No fueron los favorecidos ni los organizadores quienes hablaron maravillas de las celebraciones del 500 aniversario de Trinidad en la provincia de Sancti Spíritus, sino afectados de alguna manera. Ellos dialogaron con Cubahora y elogiaron los festejos y las obras de construcción o restauración para conmemorar el medio milenio de la tercera villa fundada en 1514 por los colonialistas españoles en Cuba.
A los periodistas que dieron cobertura al Coloquio de la Cultura Trinitaria —a las inauguraciones y reaperturas, a la sesión solemne de la Asamblea Municipal—, los saludé desde lejos, pues no me acredité entre ellos, al ser innecesario para acceder a mis fuentes de información: la población residente y los visitantes que andaban por cualesquiera de las empedradas calles.
La primera encuesta de Cubahora fue con medio centenar de sexagenarios integrantes de un club de la tercera edad en Santa Clara, provincia de Villa Clara, quienes sabedores de que cumplo pronto los 62 y tal vez con ánimo de captarme entre sus filas, encomendaron a uno de sus directivos, Antonio Florit, a sumarme a la excursión que llegaría temprano a la villa de la Santísima Trinidad el segundo domingo de enero, fecha designada para la efeméride, mientras no aparezca alguna prueba que demuestre el día verdadero de la fundación.
Una vez firmado el contrato con la empresa transportista, el siguiente paso fue escoger la ruta hacia esa ciudad, cuyo esplendor, gracias a la industria azucarera, languideció debido a su ubicación geográfica nada favorecida por las distancias y la incomunicación.
Por Cienfuegos o Sancti Spíritus para tomar el Circuito Sur se desechó porque rebasan los 150 kilómetros; también fue desestimado Topes de Collantes por sus empinadas cuestas, estrechas y sinuosas carreteras, aunque apenas son 90 kilómetros, y hubiera servido para ver un centro turístico que otrora fue un sanatorio antituberculoso, ya cerrado porque esa enfermedad no constituye un problema; y también el Camino de las Moscas fue eliminado de la ruta por el testimonio de alguien que lo vio lleno de baches.
Quedaba Santa Clara-Güinía de Miranda-Valle de los Ingenios-Trinidad que, a pesar de algunas dudas iniciales, quedaron despejadas por las opiniones de los ancianos que leen la prensa de punta a cabo, oyen y ven todos los espacios noticiosos, y dijeron haber conocido declaraciones de personas autorizadas en relación con su arreglo en saludo a la celebración del medio milenio.
Pues bien, luego de que el ómnibus pareció desplazarse por un paisaje lunar en un tramo de Villa Clara y otro de la provincia de Sancti Spíritus, todos quedaron admirados ante la torre de Manaca Iznaga, ubicada en una zona Patrimonio de la Humanidad, y dijeron no importarles los saltos ni los sobresaltos, aunque el chofer prefirió hacer el regreso por otra ruta: Circuito Sur-Cumanayagua-Manicaragua-SantaClara, sin baches.
La mayoría de los miembros del club de la tercera edad rememoraron los viajes en tren entre Santa Clara y Trinidad, a través de un hermoso paisaje intramontano, interrumpidos desde hace unos 30 años porque un huracán destruyó el puente, que no se restablecerá por estar ubicado en el área del vaso de la presa Agabama, e interrumpe el proyecto que la conectará mediante canales con la represa Higuanojo, ya vinculada con la Zaza y trasvases, que se extenderá hacia el sur de los territorios orientales. Seguidamente elogiaron la preparación de un tren para recorrer el Valle de los Ingenios y que aprovechará parte de la antigua línea ferroviaria.
Ya en la Plaza Mayor de Trinidad, tras apreciar que solo quedaban quienes retiraban las sillas donde sesionó la Asamblea Municipal, pues la presidencia de altos dirigentes ya se había ido, intenté caminar por ella pero me cortaron el paso, suficiente para que un lugareño se acercara a contar que en la gala del sábado hubo invitados que no cabían, y otros que se retiraron porque no veían el espectáculo, pero se deshizo en elogios sobre las actividades culturales y lo hecho en materia constructiva y de restauración.
El incidente trajo a mi memoria la noche de 1988, cuando, en presencia de Francisco Mayor Saragoza, de la UNESCO, declararon a Trinidad Patrimonio de la Humanidad, y un custodio que hoy es el guardaparques de un pequeño poblado de ese municipio nos impidió al colega Cristóbal Álamo Pérez y a mí el paso hacia la ceremonia porque “me dijeron que por aquí no puede pasar ni una bicicleta”, y no hubo manera de convencerlo ni aunque le dije lo obvio: “Yo no vengo en bicicleta sino en un Lada 2105 con el rótulo de la Agencia de Información Nacional”. Por cierto, lo entrevisté en esta ocasión y reconoció el esplendor de la villa y los avances experimentados hasta en la economía de un nutrido grupo de familias que laboran por cuenta propia, pues, según dijo,“en muchas cosas, pero en muchas cosas se ha mejorado aunque estamos en tiempos malos”.
