Liuba María Hevia arriba a 35 años de vida artística con los mismos sustos, las mismas preocupaciones e interrogantes de su adolescencia. “Una cosa es la edad del alma y otra la edad del rostro”, afirma quien se sigue sintiendo igual a aquella joven inquieta que un día egresó del movimiento de artistas aficionados para seguir siendo “aficionada mientras viva”.
Nadie como ella para entonarle a la niñez esos poemas convertidos en tonadas que llevan la firma de su desaparecida amiga Ada Elba Pérez, a quien define como una suerte de brújula en su carrera y leit motiv a la hora de realizar un loable trabajo comunitario a favor de la infancia.
“La música infantil siempre está de moda. Lo más importante de todo lo que hago es el trabajo dedicado a los niños”, advierte quien fuera profesora de terapia musical en una escuela para niños con discapacidades intelectuales.
Señala que es muy tímida y que todavía se asusta cuando tiene que enfrentarse a un gran escenario. Confiesa que no deja de luchar cada día contra la marea, porque la trova, la música de concierto, la música coral, en fin, la canción inteligente, atraviesa momentos muy difíciles, no solo en su Cuba querida, sino también en otras latitudes que ha podido visitar.
Tiene muchos sueños por materializar, quien califica a Teresita Fernández como “la poesía viviente de la tierra”. Uno de esos sueños se hará realidad en el mes de julio cuando, por vez primera, se presente en concierto acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional. Ese recital se repetirá, posteriormente, en otras provincias junto a las sinfónicas de Camagüey, Holguín, Santiago de Cuba y Matanzas.
Un poco antes, en el mes de mayo, participará en el Evento Internacional de Cantautoras, organizado por la Casa de las Américas. En el mes de noviembre le cantará a la capital cubana desde el Teatro Martí. La Habana siempre está presente en sus canciones, en sus crónicas.
Luego de cuatro años de intenso trabajo vio la luz el fonograma Vidas paralelas, que contó con la producción de Arnulfo Guerra, Pedro Enrique Peña y la propia Liuba. Es un regalo que se hizo la cantautora, quien tiene muchos motivos para celebrar la vida.
Bajo el sello BisMusic fueron licenciados los cuatro discos y 17 tracks que conforman esta obra musical, concebida como una pequeña representación de los cantautores escuchada en la intimidad de su hogar.
Vidas paralelas es un disco de dúos, donde interpreta temas de su autoría y de los colegas invitados. Reunió en él las voces de artistas argentinos, brasileños, portugueses, colombianos, españoles, dominicanos, peruanos, portorriqueños, ecuatorianos, venezolanos y cubanos.
Fue una verdadera proeza productiva grabar en la distancia, en distintos estudios y a disímiles horas, pero con el corazón puesto en esta empresa, que fue posible gracias a la complicidad de todos.
Cada tema tiene una significación para Liuba: Puertas, a dúo con Silvio Rodríguez, una persona muy importante en su carrera; Ojos negros, con el amigo Kelvis Ochoa; Luna del 64, junto a Carlos Varela y Orden del día, con Frank Delgado.
Se erige en defensora de la canción trovadoresca para compartir tonadas con grandes intérpretes de todos los tiempos, como Omara Portuondo, Gema Corredera, Beatriz Márquez, Luna Manzanares, Ana Belén, Ivette Cepeda, Miriam Ramos, Anabell López y muchas más.
Un lugar muy especial ocupan en su corazón los amigos de República Dominicana: Maridalia Hernández, Víctor Víctor, José A. Rodríguez y Pavel Núñez. Esa nación es para Liuba casi su segunda patria, adora su cultura y a su gente. Allí tiene amigos y familiares y es fanática de Juan Luis Guerra.
Forma parte de la campaña promocional del disco un audiovisual. De gran belleza resulta el videoclip del tema Vidas paralelas que compartió con el trovador Pavel Núñez. Fue dirigido por Lester Brito y tuvo por escenario el parque Amelia, de La Florida, en Miami. Lester es el artista que la ha acompañado en muchas de sus travesías audiovisuales.
Ese videoclip resulta un homenaje a otros videos de la artista, quien ha conformado su amplio repertorio con guajiras, sones, habaneras, sin olvidar la trova. En cierta medida, recuerda aquellas imágenes rodadas por su hermano, Pepe Hevia, en el Jardín Botánico Nacional de Cuba.
Blanquita, Jardín Botánico Nacional
23/2/18 9:46
Liuba es maravillosa, la admiramos mucho. Y también recordamos los videoclips que grabó en el Jardín Botánico Nacional, especialmente hermosos.
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