Artemisa, el eléctrico; Matanzas la fuerza

Artemisa y Matanzas están a un triunfo de ganar las series semifinales de la liga cubana de béisbol. Si concretan el resultado estarían confirmándose los pronósticos de Cubahora, pero hasta el último out nada está definido. Y menos en la pelota cubana.

Los Cocodrilos ganaron cómodamente en sus predios los dos partidos iniciales, con desborde ofensivo incluido, pero sus propios errores defensivos, ingenuos algunos, propiciaron un empate en el match con Las Tunas.

La selección de los Leñadores, campeones de la pasada serie nacional, no tendrá igual fortaleza en el ataque, pero sabe jugar bajo presión, y más que eso, ganar en esas circunstancias.

Sin embargo, apenas los matanceros volvieron a blandir con fiereza los maderos en el quinto choque, consiguieron un triunfo que tranquilizó a sus parciales.

Fueron cinco jonrones en ese desafío, además de cuatro dobletes; en suma nueve extrabases de 14 jits. Con esa contundencia los Cocodrilos doblaron en el marcador a sus oponentes (10-5), aunque estos desperdiciaron oportunidades con carreras sin sentido para la goma que concluyeron en outs.

El trabuco, como llaman a los matanceros, ya van por 11 palos de vuelta entera en la semifinal. Cuatro de Yordanis Samón, tres de Yurisbel Gracial, dos de Rusney Castillo y uno de José Amaury Noroña y Erisbel Arrubarrena.

No pocas veces en series nacionales los Cocodrilos han llevado series de playoff 3-2 para su feudo y no han podido rematar. Lo saben ellos y también los tuneros, que seguramente van dispuestos a quemar las naves desde el arranque del choque sabatino.

Demostrado está que cuando la ofensiva del plantel de Armando Ferrer se suelta no hay forma de detener su empuje.

La clave de Las Tunas pasa por ahí: mantener dormida la fiera y robarle la iniciativa, pero que el bullpen también haga lo suyo, o los dejan tendidos en la parte de atrás de los partidos.

Yadián Martínez, el lanzador de los Leñadores en el sexto duelo, sabe lo que es domar Cocodrilos. Los tuvo mansitos durante cinco entradas, pero apenas estos se rebelaron no creyeron en él ni en cuanto relevista vino después.

Ferrer no quiere complicaciones y sabe que lo mejor es evitar un veleidoso séptimo partido. Ahí afloran demasiados fantasmas, y más en el estadio Victoria de Girón, donde los dioses del béisbol han conspirado tanto con los equipos visitantes.

Otra es la historia entre Artemisa e Industriales. Los Cazadores pusieron rápido el pareo 3-0. Nadie, hasta ahora, ha perdido una serie con esa ventaja, pero por una vez se empieza dicen los seguidores Azules.

Al menos, los Leones se quitaron la blanqueada de encima. Ganaron el cuarto choque y tratarán ahora de seguir la remontada, juego a juego, no tienen de otra.

Saben que no deben llegar al octavo inning debajo en el marcador, porque en esas circunstancias es hora de Papá Moinelo, y a ese zurdito (de tamaño, no de calidad) la pelota le camina como a nadie en el béisbol de la isla.

Ya par de veces ha sucedido y en una de ellas hasta tuvieron que jugar al suicidio con la esperanza de que el matador cometiera algún error, pero no sucedió.

Jonathan Carbó ejecutó una apertura de calidad en el choque que ganaron los Leones este jueves. Antes, Raymond Figuredo también registró buena salida, y son armas disponibles si Pavel Hernández logra seguir extendiendo la semifinal. La otra pieza es el líder en juegos ganados de la liga Reemberto Barreto.

Lo que más necesita Guillermo Carmona es que su ofensiva produzca carreras, como en el más reciente duelo, apenas siete jits, pero igual cantidad de vueltas. El día antes también ligó siete inatrapables, pero solo consiguió una anotación.

Artemisa luce más compacto, los nervios son manejados por un trío de bateadores con sobrada experiencia en playoff: Frederich Cepeda, Raúl González y Dennis Laza. Ellos solos enredan a cualquier rival.

Esta es una liga de picheo y ofensiva, la defensa saca notas de suspenso casi siempre, aunque en el último choque del Latino se jugó impecablemente al campo. Raro, pero cierto.

¿Podrán Cocodrilos y Cazadores rematar a sus oponentes? Yo me inclino por la respuesta afirmativa. Mas, nada es ajeno al béisbol, y en Cuba resulta más impredecible aún.