EE.UU. incita golpe de Estado contra gobierno de Nicaragua (I)

En su bien trazado plan de recolonizar América Latina, el gobierno de Estados Unidos incita ahora al derrumbe del gobierno progresista de Nicaragua, con métodos que reproducen sus hasta ahora inútiles esfuerzos contra la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Para tener un control absoluto de las naciones de Centroamérica, fuertes intereses económicos de por medio, Washington tiene en la mira la Revolución Sandinista y a su máximo líder, Daniel Ortega, quien en las ultimas elecciones presidenciales se alzó junto a su vice y esposa Rosario Murillo con más de un 60 % de los votos.
Con vista de águila, el símbolo imperial, el equipo del presidente republicano Donald Trump, y antes el demócrata Barack Obama, aprovechan cualquier incidente para crear un ambiente de desestabilización nacional, usando para ello a elementos de la delincuencia pagados por los partidos opositores de derecha, incapaces de hacerse del gobierno en las urnas.
Así lo hicieron en Venezuela en el 2014 y en el 2017, y ahora lo repiten en tierra nica a partir de la sugerida reforma gubernamental del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) propuesta por Ortega y su Ejecutivo, que buscaba —dijo el mandatario— aumentar los aportes de los trabajadores y empleadores a la seguridad social para favorecer a los que reciben menos dinero por ese concepto.
Si bien es cierto que hubo protestas pacíficas desde el pasado día 17, amparadas por la Carta Magna nicaragüense, cuando se anunciaron los eventuales cambios que no representan una desventaja para la clase obrera, se observó la presencia de jóvenes infiltrados que desataron una violencia desmedida con un saldo de más de 10 fallecidos y decenas de heridos.
Esos vándalos asaltaron mercados, salones de ventas de autos y motocicletas, robaron y quemaron edificaciones, instituciones de salud, por una supuesta protesta por la reforma, en actividades copiadas al calco de lo ocurrido en Caracas y varios Estados venezolanos contra el gobierno del presidente legitimo Nicolás Maduro de manera periódica antes de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el pasado año.
No es esta una situación aislada en la América Latina actual, en la que por diversas causas los gobiernos revolucionarios y progresistas fueron sustituidos por otros cuyos presidentes son hombres adinerados, alineados a Estados Unidos, de ideología derechista y favorables a la reinstauración del neoliberalismo, lo cual regocija al magnate que ocupa la Casa Blanca.
Unas 24 horas después de los anuncios hechos por Ortega, apareció en twitter la cuenta @sosinssnica, y la etiqueta #SOSINSS se posicionó en las redes promoviendo una supuesta acción ciudadana contra las reformas.
“Aclaramos que, a la fecha, no se ha avisado ni hora ni lugar de este plantón”. #SOSInss pic.twitter.com/Dw4pPIOqmB, #SOSINSS (@sosinssnica). El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) rechazó los anuncios oficiales porque generaban “incertidumbre y limitaban la creación de empleos por parte del sector privado”.
A partir de ese momento, a través de las redes sociales se convocó a plantones en distintos puntos de diferentes ciudades de Nicaragua, los cuales se transformaron en pocas horas en actos vandálicos que no se correspondían con el espíritu de una nación democrática. Los manifestantes utilizaron armas de fuego no convencionales contra las fuerzas de seguridad.
Esas armas son bien conocidas por el pueblo venezolano. Los cocteles molotov, tanques pequeños con combustible y piedras usadas contra instituciones, viviendas familiares, establecimientos comerciales y vehículos estatales y particulares.
La media privada nicaragüense y voceros de la extrema derecha, junto al sector empresarial vinculado a partidos opositores, difundieron una serie de rumores sobre el uso de armas químicas en el pacífico país centroamericano que presenta, bajo el actual gobierno, el índice de crecimiento sostenible más importante de Centroamérica.
Igual pretexto ya emplearon contra Siria y Venezuela, acusaciones que cayeron en el vacío por ser un burdo montaje de Washington, pero que atemorizaron a Europa y confundieron a países latinoamericanos.
Nada de lo que está ocurriendo contra el gobierno de Ortega es casual. Estados Unidos, que ha fracasado en ahogar a la Revolución Sandinista con sanciones económicas, como la llamada Iniciativa NICA-ACT Act (Nicaraguan Investment Conditionality Act of 2017), cuyo objetivo era oponerse a los préstamos que Nicaragua solicitara ante organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial y provocar su inanición financiera y posterior asfixia económica, en clara intromisión en los asuntos internos de un país soberano.
Nicaragua, abierta a la inversión extranjera mantiene relaciones económicas poderosas con China y Rusia, algo inadmisible para Trump y compañía, quienes esperaron el momento preciso para echarle aire al fuego semiapagado de la derecha nicaragüense derrotadas de manera consecutiva en las urnas.
A pesar de las turbulencias económicas globales, Nicaragua se destaca por mantener niveles de crecimiento superiores al promedio latinoamericano y caribeño.
Disciplinadas políticas macroeconómicas, combinadas con una expansión constante de las exportaciones y la inversión extranjera directa, contribuyen a que ese país afrontara de manera exitosa los vaivenes económicos resultantes de la crisis capitalista del 2008-2009, y de la subida de los precios y los alimentos.
En 2011 el crecimiento alcanzó un récord del 5.1 por ciento, con una desaceleración al 4.7 y 4.5 en 2016 y 2017, respectivamente. Para este año, el pronóstico se sitúa en 4.4 %, con lo que Nicaragua se coloca en el segundo lugar de crecimiento entre los países de Centroamérica, con perspectivas favorables para la inversión extranjera directa y el comercio, indicaron informaciones del Banco Central de Nicaragua.

