Budapest es historia. El XIX Campeonato Mundial de Atletismo terminó dejando una estela de acontecimientos y emociones.
Cuba recuperó en este mundial la senda del podio que había perdido en Oregón un año antes. Sumó tres preseas, una de plata y dos de bronce gracias a los concursos de Lázaro Martínez, Cristian Nápoles y Leyanis Pérez. Todas las medallas llegaron en el triple salto; la especialidad de la casa.
Con esta cosecha terminó en el puesto 22 del medallero, en un mundial ganado con solvencia por Estados Unidos que sumó 29 preseas, doce de ellas de oro.
A los medallistas de nuestra Isla se sumó el aporte del cuarto puesto de Luis Zayas en el salto de altura y el sexto de Liadagmis Povea (triple) en la tabla que premia con puntos las actuaciones de cada nación. Cuba acumuló 27 unidades y se ubicó en el 17mo. lugar.
APUNTES SOBRE CUBA
Al margen de tiempos y marcas lo remarcable es, sin dudas, el haber superado la actuación de Oregón con una delegación con menos experiencia, y por ende, menos oportunidades. De Eugene a Budapest, Cuba prescindió de varias figuras de élite como Yaimé Pérez, Denia Caballero y Maykel Massó, todos con condiciones de ser finalistas, todos con palmarés para llegar a los puestos de podio.
En el uno a uno de los cubanos que actuaron a orillas del Danubio, los triplistas se llevan los mayores puntajes. Y es que el equipo cubano puso a sus cuatro efectivos entre los ocho finalistas, ganó las tres preseas y todos estuvieron no solo en el entorno de sus mejores marcas de la temporada, sino que coquetearon con las mejores de sus vidas.
Destaca Cristian Nápoles, quien firmó la única marca personal entre todos los representantes de la Federación Cubana de Atletismo (FCA) que contendieron en Budapest. Si hasta hoy el triple había sido señalado por “no producir a la hora buena”, en esta ocasión hay que quitarse el somprero. Enhorabuena a Yoelbis Quesada, Ricardo Ponce y Juan Gualberto Nápoles; los preparadores.
Los saltos sostienen la nación. En el listado de lo destacado figura también Luis Zayas, autor de un cuarto puesto en el salto de altura, que es su mejor ubicación histórica en mundiales; había sido quinto en Doha, y sexto en Eugene. Sin mucho ruido, Luisito siempre cumple. Esta vez igualó su marca personal de 2.33m, dejando esa agradable sensación de que está listo para ir un poco más allá.
Alejandro Parada (longitud) y Silinda Morales (disco) superaron la ronda preliminar y saborearon el estar en una fase final de sus respectivas especialidades. Ambos brindaron actuaciones que están dentro de su zona de confort, y es una imagen que se agradece, no solo por la juventud que poseen, sino porque a los dos les ha tocado asumir antes de tiempo la responsabilidad de sostener un par de disciplinas con mucha historia en nuestra tierra.
El relevo 4x100m estuvo a su nivel. Igualó lo hecho en los Juegos Centroamericanos donde se llevaron el título con 43.17 segundos. Idéntica marca firmaron en Budapest y aunque no les alcanzó para estar en la final, quedó claro que, si se mantienen saludables, al hacer los ajustes pertinentes en la mecánica de los cambios, van a mejorar ese crono.
Esta generación de velocistas que lidera Yunisleidys de la Caridad García promete. Con el trabajo necesario y el fogueo oportuno, siento, que una final olímpica es un objetivo posible. Ya el tiempo nos dirá.
La pista quedó a deber. Más allá de la dificultad lógica de planificar para alcanzar tantos picos de rendimiento durante una temporada, las prestaciones del Centro Nacional de Atletismo fueron discretas, no se puede ver de otra forma. El relevo 4x400 estuvo lejos de ser lo que solía ser, y si bien es cierto que el evento se corrió durísimo, el pulso que pierden es contra sí mismas.
