La Asamblea General de las Naciones Unidas sabe que existe violencia y desigualdades de género, que existe la exclusión social, pero está segura de que estos problemas no se resuelven ni con la policía dando charlas motivacionales, ni militarizando el mundo… sino con una o un maestro.
Conoce también que hay un ciclo en el que la pobreza “engorda” a cuentas de la ignorancia, mientras la ignorancia, por su parte, no encuentra caminos para salir de sí, en determinados casos, porque cuestan más que el plato de comida que no tiene. “Maestros”, ha insistido la UNESCO para recordar que hacen falta.
Según el sitio web oficial de este organismo, el mundo alberga a más de 262 millones de niños y jóvenes sin escolarizarse, mientras 617 millones de adolescentes y niños no saben leer y apenas manejan elementos rudimentarios para calcular.
El informe explicita igualmente que menos del 40 por ciento de las niñas del África Subsahariana logran acabar sus estudios de secundaria básica y que cerca de unos cuatro millones de infantes refugiados carecen de la posibilidad de ir a la escuela.
Esta situación, llevó a la Organización de Naciones Unidas a proclamar el 24 de enero como Día Internacional de la Educación.
- Consulte además: ¿Cómo se forman los estudiantes en Cuba?
En esta fecha, se impone dar las gracias:
A quien nos estimuló con la estrella en la libreta cuando esta se veía ordenada y con tareas listas.
A quienes intentaron ir más allá de su contenido de trabajo y, en medio de las Matemáticas –qué mejor que las matemáticas para eso– colaban trucos o enseñanzas para la vida, para la mejor vida.
A quienes nos llamaron hacia un rincón para preguntarnos si pasaba algo, si existía algún problema en casa.
Gracias a los que fueron capaces de llegar al pecho de cada uno de nosotros antes de que la vida, con aquello de los años y las crudas realidades, nos demostrara de manera definitiva que el único modo ser libres era siendo cultos…
Gracias a los que sembraron valores ajenos a la indiferencia y la desidia.
Gracias a los que intentaron explicarnos que Martí y Maceo no eran solo figuras a color “escondidas” en el libro de texto.
Gracias a los que calibraron nuestras pasiones y las alimentaron.
A los que fueron capaces de hacer florecer en nosotros –y en momento justo– la siempre camuflada vocación por algún camino del saber y del hacer.
Cuando se desea cambiar una sociedad, lo primero que buscan modificar son los paradigmas educativos. Gracias a todos los que con la claridad del horizonte al que teníamos que dirigirnos, tuvieron la maestría de ser flexibles en los métodos pero invariables en los principios.
Regla Silva Hernández
26/1/21 9:26
Agradezco sus reflexiones en el día internacional de la educación, sobre todo porque en Cuba es un derecho conquistado y a muchos se les olvida que en muchos lugares del mundo es un objetivo a logarar la educación para todos.También sentí emoción como maestra,cada aspecto que recuerdas de tus maestrosy profesores, los cuales en cualquier circunstancia dejaron una importante huella en tu personalidad.
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