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martes, 24 de diciembre de 2024

Hay maestros que te retan

A esos educadores apasionados por su vocación, aquellos que perseveran y se convierten en figuras paternas y maternas para sus alumnos...

Yamaili Almenarez González en Exclusivo 22/12/2024
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Hay profesores que se olvidan, otros permanecen en el alma, “evangelio vivo”, como una fiesta en la descarga de corazones.

Hay maestros que dejan una huella imborrable en nuestras vidas, ya sea por su rectitud, su vasta inteligencia, su pasión contagiosa o su cercanía con los estudiantes. Algunos son memorables por su fuerza y la precisión de su caligrafía en la pizarra. Pero hay otros que, más que todo eso, nos desafían a ser mejores.

El Día del Educador me devuelve, inevitablemente, a aquel aula pequeña, a esa pizarra gastada por el paso del tiempo y el roce de la tiza, a los rostros expectantes de mis compañeros de aula. No es solo nostalgia; es el recuerdo de esa pasión que la maestra Mayra le ponía a cada materia que impartía, es el recuerdo de esa docente que me marcó de por vida.

Ella fue la encargada de enseñarme a leer y a escribir, de animarme a recitar mis primeras poesías y hasta participar en obras de teatro. Es de esas que dejan el alma en el aula que sin temor se enfrentaba a diario a nuestras miradas curiosas y preguntas inquietas. Ser maestro no es solo enseñar; es formar, es inspirar, es guiar. Es ser parte de una cadena que conecta generaciones, que transmite el conocimiento y la esperanza a través del tiempo.

Durante un año me creía profesora, tuve la oportunidad de desempeñarme como profesora de Español y Literatura para alumnos de octavo y noveno grado, mientras cursaba mi tercer año de carrera. En ese tiempo, experimenté en carne propia el profundo respeto que se le debe a esta profesión. Recuerdo lo nerviosa que me sentía antes de cada clase; la responsabilidad que conllevaba educar, instruir y enseñar me abrumaba. Fue en ese periodo que comprendí, de manera contundente, que ser educador no es una tarea sencilla.

El 22 de diciembre nos trae a la memoria una campaña de alfabetización que recorrió lomas y madrugadas, un esfuerzo que marcó un hito en la historia de Cuba. Años después, celebramos y brindamos por esos educadores apasionados por su vocación, aquellos que perseveran y se convierten en figuras paternas y maternas para sus alumnos.

Los grandes maestros son tanto un producto de su vocación innata como del desarrollo que experimentan a lo largo de su carrera. Nacen con el deseo de enseñar y compartir su conocimiento con quienes buscan aprender de sus experiencias y sabiduría. Sin embargo, también se forman y evolucionan en el camino, perfeccionando su arte y enriqueciendo su labor educativa con cada paso que dan en las aulas y en la vida.

Hoy les agradezco a los más de 40 maestros que han enseñado cada cosa que sé, celebro a los culpables, en el buen sentido de la palabra, de que en unos meses yo sea una licenciada en Periodismo. Agradezco su confianza, su cercanía y sus enseñanzas oportunas.

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Yamaili Almenarez González

Podcaster, futura periodista, cubana apasionada


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