A nivel individual, la mayoría tenía responsabilidades para con sus pruebas, pero como grupo tenían la misión de mostrarse como las campeonas mundiales, y finalistas olímpicas que son, y eso no sucedió. Hay ajustes que realizar y es necesario ampliar la convocatoria, tener reserva, preparar variantes.
Lo bonito es que el deporte siempre ofrece oportunidades de redimirse, y muy pronto ellas correrán en los Juegos Panamericanos, una competencia que, para el alto rendimiento cubano, clasifica como fundamental.
En términos generales lo que vimos por Cuba satisface las expectativas. No se trata de estar conformes sino de observar con coherencia el panorama actual. El equipo de atletismo es joven, y aunque hay talento, desarrollarlo y luego curtirlo al calor de las batallas en la élite no es algo que se puede lograr con solo mover una pieza de lugar o chasquear un dedo. Hay un largo trecho que recorrer, y lo más importante es mantener el foco y no perder de vista las señales que muestran el camino óptimo.
EL MUNDIAL EN 10 PARLAMENTOS
King Lyles: Noah Lyles es el rey del mundial, y el hombre grande de la velocidad en estos tiempos. Ganó tres títulos en Budapest: 100, 200 y 4x100 metros. Lo hizo con autoridad y solvencia, aunque sus marcas no fueron ni por asomo las que vaticinó. Usain Bolt es un asunto pendiente.
Sha´Sha´Sha: Sha´carri Richadson ganó dos medallas de oro y una de bronce en este mundial. Fue la mejor en 100 metros, corriendo 10.65 segundos, que la llevan a compartir con Marion Jones y Shericka Jackson el quinto lugar en el histórico de las mujeres más rápidas del planeta. El crono es, además, un nuevo récord para estos campeonatos. Su empuje también fue determinante en la coronación de la posta corta estadounidense.
Los 41.03 segundos que realizaron también es lo mejor que se ha hecho en los 19 mundiales de atletismo que se han disputado. Gran debut para Richardson, que le sacó música a la pista en la capital húngara.
Bolsin T: Femke Bol no ganó tres títulos porque se cayó cuando faltaban unos cinco metros para la meta de la final del relevo 4x400 mixto. Se repuso e interpretó un solo, tal y como se esperaba, en los 400m con vallas. Pero su redención definitiva llegó en el relevo 4x400 para damas, donde recogió el batón en una quinta posición. Voló 48.79 segundos y cruzó la meta para coronar junto al resto de corredoras de su reino.
Hay gente que le ha hecho analogías con el sempiterno Usain, pero ni tanto. Ella no necesita la “T” en su apellido. Esta niña ha encontrado la forma de escribir su propia historia en tiempos donde se reescriben las pruebas que protagoniza.
Fe: Faith Kypyegon llegó con cartel de favorita a territorio húngaro y cumplió. Ganó los 1500 y los 5000 metros con autoridad. Resistió los embates de Sifan Hassan y compañía, sin perder un ápice del control que ejercía sobre la carrera en cada una de sus presentaciones. Lo hizo bien, para aupar a Kenya, para ratificar que el haber quebrado los récords del mundo para los 1500 metros, la milla y los 5000 metros, era el anuncio de que iba a por todas, tal y como sucedió.
Faith al español se traduce como fe. Y eso precisamente es lo que no debemos perder. Si la familia del atletismo mundial es verdaderamente justa, Kypyegon debería ser la mejor atleta del año.
España marcha: España fue tercero en el medallero del mundial. Cuatro títulos provenientes de la marcha fueron determinantes en la ubicación de la nación ibérica en una posición histórica. María Pérez y Álvaro Marín, cada uno por partida doble, son los héroes de esa actuación. España marca; nunca mejor dicho.
