Si alguien salió bien de los dos primeros juegos de la final de la liga invernal del béisbol cubano fue Artemisa. Para cualquier equipo dividir como visitador resulta un resultado ideal. Pero si hablamos de uno que jamás ha jugado una final y tiene por rival al más completo, el mérito es doble.
Los Cazadores, además, dejaron mejores sensaciones en el arranque de la final del torneo. Me incluyo entre quienes consideran que pudieron ganar el primer partido también y que fueron desaciertos tácticos los que más influyeron en su derrota por 5-6 ante Matanzas.
En la jornada siguiente, sin presión, emparejaron la serie con buena apertura de Raymond Figueredo y dilatado, pero salvador cierre de Liván Moinelo, quien realizó 54 picheos, cifra por encima de lo que habitualmente lanza en sus funciones de preparador o taponero.
Los Cazadores dominaron por 6-3 el segundo choque con Raúl González y Andy Cosme empujando dos carreras cada uno, mientras el picheo solo tuvo un inning complicado, justo el sexto cuando un batazo de Eduardo Blanco golpeó a Figueredo y lo sacó del montículo.
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Tubey de Ariel Sánchez e imparable de Yordanis Samón ante Osdanys Rodríguez impulsaron tres vueltas y levantaron las expectativas para el último tercio del juego.
Solo que ese tramo lo cubrió completo Moinelo, una actuación que no previó nadie y con ese talismán sobre el box las opciones de los Cazadores se redujeron, literalmente, a nada.
El zurdo pinareño colgó tres escones con cinco ponches, pese a que entregó tres boletos y golpeó a un rival, pero nadie en la musculosa tanda matancera pudo ligarle de jit.
Fue un exceso de picheos, pero probablemente sea su último trabajo en la postemporada, pues tiene pasaje para los próximos días rumbo a Japón. Me sentí bien y además aún no sé la función que tendré en la liga profesional de aquel país, si abridor o relevista, por eso me estoy preparando para ambas responsabilidades, comentó uno de los ases del bullpen de Halcones de SoftBank en el circuito del Pacífico de la segunda liga más fuerte del mundo.
Si vamos al comportamiento entre las dos rayas de cal, el plantel de Matanzas no solo se vio disminuido al ataque, sino que su picheo tampoco lució hermético, ni siquiera el abridor del martes, Yoannis Yera.
En la victoria ligaron una decena de incogibles, pero dos de ellos fueron la especialidad de la casa: palos de vuelta entera de Yurisbel Gracial su quinto de la postemporada y el 13 en la liga, y el décimo en el campeonato de José Amaury Noroña, este último para sentenciar el marcador.
Sin embargo, 24 horas después, se contrajo a la mitad la producción ofensiva de los dirigidos por Armando Ferrer, y ninguno de los batazos se voló las cercas.
Solo Ariel Sánchez sacudió doblete que resultó su imparable 1997 de por vida, único extrabase en la noche de miércoles de los fieros Cocodrilos.
Ferrer reconoció que la baja al ataque condenó a sus muchachos a caer, máxime si tuvieron enfrente a lanzadores de calidad como Figueredo y Moinelo.
Además, aclaró que no puede haber exceso de confianza, pues los Cazadores cuentan con muy buenos bateadores también y mencionó al quinteto de mayor responsabilidad en el lineup: Luis González, Dayán García, Frederich Cepeda, Dennis Laza y Raúl González, del segundo al sexto bates por ese orden.
Del primer juego aún se habla del coach de tercera base cuando aguantó a un corredor, potencialmente quieto, y mandó al suicidio a otro corredor, potencialmente out. Fueron esas las decisiones que, a juicio de este redactor, determinaron la suerte del desafío.
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Ferrer fiel a su filosofía de juego a juego, adelantó al matador Armando Dueñas, quien pasó un susto "congelapechos"a la hora de recoger los bates. Había dos outs y las bases limpias, pero Luis González sacudió incogible, Dayán tomó boleto y Cepeda hizo swing al primer picheo, una recta al justo medio, pero al batazo le faltó muy poco para voltear la pizarra.
Así terminó el primer partido, dejando en la visita la sensación de que en su debut podían plantarse fuertes ante los favoritos de la competencia.
Y así empezaron al día siguiente, con la misma convicción en desafiar a un adversario de semejante linaje y a una afición que colmó el parque Victoria de Girón para aplaudir a sus Cocodrilos.
Los dos primeros choques dejaron, entre sus mejores notas, que Cepeda empujó par de vueltas y quedó solo en el segundo puesto del ranking histórico con 1414, tras romper el abrazo con Antonio Pacheco y detrás de Orestes Kindelán (1511).
Igual Cepeda y Samón volvieron a empatarse en el liderazgo de tubeyes, ambos con 456, tras el primero largar uno el miércoles.
Entre viernes y domingo se juega en Artemisa. Por lo menos esos tres desafíos serán obligados y casi nadie, al menos los sensatos, hablan de barrida. El playoff debe decidirse en Matanzas, entre martes y miércoles de la próxima semana.
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