Aires musicales se respiran por estos días en la ciudad de Camagüey, en la región central de Cuba, pues confluyen en la semana de la cultura de esta ciudad todas las manifestaciones artísticas. De esta forma se conforma el cuadro de una urbe de distintivos rasgos y tiene un matiz especial, o podríamos decir un acorde, Sonido camagüeyano (los días 6, 7 y amanecer del 8 de febrero), que despierta la atención de todos los seguidores de la música cubana, ya sean nacionales o extranjeros.
En los primeros días de febrero quienes se encuentran de visita en la Isla o buscan un pretexto para conocer otras regiones del país más allá de la capital, o, sencillamente, los de la casa, tuvieron buenas razones para bailar con algunos de los más atrayentes ritmos cubanos para actualizarse sobre lo que está sucediendo con las orquestas nacionales.
Como es costumbre, Camagüey nos atrapa. Este evento, que en 2019 llega a su tercera edición y defiende la promoción de los espacios donde prime lo más autóctono de la música cubana, lejos de repetirse se reinventa y gana más seguidores. Este año, a las razones habituales se les suma la celebración de los 505 años de fundada de la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
UN DIÁLOGO CON LA NUEVA GENERACIÓN
En los últimos años nuevos proyectos artísticos han surgido a lo largo y ancho de la Isla. A pesar de que los estereotipos extranjeros se han arraigado ampliamente en la sociedad, sobre todo en la juventud, los profesionales cubanos están convencidos de que es en lo auténtico, en las raíces, donde se encuentran los verdaderos valores del arte, y que en la repetición no hay mérito alguno.
Sonido camagüeyano es una búsqueda de esa originalidad a través de lo identitario, un proyecto de Manolito Simonet, un artista que ha sabido cómo ganarse la preferencia del público con temas como No te bastó, Esto se pone caliente, No puedo parar, Y tú de qué vas, La noche...; un músico profesional desde los 15 años en un país musical; un autodidacta neto que se preocupa por la historia de su pueblo y por la formación de las nuevas generaciones.
Cuando en 2017 le preguntaron las razones para crear el Sonido… respondió: “Quería hacer algo con mi gente de Camagüey”. Y es que este, según sus declaraciones, ha sido el resultado de 25 años de trabajo con orquestas de su provincia natal, ya sea en la producción de discos o en giras internacionales.
En ese mismo encuentro admitió que fue complicidad con Isabel González Cárdenas, presidenta del Gobierno provincial; era la respuesta a una necesidad cultural. Camagüey estaba pidiendo un evento como este, y al ser aprobado por las instancias nacionales no solo se acogió con agrado, sino que se enriqueció y se le puso los matices de la región. Hoy el Sonido… es, indiscutiblemente, camagüeyano.
De ahí que el director del Trabuco tuvo entre los momentos más especiales del Sonido camagüeyano el encuentro, este 2019, con 130 estudiantes de las Escuelas de Artes del territorio, además de la posibilidad de interactuar con los artistas aficionados que, habitualmente, cuentan con un espacio dentro del programa de dos días en medio de la semana de la cultura.
De estos momentos siempre resultan muy buenas experiencias. Así pasó cuando en 2017, primera edición del Sonido…, el Casino campestre fue testigo de las destrezas de jóvenes talentos del Conservatorio de Música José White; se demostró en esa ocasión la vitalidad de la enseñanza artística en la provincia. Y en esta especie de celebración-aprendizaje se conjugó el valor de las nuevas generaciones con el virtuosismo de los maestros. Les regalo esta imagen: en la flauta, José Luis Cortés; al piano, Manolito Simonet, y el Tosco y Maykel Blanco frente al micrófono.
EL PLATO FUERTE
Como las anteriores ediciones del evento, el escenario se convierte en un taller de experimentación diverso y enriquecido, razón por la cual este día 6 fue pretexto para disfrutar en una misma noche del mano a mano entre Manolito Simonet y su Trabuco y la popular agrupación Cimafunk en el centro cultural Caribe.
Agasajo, festejo… un momento no solo altamente esperado por el público, sino también por los artistas es la noche de gala de Sonido camagüeyano, esta vez concebida para el día 7 de febrero y amanecer del 8. En el megaconcierto confluyeron ocho agrupaciones: cuatro del Centro Provincial de la Música (Maravilla de Florida, Ritmo Moderno, Rumbatá y Sabor Cubano) y cuatro del catálogo nacional: Manolito Simonet y su Trabuco, Cimafunk, Bamboleo y Habana de Primera.
Asimismo, este espacio resultó esencial para la tradicional presentación de un artista camagüeyano dentro del festival, como en el caso del reconocido bolerista Simón Roberto, que este año brinda al público en calidad de estreno uno de los sencillos de su primer disco.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.