A principios de los años 70 del pasado siglo, el Comandante en Jefe Fidel Castro se preguntaba durante un intercambio con los delegados a la plenaria nacional de la Industria Básica: “¿Cuál es el barril sin fondo que se traga los recursos humanos del país hoy?”. Y enseguida respondía: “…sencillamente la ineficiencia, la improductividad, la baja productividad”.
Justo este ha sido un factor que el modelo socialista, debido a causas objetivas y subjetivas, no ha podido colocar en el punto exacto que necesita el desarrollo económico de la nación. Escasez de materias primas, falta de liquidez para la modernización técnica y tecnológica, imprecisiones en los sistemas de pago para estimular a los obreros, carencia de recursos materiales, deficientes métodos de dirección, etc., influyen en que el resultado productivo sea menor del esperado en muchas ocasiones.
En la última reunión del Consejo de Ministros, por ejemplo, se conoció que 124 empresas que habían planificado utilidades incumplieron sus planes en el pasado año, lo cual influyó directamente en los ingresos al presupuesto del Estado. Parece sencillo, pero si se trata de Cuba y de su economía, en ocasiones falla la lógica matemática. Sumar, restar, multiplicar y dividir constituyen procedimientos que se tornan más complejos en la dinámica de la economía de la isla.
No hace mucho, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en una de las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, enfatizaba: “Dos más dos siempre suma cuatro, jamás cinco”. Y añadía que “…en las condiciones de nuestro socialismo imperfecto, a causa de insuficiencias propias, muchas veces dos más dos da como resultado tres”.
¿Qué elementos de nuestro hacer cotidiano provocan la distorsión de la cuenta? Sin duda alguna existen fuerzas negativas que inciden en cualquier cálculo y viajan siempre en sentido contrario al de la eficiencia.
Durante varias décadas, la costumbre de trabajar por campañas circunstanciales, sin consolidar resultados, ha afectado a la larga la productividad del trabajo y ha hecho más daño que el propio marabú.
En 2007, cuando Raúl habló en Camagüey sobre la necesidad de erradicar esta planta, enseguida aparecieron brigadas y pelotones que entraron a la manigua y dejaron parte de la tierra lista para producir. A pesar del impulso inicial, todavía queda bastante terreno infestado u ocioso, a pesar de las medidas adoptadas para hacer más provechosa la tierra, como la aplicación del Decreto Ley-259 y posteriormente le sustituyó el Decreto Ley-300.
Cuba necesita consolidar resultados con una obra que sea duradera y no responda a entusiasmos circunstanciales. De eso se trata cuando hablamos de la implementación de los Lineamientos, ahora en su etapa más profunda de puesta en práctica. Son medidas que fortalecen las propias bases estructurales de la economía y constituyen garantía de seguridad y estabilidad en largo tiempo.
En busca del perfeccionamiento
De gran importancia resulta entonces el inicio de un proceso gradual de ampliación de la autonomía y las facultades en la empresa estatal socialista. El objetivo es crear las condiciones que faciliten un desempeño más apegado a los intereses de las entidades, con un objeto social más amplio y sin las trabas que hasta ahora han atado el relanzamiento de las fuerzas productivas.
Las empresas podrán retener el 50 % de sus ganancias y decidir su destino final después de cumplir los compromisos e indicadores planificados. Ello implica mayor responsabilidad y superación de los directivos, pues tendrán en sus manos el encargo de llevar por buen camino y sin violaciones el funcionamiento de sus centros. El sindicato, por su parte, deberá alcanzar igualmente un papel protagónico en este proceso.
La sustitución de importaciones, medida estratégica ante la subida de precios en el mercado internacional, debe merecer toda la prioridad. Su reflejo en el desenvolvimiento de la economía ha de ser real, medible y diverso. Cada centro, según sus potencialidades, debe preocuparse por sus gastos e ingresos y adecuarse a las condiciones objetivas de la nación y el territorio.
A su vez, La Ley de Inversión Extranjera, aprobada recientemente por el parlamento, permitirá nuevas relaciones que estimularán el trabajo y la productividad en los sectores donde se aplique, pues su alcance revolucionador es consustancial a los resultados económicos palpables para el país y los inversionistas foráneos.
Sabemos que la mayoría de los problemas pueden resolverse en el radio de acción en el que se originan. Cuando los trabajadores proponen ideas, buscan alternativas y junto a los administrativos llegan a acuerdos, las soluciones aparecen más rápido. Y la velocidad resulta mayor cuando los que dirigen poseen amplia receptividad y adoptan decisiones desde la experiencia colectiva.
Si queremos que la suma de dos más dos siempre sea cuatro, deben regir la disciplina y el control, ausentes hoy en el mundo laboral. ¿Cuántas leyes, resoluciones y reglamentos resultan letra muerta para funcionarios y entidades? La Contraloría General de la República, creada hace cinco años, ha brindado su contribución en ese sentido, pero la responsabilidad recae en todos.
Cuba aspira a una sociedad superior, en la que el salario cumpla su función de estimular al obrero, quien ha de recibir según lo que aporte, a partir de la fórmula socialista “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”. Pero el cumplimiento de este fin no se obtendrá por arte de magia. Requiere del mayor esfuerzo para que el dinero tenga un respaldo productivo. De lo contrario, habría mucha circulación monetaria y pocos bienes y servicios disponibles.
