Imagina situaciones horribles: que tu familia te pelee todo el tiempo, que quedes en ridículo delante de la persona que te gusta, que te salga un grano espantoso justo en el medio de la cara, que te toque hablar en público y te quedes afónico… Ahora imagina que todas estas cosas te pasen un mismo día, y que tengas once años.
Así es el día del niño Alexander. De ahí que la película se llame Alexander y el día terrible, horrible, espantoso, horroroso. Es una adaptación al cine del cuento para niños escrito en 1972 por la escritora Judith Viorst. En su título original en inglés es Alexander and the Terrible, Horrible, No Good, Very Bad Day, y supone el primero de sus 4 libros -todos de títulos larguísimos- sobre Alexander y su familia.
La película, del año pasado, fue dirigida por el director puertorriqueño Miguel Arteta The Good Girl (2002), Convención en Cedar Rapids (2011), y en su reparto figuran Steve Carell, Jennifer Garner, Ed Oxenbould, Jennifer Coolidge, y Dick Van Dyke, entre otros.
En una familia numerosa y con personajes de todas las edades (lo que ayuda a que el espectador siempre tenga con quien identificarse) el niño Alexander es el único que no vive una existencia feliz. Cansado de ser el único que se queja de la vida, el día en que cumple doce años, Alexander pide un deseo: que en ese día, todos los integrantes de su familia experimenten su misma sensación de fracaso diaria. Una reacción infantil, pero que genera el punto de partida para disfrutar una serie de situaciones que resultan muy entretenidas.
Pero incluso en una comedia se puede tomar riesgos. De ahí que resienta el filme que Miguel Arteta decida no salirse en ningún momento de las instrucciones más básicas del manual.
No existe ninguna improvisación en Alexander y el día terrible, horrible, espantoso, horroroso. Más bien al contrario: todo resulta previsible en una trama que, como en muchas otras ocasiones, perfila sus mejores momentos en el trailer.
En esta cinta no hay sucesos inesperados… y por tanto, tampoco hilaridad. La risa, que según la paradigmática definición de Aristóteles, es provocada por la exageración o el absurdo, apenas se avista en esta comedia.
Las moralejas inocuas que defiende el filme -no existen días malos, todo depende de cómo lo mires; mira el vaso medio lleno siempre- son la base de una cinta sencilla, ligera y hábil, bastante llevadera dentro de su forzada torpeza cómica.
Y ocurre, más que en cualquier otro género, precisamente en este tipo de comedias ligeras que es Alexander…, una cinta donde incluso el peor de los días de cada personaje está asumido con una tan buena actitud, que resulta, además de poco probable, desconcertante.
Alexander… es una película simple, sin desnivelados cambios de ritmo. Una cinta que se ampara en la capacidad de Steve Carell como perito del humor y en la de Jennifer Garner como rostro simpático. Un título ocurrente, una hora y poco más de entretenimiento anodino. Que cada cual decida si eso le parece suficiente.
mari
11/9/15 13:07
asi es la vida en cuba, rolando. adaptate
rolando
8/9/15 10:51
No pueed ser mas horrible que los dias que pasa uno tratando de conseguir picadillo karmac y se pierde. de todas maneras parece una pelicula para desconectar eso siempre estra bien
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