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viernes, 22 de noviembre de 2024

Santiago (+Fotos)

En cinco años aprendí a querer un poco más esta indómita tierra, cuna de tantos héroes de nuestras gestas emancipadoras, escenario de importantes acontecimientos históricos, aliento infinito para quienes fundan y aman...

Yaima Puig Meneses en Exclusivo 16/03/2014
2 comentarios
Santiago de Cuba Ciudad héroe
Santiago de Cuba, ciudad héroe.

De pequeña siempre imaginé que Santiago de Cuba era una ciudad de ensueños, de andares agitados, de gente noble y entusiasta, de calles ruidosas colmadas de historia. Once años atrás, cuando por primera vez la descubrí ante mis ojos y no a través de libros de texto o anécdotas de amigos de la infancia, me abrumó una mezcla de emociones extrañas.

Confieso que la primerísima idea fue salir corriendo y no regresar jamás. Entre la incertidumbre por lo novedoso de los géneros periodísticos, una beca poco amigable, la escasez de agua, la lejanía de mi tierra natal y tanto futuro incierto, me asustó el revolico santiaguero, la indiferencia de algunos ante las indisciplinas sociales, los centros gastronómicos y culturales deprimidos o con ofertas poco asequibles a la mayoría de la población, mucho menos a jóvenes universitarios, ávidos no solo de conocimientos.

Pero en cinco años aprendí a querer un poco más esta indómita tierra, cuna de tantos héroes de nuestras gestas emancipadoras, escenario de importantes acontecimientos históricos, aliento infinito para quienes fundan y aman. Descubrí la magia de sus barrios rodeados de montañas, sus exóticas riquezas naturales, sus diversos museos, sus “genes” fundadores del son, la conga y el bolero; rendí tributo a José Martí en el Cementerio Santa Ifigenia; inventé historias de corsarios y piratas en la fortaleza de San Pedro de la Roca del Morro; y de la mano de un gran amigo descubrí huellas que no conocía de nuestra historia.

Santiago de Cuba seguía teniendo el don de provocar en mí sentimientos encontrados, con demasiados contrastes en la cotidianidad que vivía entonces. Una ciudad de gente apurada pero de colas infinitas en su único y demandado Coppelia; una ciudad donde algunos repartos podían estar más de 30 días sin recibir agua corriente; con deprimidas opciones gastronómicas y recreativas —al menos las de alcance para la mayoría de la gente—; esquinas y pedazos de calles desaliñadas, convertidas en vertederos por “azar” y más.

Por eso en el 2007, cuando me despedí de esa tierra donde me había graduado como periodista, “cargué” a Las Tunas los recuerdos de una ciudad desbordada de historia, pero que había dejado en mí demasiados tonos grises. Imaginé que tal vez nunca más regresaría, pero la suerte de esta profesión que nos arrastra a los más insospechados escenarios me llevó en el 2011 a “pisar sus calles nuevamente”. Santiago seguía siendo Santiago, y esta vez mis ojos la miraron diferente.

Algo me habían adelantado ya varios amigos que hablaban sobre la alegría de colores en las paredes antes mustias, sobre cafeterías trastocadas en magníficos centros gastronómicos; sobre una triste esquina que hacía las veces de vertedero en la calle Enramada convertida en un precioso jardín donde se unen el disfrute del helado y el gusto por el arte; sobre opciones culturales y recreativas para “todo tipo de bolsillos”.

Intentando tomarle el pulso a la ciudad salí a caminar sus calles, sus barrios, sus parques, sus repartos. A los propios santiagueros escuché decir: “las cosas cambian, el transporte mejora y el agua en las viviendas ya no es un milagro; se trabaja con mucho más gusto cuando el entorno es agradable”.

Tiempo después, en octubre de 2012 llegaría Sandy, un huracán con nombre fácil pero que arremetió con demasiada furia por estos lares. Las noticias inundaron entonces espacios informativos, páginas de periódicos, conversaciones entre amigos, reuniones de vecinos y descansos laborales. Se hicieron colectas para enviar a conocidos o no, porque en definitiva todos somos cubanos. Muchos países del mundo quisieron también ser parte de la recuperación y cada quien envió lo que pudo, o lo que tuvo a mano. Comenzaron a llegar así las manos amigas y poco a poco se fueron resarciendo algunas pérdidas materiales.

La conmemoración del Aniversario 60 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en julio pasado, fue también incentivo para hacer más. Se rejuvenecieron inmuebles, aceras, parques, paradas de ómnibus, jardinerías, farolas, señales de tránsito…

Un año después del arrasador paso de Sandy la ciudad luce otra vez sus colores, el centro histórico se recupera y la vida continúa. En las calles se vive una algarabía contagiosa, expectante; la gente se detiene a disfrutar los cambios, a sentirlos suyos.

Falta mucho por hacer ¿eso quién no lo sabe? Un paso casi siempre motiva otro y otro más, los santiagueros están conscientes de ello. La épica historia escrita a través de los siglos en sus calles, tiene que ser, definitivamente, un reto para continuar haciendo de Santiago de Cuba una ciudad de ensueños y andares agitados, también de empeños comunes y recuperación constante.


Santiago de Cuba, rebelde ayer, hospitalaria hoy, heroica siempre. (Foto: Jorge Legañoa / Cubadebate)


Cuartel Moncada, un lugar que todo cubano debe visitar. (Foto: Daylén Vega/Cubadebate).

Antiguo Club San Carlos, ocupado en la actualidad por varias instituciones, entre ellas la Casa de la Cultura Municipal, la Galería Oriente, el Club 300 y un banco. (Foto: Miguel Noa/Cubahora).

Parque Céspedes. (Foto: Miguel Noa/Cubahora).

Santiago de Cuba, escalinata de padre pico. (Foto: René Silveira).

Santiago de Cuba, ciudad de ensueños y andares, también de empeños comunes y recuperación constante.


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Yaima Puig Meneses

Cubana. Periodista. Amante de escribir, porque las letras se me han convertido en una suerte de amuleto para el alma...

Se han publicado 2 comentarios


antonia
 22/3/14 9:41

me gusta la habana solo para visitar es una ciudad hermosa y agitada me gusta el agetreo de la gente pero estoy acostumbrada a mi santa clara querida que es mucho mas tranquila

amalia gattino
 16/3/14 20:31

Conosco Cuba es Habana una ciudad hermosa ,me gustaría volver .

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