Extraterrestres: Hay gente ahí que dice que es de este mundo, pero hace mucho tiempo que se sospecha que han venido de otro planeta. Ryan Crouser con dos trombos en una pierna y deudas de entrenamiento se las arregla para ganar, con récord incluido, la impulsión de la bala. Yulimar Rojas se inventa un 15.08 en su último intento y gana el cuarto título de su carrera. Duplantis no sabe lo que es perder y tampoco lo que es saltar por debajo de los 6m. Lijiao Gong ya tiene ocho medallas mundiales en la impulsión de la bala, Karsten Walrhom corre como quien va sin obstáculos y Tentoglou siempre tiene un último recurso para ser campeón. Sencillamente fantástico.
El amor salva: El amor nos salva, y los eslovacos Cerny y Burzalova protagonizaron uno de esos momentos trascendentes a orillas del Danubio. Pasa que Dominik Cerny esperó que su novia Hanna Burzalova terminara la prueba de los 35 km marcha para proponerle matrimonio. Dominik terminó en la posición 19 de la prueba varonil, y Hanna en el puesto 28 entre las damas, pero se las agenciaron para dejar su impronta sobre la línea de meta en Budapest.
Rocket Pocket: Shelly – Ann Fraser Pryce llegó con catorce medallas mundiales a Budapest. La mujer en activo con mayor número de preseas y la tercera entre todos los máximos ganadores. Logró dos, una de bronce y una de plata, para subir su cota a 16, superando, a Bolt y quedando únicamente por detrás de Allyson Felix. Privilegio de verla competir y de estar entre las mejores del mundo. A sus 37 años, la jamaicana es una de esas leyendas incombustibles.
Las primeras veces: Las primeras medallas de oro compartidas en Campeonatos Mundiales de Atletismo llegaron con Katie Moon (EE. UU.) y Nina Kennedy (AUS) en salto con pértiga femenino.
Neeraj Chopra ganó la primera medalla de oro de la India, en jabalina masculina. Hugues Fabrice Zango ganó la primera medalla de oro para Burkina Faso en triple salto masculino e Ivana Vuleta ganó la primera medalla de oro de Serbia, en salto de longitud femenino.
Youhouu: La mascota, esa oveja racka que honra la tradición húngara, hizo y deshizo en el Centro Nacional de Atletismo y sus inmediaciones. Miles de fotos circulan en las redes y decenas de tomas en la TV eternizan el carisma de quienes se encargaron de darle vida a la figura identitaria de esta edición mundialista.
Y si alguien no se va a olvidar de ella es Antonicke Stratchan. La bahamesa esperaba en el sofá para saber si su tiempo alcanzaba para ir a la final de los 200m y Youhouu le pegó el susto de su vida. La imagen del espanto de la atleta ha dado la vuelta al mundo y ha arrancado millones de sonrisas.
EPÍLOGO
Alrededor de 2100 atletas en representación de 195 países (más el Equipo de Atletas Refugiados) han competido en la capital húngara. Setenta de esas naciones alcanzaron ubicar, al menos, un atleta entre los ocho primeros en las especialidades disputadas. Cuarenta y seis naciones alcanzaron al menos una medalla.
Se quebró un solo récord mundial absoluto, el del relevo mixto con Estados Unidos marcando 3:08.80 minutos. Otros seis récords de la competencia se optimizaron: Ryan Crouser (23.51m/ impulsión de la bala), Daniel Ståhl (71.46/ disco), Sha'Carri Richardson (10.65 segundos / 100m), Shericka Jackson (21.41 / 200m), María Pérez (2:38:40 horas / Marcha 20km) y el relevo femenino de 4×100 de Estados Unidos que estampó 41.03 segundos en la final.
El jamaicano Roshawn Clarke fue noticia al registrar 47.34 segundos en las semifinales de los 400m con vallas; nuevo récord mundial sub20 para esta modalidad.
La estadística oficial de la World Athletic da cuenta de que se lograron además once registros de área y 73 récords nacionales.
Los sucesos de Budapest fueron vistos por más de 400 mil espectadores de 120 países. La web de la World Athetics colapsó, registrando más de 28.5 billones de vistas. Un suceso sin precedentes.
La próxima cita será en Tokio, y está señalada para los días del 13 al 21 de septiembre de 2025.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.