Son tantos los cuentapropistas que en una cuadra puede haber uno al lado de otro hasta en cinco viviendas consecutivas: rentan habitaciones, venden comidas y bebidas o artículos de artesanía. Son centenares los que prestan servicios a visitantes, locales o foráneos, que si fueran a depender únicamente de las entidades estatales no lograrían satisfacer sus necesidades, lo cual comprobamos los más de 50 sexagenarios de la agrupación santaclareña, pues merendamos y almorzamos sin dificultades.
Con las festividades por el medio milenio, que concluyen en estos días con la Semana de la Cultura, Trinidad va por buenos caminos, aunque haya baches esperando la reparación anunciada con adelanto, para que el aislamiento de antaño no haga languidecer su actual economía turística como sucedió con la azucarera de siglos pasados.
Luz Molina Cruces desde FB
21/1/14 10:23
me recuerda, a san pedro del rio,es un pueblo en el tachira,muy turistico,bello
Chantal Bailly desde FB
21/1/14 10:22
Super City, allí estuvieron el encanto del pasado con la modernidad del presente...
Ediesbel González desde FB
21/1/14 10:21
Verdad que con la festividad quedo de lo mas bonita, 500 años se dicen rapido pero no se viven en un momentico, las actividades fueron bien variadas y del disfrute de todos, bueno no mucho para los que organizaron porque estoy seguro fue bastante intensa la semana, pero al final la cultura, las tradiciones y el disfrute popular se llevaron el protagonismo de la jornada.
Ana Josefa Silva desde FB
21/1/14 9:28
DIVINACUBA
Quinoto Cestoni desde FB
21/1/14 9:27
Esas callecitas, con sus adoquines centenarios....BELLÌSIMA,,..quizàs vuelva pronto.
Neus Torres desde FB
21/1/14 9:26
Estos baches son fantásticos! No los cambiéis por nada del mundo!
Juan Henry Monje desde FB
21/1/14 9:26
que increíble belleza y magia
Juan Henry Monje desde FB
21/1/14 9:25
si pudiera ir un día a conocer
Yorleidys Gamboa desde FB
21/1/14 9:23
Muy orgullosa de porder vivir en este publecito tan acogedor... ...
Javier Alcantara Martinez desde FB
21/1/14 9:22
Y pensar que todo esto no es fantasía ¡Es real!
Arturo Chang desde FB
21/1/14 9:21
Tanto la entidad eléctrica como la de comunicaciones han colaborado mucho también para que los cables estén en lugares discretos hasta que en un futuro logren soterrarse.
Daniel Valdés Díaz desde FB
21/1/14 9:20
Es Patrimonio de la Humanidad, no se permiten antenas sobre los techos para la televisión abierta para dar el ambiente de hace varios siglos atrás
Arturo Chang desde FB
21/1/14 9:19
Ese museo, el Romántico, es la primera institución que se inauguró en Trinidad. Y sí, es hermoso.
Semahat Öçal desde FB
21/1/14 9:19
un hermoso museo
Arístides
20/1/14 9:54
Amigo, ojalá mi mente trabajara tan bien que pudiera recordar otros detalles de la estancia de mis padres en Trinidad. De lo único que recuerdo es lo de “las campanadas cada 15 minutos” de las que se quejaba mamá, pero con la queja, hablaba maravillas de lo que disfrutaron la visita, y de Playa Ancón, Casilda y Topes de Collantes, a donde treparon en un carro de alquiler. Y precisando mejor la fecha de la visita, casi puedo asegurarte que fue en 1957. Y no fue solo Trinidad la ciudad visitada, sino que, desde Madruga, hoy en la provincia Mayabeque, donde entonces residíamos, llegaron hasta la entonces Victoria de las Tuna, Las Tunas hoy, donde visitaron a unos queridos primos de papá. Lo siento, pero es lo más que hasta el momento te pudiera decir. Y la idea de hacer un reportaje del reloj reparado, y de otras cosas propias de la “quinientanñera” población, pues adelante, espero no perdérmelos. GRACIAS.
Fabián Núñez desde FB
20/1/14 8:29
Hermosa ciudad. Yo estuve allí y era como vivir hace 500 años.... un paso a través de los siglos... Abrazo ecuatorial a mi Cuba querida.
Angel Vargas desde FB
20/1/14 8:27
Demasiado hermoso. Yo estuve en marzo 2013. Vale la pena ir de nuevo. La casa de la música, playa alcon, los museos, la mujeres, todo excelente viva cuba.
Arturo Chang desde FB
20/1/14 8:25
Precisamente ese espíritu revolucionario es el que ha permitido que Trinidad esté tan bien conservada.
