miércoles, 11 de septiembre de 2024

Privacidad enredada y perdida

Personas prudentes y cautelosas en las relaciones presenciales, pueden ser todo lo contrario en el ciberespacio...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 16/08/2024
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Privacidad
Hay quienes estando como desnudos en una plaza pública, no sienten que pierden privacidad. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Únicamente no revelaremos la identidad de los protagonistas, pero todo lo demás lo contamos tal y como ocurrió en dos ocasiones, una a principios del año 2 000 y otra recientemente.

Hace ya 24 años, la penetración de Internet era mucho menor, pero había instituciones donde existían salas de navegación con computadoras conectadas a la red, donde había que hacer cola a la espera de que se desocupara alguna.

Unos iban a investigar y aprender, pero otros acudían a consultar el horóscopo y chatear sin saber con quién se estaban comunicando, y había quienes se creaban falsas identidades que llegaban a ser hasta diametralmente opuestas a como eran en realidad.

Entre las tantas personas, había una muy seria, circunspecta, con comportamiento muy correcto, de estado civil que nada tenía que ver con la soltería, pero se transformaba al sentarse frente a la pantalla y chatear con todo el que le cortejara.

Un jovenzuelo de apenas 15 años pasó por detrás, vio el nick que usaba y los temas de la conversación, lo cual fue suficiente para colocarse exactamente en otra computadora que le quedaba de frente y empezó a enamorarla con un usuario ficticio.

Más recientemente, escogimos un perfil en Facebook, anotamos datos colocados en el muro, se lo dimos a un desconocido que lo abordó en plena calle con preguntas y comentarios sobre su vida laboral social, familiar y hasta íntima.

Usted se llama (…), usted cambió de trabajo en diciembre del año 2023 y ahora está en (…), vino de Varadero hace unos días y al llegar a la casa se dio cuenta de que no tenía el celular en el bolsillo.

En ese punto, el usuario de Facebook reaccionó violentamente exigiendo que el otro le devolviera el celular y en medio de la discusión le dijo que era el ladrón porque si no, cómo iba a saber que se lo habían robado.

Guardando la distancia para evitar algún posible golpe, nuestro provocador hacía preguntas basadas en el perfil público de Facebook: ¿Dime tu fecha de nacimiento? ¿Dónde has estudiado? ¿Con quién estas casado?

Constantemente nuestro objeto de investigación cuestionaba: ¿Quién eres tú? ¿Cómo sabes todo eso? Y en cuanto a las preguntas, repetía una y otra vez: ¿A ti qué te importa eso? ¿Para qué quieres saber eso? Yo a ti no te conozco ¿por qué tengo que decirte esas cosas?

Llegó un momento en que para evitar daños al provocador que habíamos preparado, explicamos al usuario de Facebook que estábamos comprobando cómo en la vida real alguien se niega a ofrecer datos personales que expone públicamente a la vista del mundo entero.

Fue suficiente para calmarlo, pero tras un corto silencio él mismo dijo: caramba, es verdad que uno entra al Facebook ese y lo pone todo, y eso es un peligro porque un estafador se aprende esos datos y conversa con cualquier familiar nuestro, lo engaña y le quita cualquier cosa.

Agregó: es verdad que puede hasta trastornar la vida de cualquiera porque por ahí nos van estudiando y nos manejan según lo que ponemos de uno mismo ahí…

El encuentro terminó felizmente, pero “la víctima” confesó: No le di un buen piñazo al principio porque no se me puso cerca.

Le dije: no se te puso cerca por prudencia, algo que según tú mismo confiesas, no tienes en Facebook porque no eres prudente para dar datos, no eres discreto…

Respondió: ¡No era! No era porque para evitar golpes en la vida, voy a practicar eso de que la discreción en las redes sociales es un arma de combate.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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