Con el triunfo de enero de 1959, de la misma forma que se trazaron prospecciones estratégicas en distintos sectores como la educación, la salud, la cultura, y los deportes; la dirección de la Revolución cubana percibió tempranamente la importancia de las ciencias como factor de independencia nacional y, muestra de una visión clara de futuro.
Con la filosofía y la práctica del socialismo en la sociedad cubana en una etapa de franca revolución en el terreno de las biotecnologías modernas, se decide por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, enfrentar el reto de intentar producir un nuevo medicamento que se consideraba la esperanza principal para combatir el cáncer al principio de la década del 80.
El interés médico principal en este producto surgió por su potencial uso como antitumoral, para diferentes tipos de cáncer. Así apareciendo en la década de los 70 y principios de los 80 aparecen publicaciones en diferentes países, como los Estados Unidos, Francia, Suecia, la Unión Soviética, Finlandia y otros.
Mientras tanto, en Cuba había informaciones sobre el Interferón, pero no se había empleado en ningún estudio, ni tampoco había un esfuerzo establecido para lograr obtenerlo.
Según asegura el doctor Manuel Limonta-Vidal, en su artículo Historia exitosa de una visión de futuro: la biotecnologia médica en cuba, la intención expresa de Fidel era establecer una dinámica de trabajo que, además de lograr la obtención de ese nuevo medicamento, se convirtiera en un nuevo paradigma para otros grupos de investigaciones en Cuba en cuanto a intensidad y consagración al trabajo. “Así fue como asumimos el reto de producir Interferón en 1981”.
Finalmente, el análisis de conjunto de la aplicación del Interferón leucocitario durante ésta importante década del 80, muestra una cifra de estudios clínicos en Cuba, que abarcó más de 90 protocolos diferentes que fueron publicados y /o presentados en congresos científicos internacionales.
Esta etapa de trabajo cubano, fue decisiva para definir las aplicaciones del producto en muchas enfermedades diferentes y evaluar su real importancia medicamentosa.
La referida cifra refleja un nivel científico y un volumen de estudios nunca antes alcanzado por ningún país en desarrollo con un nuevo producto en estudio.
Tampoco en ningún otro país del primer mundo, donde se trabajaba con Interferón en esa etapa, se hizo -en proporción al número de habitantes-una aplicación para estudios clínicos del tamaño que alcanzó la aplicación en Cuba.
De manera que la contribución cubana al conocimiento mundial de las aplicaciones del Interferón, constituyen un hecho de gran trascendencia internacional, reconocido por los investigadores y los países de mayor desarrollo del Mundo en las aplicaciones de este producto.
Este prestigio alcanzado ha sido un factor muy positivo para el intercambio con instituciones del máximo nivel internacional, ha retroalimentado positivamente el trabajo científico y, también, ha permitido disponer de una documentación clínica amplia, registrar el producto en Cuba y otros países, establecer vínculos y relaciones comerciales desde una posición ventajosa, basada en una amplia casuística y resultados concretos, que nos ha propiciado la exportación del producto.
Manuela
24/4/20 20:12
El artículo periodístico muy apegado a la verdadera historia del interferon en Cuba. Felicidades
Gerardo abanzabalegi
21/4/20 11:49
Me alegro por cuba seguir adelante
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