UN MOMENTO DE ORO

Los estrategas norteamericanos vieron en las protestas pacificas —válidas y legítimas en un Estado democrático— un momento perfecto para continuar los planes previstos para el derrocamiento de Ortega y su gobierno, apoyado al interior por los apátridas de los partidos conservadores.
Tan cierto es que lo que comenzó con una manifestación sin mayores complejidades se convirtió en una petición pública de personas que pedían la renuncia presidencial.
La revocación de la Reforma 1317 por parte del Consejo Directivo del INSS, anunciada por el presidente Daniel Ortega el pasado día 23 y el posterior llamado a un urgente diálogo nacional, al que invitó a la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica, debe aflojar las tensiones en un país que sufrió una guerra fomentada por Estados Unidos que duró la década de los años 80 del pasado siglo con saldo de unos 50 000 muertos. De ahí que ese sufrido pueblo defienda la paz como principio.
El domingo 22, en su misa dominical en Roma, el Papa Francisco llamó a evitar un inútil derramamiento de sangre en Nicaragua, un país eminentemente católico.
En declaraciones este martes, la vicepresidenta Murillo declaró que “las familias nicaragüenses quieren paz, reconciliación y futuro” y aseguró que “La normalidad que empezamos a ver en todas partes, la disposición de los trabajadores de acudir a sus centros y la actividad económica en mercados es una señal que emiten los nicaragüenses de su voluntad de vivir tranquilos, trabajar y prosperar”.
Murillo agradeció los mensajes recibidos de distintos países, en los que se observa el interés por el diálogo para recuperar la paz y el cese a la violencia en la patria del revolucionario Augusto César Sandino.
En las alteraciones al orden público, dijo, murieron dos oficiales y fueron heridos 121 políticos, en tanto aseguró que se trabaja en el listado de quienes resultaron lesionados o victimizados, porque circulan, precisó, informaciones y hasta fotografías falsas”¨.
Según una nota de Prensa Latina, la población nica ha reaccionado ante los actos vandálicos. Según lo que esa agencia noticiosa reportó desde Managua, los barrios y centros de importancia son defendidos por el pueblo organizado en sus comunas y centros laborales para defenderse del vandalismo.
¡No al saqueo! ¡Sí a la paz! son las consignas que enarbolan la mayoría de los nicaragüenses frente a quienes pretenden crear el caos y la zozobra en el país alentados —según denuncias— por intereses políticos de la derecha
También el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se pronunció este jueves por resolver el diferendo en Nicaragua y exhortó al gobierno sandinista a proteger la vida de los civiles.