Por: Ernesto Cuní
El verdor de las extensas sabanas a los laterales de la Autopista Nacional y los innumerables asentamientos poblacionales que separan a La Habana de Artemisa son devorados por el viejo ómnibus Girón que nos traslada.
La XXI Bienal Internacional de Humorismo Gráfico de San Antonio de los Baños, Cuba, 2019, iniciada el pasado 31 de marzo y que se extenderá hasta hoy 3 de abril, hoy me conduce plácidamente a este hermoso pueblo.
Es aquí donde se reúne el jurado que analizó las más de 1 400 obras de humor gráfico, de 500 autores de 55 países, recibidas por el comité organizador para seleccionar 299, de 209 autores de 43 países. Aunque Cuba es el país con más representación, ocho delegaciones extranjeras —Japón, Bélgica, Corea, Puerto Rico, México, Portugal, Rusia y El Salvador— compiten también por ese lauro.
Las categorías en concurso son: caricatura personal, fotografía, historieta, sátira política y humor general. Bajo el lema Humanos con derechos, fueron disímiles las miradas de los participantes en esta edición, sin dejar de ser, al mismo tiempo, unívocas y empáticas.
Es el público el jurado más importante y, además de juzgar y valorar, engrandece este encuentro. Lo pudimos comprobar a lo largo de la calle 41 —Calle Real— cuando cientos de personas de todas las edades desfilaron, en envolvente conga, junto a los creadores participantes. Engalanada con carteles de caricaturas y mensajes ecologistas estaba, en toda su extensión, la avenida. La gastronomía brindaba todo tipo de productos y los “fiñes” se divertían con las más diversas actividades diseñadas para ellos.
“Es una celebración muy buena, me encanta lo que sucede con las caricaturas y toda la fiesta que genera, la paso muy bien”, confesó Yamilé Gómez, vecina de San Antonio; “el entusiasmo es innegable, todo muy bonito, pero hay que organizarlo mejor, lo agradecemos y disfrutamos”, alegó la joven Daris Tomés Hernández. No obstante, pudimos apreciar que todas las instituciones culturales y administrativas vuelcan toda su energía en función de esta bienal que es ya una tradición local, a la vez que nacional.
Arrollando llegamos al Parque del Humor. Allí, como es tradición, se confeccionó un gran mural colectivo que plasma, desde la inspiración de los participantes, el eje temático del evento. Más de 20 artistas del pincel de varios países captaron medularmente la displicencia contemporánea respecto a la especie humana.
Cuestionar un mundo que subyuga al hombre a cambio de más dinero, y oligarquías que ensalzan su existencia y modo de vida obtuso, que deprecian su inteligencia y lo condenan a una miserable vida escindida de sus derechos fundamentales, es meta de estos artistas reunidos en la ciudad del humor gráfico.
MUSEO DEL HUMOR EN SU 40 ANIVERSARIO
Con la presencia del ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, dio comienzo la celebración de los 40 años de creado el Museo del Humor, único de su tipo en Cuba, que atesora valiosas colecciones, algunas exclusivas, del género, así como de importantes creadores cubanos y foráneos.
Un hermoso espectáculo, alegórico a los momentos y figuras fundacionales del humor gráfico —como los personajes del Loquito y el Bobo—, fueron escenificados por niños danzantes del movimiento aficionado del territorio, al son de la canción de Silvio. (google, llegué por San Ant.).
La directora del museo, Isel Chacón Díaz, leyó el acta inicial que dejaba inaugurado el museo el 17 de marzo de 1979, y así “crear y organizar una casa donde viva la risa”.
Este terruño es sede permanente de la Bienal Internacional del Humor en San Antonio “por ser la cuna de buenos humoristas, y porque los personajes más populares del humor político criollo nacieron aquí”, aclaró.
Entre los que propusieron el hecho en aquel entonces se encontraban René de la Nuez, Enrique Núñez Rodríguez y Pedro Chávez. Erik Puente y Homero Perdomo, dos participantes también de aquel histórico momento, fueron reconocidos. Jesús Ramos, el director que más bienales coordinó, también fue agasajado. Igualmente, a Bárbara Lucrecia González Viera, directora de la Dirección Municipal de Cultura de San Antonio de los Baños y a Jorge Legañoa, vicepresidente de la UPEC.
La UPEC entregó al Museo del Humor la distinción El Héroe, obra plástica inspirada en esa foto histórica de Fidel, pero con el rostro de Martí. Sonia Virgen Pérez, vicepresidenta del Consejo Nacional de Patrimonio, hizo entrega de un ramo de flores y un libro patrimonial a ese centro. La Dirección Provincial de Cultura de Artemisa también ofreció muestras de respeto por el museo con la entrega de un obsequio.
Por último, se inauguró la exposición Fallo inapelable, compuesta por obras de los integrantes del jurado: Soldatov Vladimir Ivanovich, de Rusia; Liza Donnelly, de Estados Unidos; Carlos Alfredo Ruiz Moisa (Ruz), El Salvador; Cécile Bertrand, Bélgica; Kosei Ono, Japón; y los cubanos Zenaida Manes Rodríguez y Alfredo Martirena Hernández.
En la muestra de las 299 obras finalistas, el personaje más aludido es también el más odiado del mundo actual: Donald Trumph, presidente de EE. UU., que hace época como uno de los más obtusos e irracionales de la historia del mundo, “es el más caricaturizado del momento”, dijo Legañoa.
La inauguración del XXI Salón Internacional de la Bienal contó con la actuación de la joven pianista Lorena Domínguez, estudiante de la Escuela Vocacional de Arte, y el proyecto infantil de coro La Dulce Quimera.
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