. Se hallan en los teléfonos celulares y otros equipos portátiles; pueden asociarse de manera significativa a la cantidad de metabolitos de ésteres de organofosfato en la orina de las personas en contacto con estos equipos.

Se realizó una investigación en la Universidad de Toronto, en Ontario, Canadá,  publicado recientemente en la revista Environment International, en la cual se analizó en un grupo de mujeres la exposición a ésteres de organofosfato a través del aire y el polvo en el hogar y en dispositivos electrónicos.

En los resultados se halló que las mujeres estaban expuestas a varios ésteres de organofosfato, con una correlación significativa entre los compuestos encontrados en sus manos y la presencia de sus metabolitos en la orina.

No pudo precisarse con exactitud si los dispositivos electrónicos son la fuente de los productos químicos o un indicador de la exposición total de otras fuentes, o ambas, que es lo más probable.

Ya la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos aprobó una solicitud para prohibir el uso de ciertas sustancias químicas retardantes de llama, conocidas como dañinas, tanto en la electrónica como en otros productos.

Los ésteres de organofosfato detectados en dispositivos electrónicos, sus concentraciones en dispositivos de mano —como, por ejemplo, teléfonos celulares, teléfonos residenciales y tabletas— fueron más altas de manera estadísticamente significativa en relación con las detectadas en otros electrodomésticos, como pueden ser los televisores.

Los patrones existentes hasta ahora en la industria electrónica abarcan la seguridad térmica, eléctrica, óptica e incluso acústica de los productos por ella producidos, pero no determinan cómo se deben analizar los materiales empleados para sus equipos con el fin de identificar posibles impactos toxicológicos.

SOBRE TODO LOS NIÑOS

La exposición a químicos como los que se analizan en el estudio mencionado es de particular importancia en los niños, porque no solo es causa de la exposición acumulada en el curso de sus vidas, sino porque los niños son más vulnerables, debido a que sus sistemas orgánicos aún están en pleno desarrollo, por lo que hay que ser particularmente cuidadosos con respecto a la exposición de ellos a estos químicos tóxicos.

Por eso, los autores recomiendan que todos quienes manipulen teléfonos y dispositivos de mano lleven cuenta de la cantidad de tiempo que pasan utilizando sus equipos y, además, los limpien de vez en cuando. Lavarse las manos con la frecuencia debida por ahora es una buena idea, pero además, lavar el teléfono celular periódicamente también resultaría muy conveniente.

En general, muy pocas personas lavan sus teléfonos, sin tener en cuenta que esos útiles aparaticos captan señales de todas las cosas que las manos de sus usuarios han estado tocando y lo que está contenido en él. Y los niños utilizan dispositivos electrónicos a edades cada vez más precoces.

Los pequeños tienen mucho contacto directo, pues casi siempre se llevan las manitos a la boca, así que es vital ver qué pasa con los niños pequeños y los dispositivos electrónicos.

Los padres u otros familiares deben estar muy al tanto de estas cuestiones relacionadas con la salud de sus chicos y con los resultados de las investigaciones sucesivas dedicadas a estos y otros aspectos.