Para enfrentar estos asuntos, la dirección del Partido y el Gobierno recibe el apoyo de la inmensa mayoría de los cubanos. Como bien ha reiterado Raúl: “Desde el mismo primero de enero de 1959, ha sido línea invariable analizar con el pueblo cada problema importante, por duro que sea”.
Hagamos nuestras propias cuentas, y perfeccionemos nuestro socialismo, frente a los que apuestan por su derrota. Corregir errores cometidos, así como propugnar nuevas ideas, dará más fuerza y dinamismo al proyecto revolucionario. Pero, sobre todo, habrá que convertir el trabajo en prioridad permanente. Solo así podremos ponerle fondo al barril de la improductividad.
Emilio R
8/8/14 16:03
Yoerky muy de acuerdo contigo en todo lo que has planteado en este interesante artículo. Es una verdadera lástima que a unos pocos años de cuplirse el 60 Aniversario de la Revolución, las tendencias negativas continuen en nuestra sociedad y la exigencia y el control no anden de la mano para dar continuidad a este incalculable tesoro que es la Revolución!
Un abrazo hermano
Cub@no
8/8/14 15:38
Excelente comentario de este coterráneo villaclareño. Desde que hizo sus primeras apariciones en la televisión en el fragor de la batalla de ideas lo he seguido por la convicción con lo que hace todo. Ahí está ahora, de periodista de esta Revolución. Pienso que este artículo viene a esta hora como anillo al dedo, pues aún quedan parte de esas ineficiencias en el mundo laboral que tanto lastran y entorpecen el desarrollo econñomico del país, algunas veces por la desorganización, otras por la mala organización y el mal uso del producto, otras por malas decisiones administrtivas y otras por el afán de lucro de algunos. Hasta cuándo estaremos hablando del tema????? Pienso que en un centro donde existan directivos concientes y comprometidos (y no precisamente con los corruptos) todo puede funcionar un poco mejor, pues ellos son los enargados de guiar el destino de la entidad que dirige (y me refiero a todo el consejo de dirección), de cómo ellos guien el centro de trabajo determina en alguna medida la motivación de los trabajadores, pues verán el ejemplo de estos y los secundarán mejorando así los índices de eficiencia del centro. Por otro lado, si los trabajadores ven los jefes están siempre exigiendo y exigiendo sin garantizar ninguna condición mínima de trabajo y que solo están para ver que se pueden llevar, pues ellos también (al menos, algunos) seguirán ese ejemplo y entonces se apoderará de ese centro el desorden, la indisciplina, la ineficiencia y la política del gran garrote. Con voluntad política de los que dirigen en un centro y escuchando nuevas ideas sin miedo a que "alguien nos haga sombras" mejoraremos en algo los resultados de nuestro centro, que al final del camino, se revertirá en mejoras económicas para todos, pues esa eficiencia se traduce en utilidades que irán a parar al bolsillo de todos.
eustaquio
8/8/14 15:31
EFECTIVAMENTE SE NECESITA DE UN ANALISIS PROFUNDO, A CAMISA QUITADA, DESNUDANDO TODAS LAS INEFICIENCIAS Y SUS RESPONSABLES, LAS VERDADERA CAUSAS, ADEMAS DEL CONSABIDO BLOQUEO QUE NADIE NIEGA, PERO CON EL QUE TENEMOS QUE VVIR, JUSTAMENTE PARA NO DARLE EL GUSTO A LOS YANQUEES, SI PERECEMOS ENTONCES ELLOS GANARON.
LOS PASOS QUE SE HAN DADO MUESTRAN EL POTENCIAL EXISTENTE Y LA VOLUNTAD POLITICA DE CAMBIAR LO QUE DEBA SER CAMBIADO, PERO AUN PERSISTE MUCHO VOLUNTARISMO, CENTRALISMO, BUROCRACIA, EN OCASIONES EJERCICIO ARBITRARIO DEL PODER, FALTA DE PRECISION EN LAS DECISIONES QUE EN NO POCOS CASOS GRAN PARTE DEL PUEBLO NO ENTIENDE, EN PRIMER LUGAR PORQUE NO PARTICIPA ACTIVAMENTE. AUN NUESTRA PRENSA A PESAR DE TODO EL DISCURSO PUBLICO SIGUE ESTANDO MEDIATIZADA, FALTA PROFUNDIDAD Y COMPROMISO CON EL PUEBLO ANTE MUCHOS PROBLEMAS QUE SON EVIDENTES NO LOS TIENE QUE PUBLICAR " CUBA DICE" "CUBA LO SABE" DIGANSELO A LOS DECISORES NO A LOS CUBANOS DE A PIE. DEBATE SIN MIEDO, SIN CORTAPISAS, SIN DIRECCIONISMO, LIBRE, DEMOCRATICO ESPONTANEO. ENTONCES LE PONDREMO AL FIN FONDO AL BARRIL.
yoany
8/8/14 14:43
hola poeta que gusto verte,saludos.
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