Septiembre ha sido siempre el mes de los inicios, de nuevas metas y de reencuentros.
Lleva consigo el esfuerzo de cada familia cubana por educar a sus niñas y niños y hacerlos hombres y mujeres de bien para que su futuro esté lleno de victorias y momentos felices porque como dijo el Apóstol: "Un niño debería echarse a llorar cuando ha pasado el día sin que aprenda algo nuevo, sin que sirva de algo" .
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Pero Septiembre, a veces, también puede ser sinónimo de sentimientos encontrados por ver a nuestros hijos crecer tan rápido: ¿Ya en preescolar?
En ese momento se estruja el corazón por saber que ya está creciendo y mamá y papá seguirán ahí a su lado pero ya van siendo más independientes. (¿Acaso logramos entender del todo su necesidad de independencia? No creo estar preparada para ello)
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Pero a todas estas, septiembre siempre será un buen mes, incluso muchos dicen que se parece a las vibras de inicio de año y, en cierto modo, les entiendo.
Hoy las calles estarán coloridas, felices y un poco ajetreadas también, para qué mentir. Pero en cada uno de esos estudiantes que caminen por ellas no faltará la sonrisa y esa ilusión del primer día.
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Dejemos que hoy nos contagie ese toque mágico de nuestros niños de saberse imparables ante la vida. Dejemos hoy los problemas del día a día atrás y disfrutemos de esta buena vibra de septiembre, que la merecemos.
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