Ferxo Mourenza Fernández desde FB
20/1/14 8:25
no son precisamente los baches materiales los que impiden evolucionar conforme crece el espíritu de la Revolución; son las miserias del alma que implica el capitalismo lo que en realidad nos lo impide! Adelante, Cuba, siempre!
Lieslies Hernandez Moreno desde FB
20/1/14 8:23
la ciudad por donde no pasa el tiempo, si no las cosas.
Patricia Carballo
19/1/14 21:21
Muy lindas imágenes
Arturo Chang
19/1/14 20:24
Aristides: en el comentario anterior olvidé decir que esos hoteles y el antiguo ayuntamiento no están en la zona del llamado casco histórico, sino en el centro de la ciudad, en los alrededores del Parque Céspedes, donde también hay una iglesia, pero que no sonaba ni suena sus campanas cada 15 minutos. Discúlpeme del olvido que soluciono ahora.
Arturo Chang
19/1/14 18:28
Aristides: Si fue en 1956 ó 57 y que las campanadas eran cada 15 minutos, seguramente se hospedó en el Hotel La Ronda o en el Hotel Canadá, muy cerca del antiguo ayuntamiento que tiene un reloj que daba campanadas cada un cuarto de hora. Ese reloj funciona, pero ya no da esas campanadas. Gracias por su pregunta que me ha inspirado para hacer un reportaje sobre ese reloj, y su reciente arreglo. Además, si usted me ofrece más detalles, también incluiré la anécdota de su mamá. Reciba mis saludos y agradecimiento por comentar.
Arístides
18/1/14 14:59
Ya que me pides te consulte sobre alguna duda que tenga sobre la bella Trinidad, sí que tengo una, pero hasta me da pena que se publique, porque es un recuerdo que tengo de ya hace unos 58 años, y estoy medio confuso sí es así como te lo voy a contar. Papá y mamá, si es que no “me patina la correa” de la memoria, visitaron Trinidad allá por 1956 o 1957, y escuché a mamá quejarse de que estando en un hotel, no decía cuál, las campanadas de las iglesias de los alrededores, decía ella que a cada cuarto de hora, no le permitían conciliar el sueño. Dormir bien no era raro que no lo lograra, según sus propias palabras, pero ella acostumbraba muchas veces a exagerar sus relatos con el ánimo de hacer reír a sus escuchas, pero ahora con tanto información que me ha llegado sobre esta ciudad, y la oportunidad que me das de consultarte mis dudas, te pregunto: ¿Fueron, o son, tantos los campanarios en el casco histórico que puedan provocar tanto campaneo como ella narraba?
Arturo Chang
18/1/14 11:33
Arístides: Gracias por sus palabras, pero me gustaría saber si tienes alguna pregunta o le gustaría a usted saber algo específico de Trinidad. En ese caso, por favor, me lo hace saber, y haré todo lo posbile por contárselo. Le reitero el agradecimiento por sus palabras.
Arístides
18/1/14 9:14
No puedo dejar de decir algo sobre tu escrito: ¡BUENÍSIMO! Gracias por hacerme conocer la Trinidad que ya no tendré tiempo de visitar. Con lo que ya nos has contado, no tengo ni que lamentar que no me pueda llegar por ese bello Paraíso cubano como tanto hubiera deseado. Un abrazo virtual desde tan lejos.
Arturo Chang
17/1/14 17:04
susana marazzani: si ha recorrido usted dos veces las calles trinitarias, cuando las camine por tercera vez, volverá a encontrarle nuevos encantos. Le saludo y agradezco su comentario
Arturo Chang
17/1/14 17:02
Fesan: Respeto su opinión en cuanto a la Bodeguita del Medio y El Floridita, y junto al respeto, agrego que fue así como usted dice: un "traslado" entrecomillado, pues lo que hay en la villa de la Santísima Trinidad son bodeguitas y floriditias trinitarizados, tienen su sello personal, que uno se da cuenta tan pronto llega al lugar. Reciba mis saludos y agradecimiento por su comentario.
Andrés A. Q. Chilo desde FB
17/1/14 16:07
Hermoso
Nadia Sanchuk desde FB
17/1/14 15:50
Sos tan linda Trinidad !añoro volverte a ver !!
Fesan
17/1/14 15:07
No me parece correcto "trasladar" La Bodeguita del Medio y El Floridita hacia Trinidad. A Trinidad no le hace falta eso, ella es bella y tiene valores propios que atraen a los visitantes.
susana marazzani
17/1/14 13:31
Bella Trinidad. Estuve dos veces recorriendo sus calles y algún día volveré.
Caridad Orta desde FB
17/1/14 10:05
Tengo muchos recuerdos de Trinidad
Manuel Eduardo Torrejón Gallardo desde FB
17/1/14 9:56
Maravillosa Trinidad...tuve el gusto de estar allí algunos días...
Sarai Fabian desde FB
17/1/14 9:53
Bella trinidad
Roberto Fuentes Inclan desde FB
17/1/14 9:53
QUE CASA TAN LINDA
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