Salir a recorrer La Habana es descubrir una ciudad distinta desde que en la tarde de ayer la lluvia alcanzara a borrar de un golpe la inmovilidad enervante a que nos había sometido el calor insoportable de los días pasados.
Así, bajo el extraño ambiente de una ciudad que a esta altura del mes de abril exhibía un clima más londinense que habanero y culminaba las preparaciones del Primero de Mayo cubierta por el fango y la hojarasca, Cubahora fue en busca de las opiniones de algunos cubanos para conocer de qué forma se sienten que forman parte de la vida económica del país.
En vísperas de la celebración por el Día Internacional del Trabajo es un pecado repetir consignas que no reflejen la realidad de sus protagonistas y se alejen de las opiniones de la gente. Hoy, cuando palabras como productividad y eficiencia corren el peligro de volverse conceptos vacíos, cuando nos hemos cansado de escucharlas casi al punto de olvidar que son poderosas virtudes que cualquier sistema sueña tener o mantener, un grupo de trabajadores cubanos accedieron a conversar sobre los mencionados términos y contarnos sus experiencias.
Un reconocido médico intensivista, un hábil zapatero y una carismática miembro de una cooperativa no agropecuaria fueron las personas que dialogaron con nuestra revista y nos permitieron la deferencia de interrumpir sus actividades para brindarnos sus opiniones.
EN CUBA EL PRIMERO DE MAYO NO DEJA DE SER UN MOTIVO PARA LA ALEGRÍA
Al salir de la entrega de guardia, el Dr.C. Armando Elías González Rivera, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Calixto García Íñiguez, postergó por unos minutos su recorrido habitual por la sala de los enfermos para hablarnos sobre los servicios que brindan los profesionales de la salud al bienestar de la población y a la economía del país.
Este intensivista habla con evidente satisfacción de la importancia que tiene para el país el trabajo de lo médicos, no solo como proveedores del imprescindible servicio que brindan a la sociedad sino como piezas fundamentales de la economía nacional.
“Los médicos cubanos estamos conscientes del papel que jugamos en la sociedad. Los especialistas en Medicina Interna vivimos momentos difíciles pero muy gratificantes cada vez que salvamos un vida, también muchos de nuestros compañeros han participado en diferentes colaboraciones en el extranjero que, como se sabe, son de gran importancia para el país. Hoy, quizás más que nunca, es un gran orgullo formar parte de este gremio”, aseguró González.
Luego de continuar nuestra búsqueda, casi por casualidad encontramos la casa de Félix Herrera Kindelán, un cuentapropista con licencia de zapatero que no detuvo nunca su trabajo mientras conversaba con nosotros. En sus manos era posible advertir la destreza que quizás no posean sus palabras, pero el orgullo con el que este hombre sencillo y amable habla de su oficio alcanza a suplir toda su timidez.
Herrera nos cuenta que pocas cosas disfruta más que cuando sus clientes elogian su trabajo. “No todo el mundo puede comprar un par de zapatos cada vez que le hacen falta, a veces es mejor repararlos y extender el tiempo de vida del calzado. Mi tarea es lograr que esa extensión sea lo más larga posible, que la gente se olvide de ese problema y pueda resolver otros” comenta sin levantar la vista de su mesa de reparación.
“Los cuentapropistas —refiere Herrera— aportamos mensualmente una comisión que estoy seguro sirve para ayudar a los jubilados y a quienes más lo necesitan. No sería honesto decir que todo es perfecto”, dice quien también reconoce que no vale la pena volver la atención solo a los desaciertos en una fecha que en nuestro país, más allá de los problemas, no deja de ser un motivo para la alegría.
La serenidad de Félix contrasta con la explosiva personalidad de Yadira Alfonso, trabajadora de la cooperativa no agropecuaria La Casona de 17. Ella dice ser el reflejo de todos los cooperativistas no agropecuarios cubanos que hoy tratan de hacer prosperar sus negocios. “Desde que se aprobó esta modalidad todos estamos muy contentos. Hemos vistos los cambios en nuestra economía personal y sentimos que nuestros establecimientos nos pertenecen más que nunca, y que para sacarlos adelante debemos poner en ellos todo nuestro esfuerzo y todo nuestro amor” nos comentó entre risas.
Yadira se refirió a los beneficios que han recibido quienes se han asociado a las cooperativas no agropecuarias. La suya, un acogedor bar-restaurante donde los trabajadores corren de un lado a otro para complacer los pedidos de los clientes, es a todas luces un establecimiento que ha sabido interpretar las claves del éxito y aplicarlas cotidianamente.
Antes de irme me brindó café y me exhortó a volver. Ya en el pórtico de la Casona posó con naturalidad para la fotografía y me recordó los cargos que se enorgullece en ocupar dentro de la dinámica del negocio. En sus palabras pude advertir una alegría que ojalá fuera la de todos los trabajadores cubanos un día antes de celebrar su día. Sirvan las palabras de estos profesionales como preludio para la festividad que mañana se celebrará en medio de importantes trasformaciones económicas que han inundado de sano optimismo el entorno laboral del país.
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