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sábado, 18 de enero de 2025

Mamá, ¿somos ricos o pobres?

Intento responderle…

Yeilén Delgado Calvo
en Exclusivo 18/01/2025
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Que nos quepa tanta luz en el corazón, que no haya más camino que ser feliz. Getty Images
Que nos quepa tanta luz en el corazón, que no haya más camino que ser feliz. (Getty Images)

Hijita, ¿qué crees que sea la riqueza? ¿Tal vez comprar todos los juguetes que quieras? ¿O las galleticas? ¿Muchas ropas o zapatos?

Tienes casa, juguetes para jugar, comes todos los días, y no te falta el agua para tomar o bañarte. Usas ropa, abrigos, medias y zapatos. En tu mesita hay libros, colores y hojas. No tienes que trabajar y vas a la escuela para aprender. Eso, hija, es ser rica, porque hay en el mundo niños y niñas, muchísimos, que no tienen algunas de esas cosas, o ninguna.

Ser rica es tener una mamá y un papá que te cuidan y te aman, una familia grande llena de cariño, que se preocupa por ti; y amigas y amigos que son buenos contigo. Que puedas jugar con tus hermanos, y que salga el sol y haya lluvia.

La riqueza es no sentirse solo, tener a quien abrazar y con quien conversar, como hacemos tú y yo cada tarde. Hay riqueza cuando alguien te dice: “Me enorgulleces”; si ríes varias veces al día, y si estás sana y los que quieres, también.

La riqueza no es solo lo que puedes tocar, sino –sobre todo– lo que puedes sentir: como cuando te emocionas con la música, o bailas, o te dan cosquillas, o recitas poemas, o te gusta mucho un cuento o una película, y los quieres oír o ver una y otra vez.

La pobreza está en las palabras feas, en las mentiras, en no querer compartir y en las cejas arrugadas. También en los gritos, en no decir “gracias” ni “por favor”, o en reírse de los demás.

Nadie debe avergonzarse o estar triste por no poder comprar algo. Lo que hay es que luchar para que todos los niños y las niñas del mundo tengan lo que necesiten.

La riqueza, hija, la de verdad, está en cuidar lo que tenemos, y trabajar por lo que soñamos, para que sea especial cada objeto, y no otro más acumulado entre un montón. Está en tener ojos para lo bello y en que nos quepa tanta luz en el corazón, que no haya más camino que ser feliz.

Yo, por ejemplo, soy la persona más rica del mundo, hijita, desde que te supe en mí.


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Yeilén Delgado Calvo

Periodista, escritora, lectora. Madre de Amalia y Abel, convencida de que la crianza es un camino hermoso y áspero, todo a la vez.


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