Preguntas y respuestas sobre el cobro en los Joven Club de Computación

Nadie duda que los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE) fueron ese sitio ideal para el inicio de la alfabetización informática de la familia y la comunidad, donde desde los más niños hasta los ancianos acudieron masivamente al estudio por vez primera de la computación y de sus herramientas.

Quizás por ello, la publicación en días recientes de los precios y tarifas en pesos cubanos (CUP) para el cobro de los servicios que ofrecen estas instalaciones a las personas naturales y jurídicas asombró, y existen quienes todavía no aplauden del todo la medida.

“Estoy alarmado con la noticia y el cambio que ella supone para muchas familias. Mi hijo se pasa los fines de semana en el Joven Club que hay cerca de la casa. Ahora no podré darle diez pesos o más para que se dedique a eso”, apuntó María González, a la puerta de una de esas instalaciones, en el municipio de Centro Habana.

Con ella coincidió Gustavo Figueroa, asiduo visitante del capitalino Palacio Central de la Computación, quien además se preguntaba: “¿Cómo es posible que se cobren los servicios con el parque tecnológico tan malo que existe en las instalaciones? Muchos usuarios se verán limitados de asistir a un Joven Club y disfrutar del tiempo de máquina”.

No obstante, otras opiniones reconocían la valía de la medida. Tal fue el caso de Noelia Gómez, del Joven Club Marianao II: “Muy buenos precios, que puede pagar un cubano. Lo que hay que vigilar que esta recaudación monetaria no se desvíe y se emplee en la compra de nuevos equipos y en el mantenimiento de los que ya están, así como de los centros”.

“Si es para una mejora de la tecnología y prestar servicios más eficientes me parece una buena iniciativa”, dijo Lisandra Cuevas y añadió que son vitales las ofertas de correo e Internet, así como de impresión, fotocopia y escáner de documentos para que la medida tenga demanda y cumpla su intención, pues muchos usuarios buscan principalmente estas asistencias.

“Yo creo que a pesar de lo drástico que pueda parecer cobrar los servicios, con el tiempo esto llevará a que exista una mejor calidad de las prestaciones y, sobre todo, permitirá que los usuarios puedan reclamar un buen servicio. Por otra parte, ¿qué país ofrece servicios de este tipo de manera gratita?”, fueron esas las palabras de Bárbaro Díaz, cuando le preguntamos por la aceptación de esta medida.

Yohanis Ramos, directora del Joven Club San Cristóbal II en Artemisa, entidad que próximamente asumirá este cambio, afirmó que el cobro es una necesidad desde lo económico para conseguir mejores prestaciones. Añadió además que hay que saberlo implementar para que dé resultados. “Es la única forma de que un programa tan abarcador pueda mantenerse sin perder su esencia, pues hoy se requiere que las propias entidades estatales aporten más a la sociedad”.

Según la Resolución No. 512/2014 del Ministerio de las Comunicaciones, publicada en la Gaceta Oficial No. 45, desde el 29 de septiembre quedaron establecidos los precios y tarifas para los servicios que brindan los JCCE, y destaca que la autorización de esta medida tiene el propósito de garantizar la sostenibilidad económica de esta organización.

Entre los servicios están la asesoría e implementación, desarrollo e implementación de aplicaciones, asistencia informática, alquiler de computadoras y tiempo de máquina: este último comenzó de forma experimental el pasado 25 de agosto en tres instalaciones de la joven provincia de Artemisa, mientras los otros se incorporarán paulatinamente.

Vale destacar que en cuanto a los precios, tanto las personas naturales como las jurídicas deberán saldar el mismo monto. El único servicio que se mantiene de forma gratuita es el de los cursos que se ofrezcan para las personas naturales. En el caso de las jurídicas, deben abonar 15 CUP por hora.

¿POR QUÉ COBRAR LOS SERVICIOS?

Con esa interrogante llegamos a la Dirección Nacional de los Joven Club. Allí, Raúl Vantroi Navarro Martínez, su director general, explicó que después de 27 años de creada esta organización y cinco de haberse integrado institucionalmente al Ministerio de Comunicaciones, la medida está en correspondencia con el nuevo escenario que vive el país, de actualización de su modelo económico-social.

“Nos enfrentamos a un contexto económico muy diferente, lo cual demanda que la organización sea sostenible económicamente para mantener su presencia en la sociedad”, destacó el directivo, quien agregó que durante todo este tiempo el Estado ha subsidiado íntegramente la labor realizada por los Joven Club. “Solo en los últimos diez años el promedio ha sido superior a los 50 millones de pesos anualmente, por lo que necesitamos disminuir ese subsidio y, de ser posible, eliminarlo”.

“Cuando nacimos, el 8 de septiembre de 1987, éramos los únicos que teníamos computadoras. Sin embargo, actualmente, todas las escuelas tienen laboratorios de informática, así como muchas entidades estatales tienen ordenadores. También los hay en 439 000 casas de familias, según arrojó el Censo de Población y Viviendas 2012, lo cual posibilita que ya el acceso a las tecnologías no sea exclusivamente desde los JCCE.

”Por solo ilustrar otro caso, en este tiempo las entidades estatales se han beneficiado de nuestros servicios y productos gratuitamente, pese a tener ellos un presupuesto destinado a este tipo de necesidades”, señaló.

Navarro Martínez aseveró que en esas razones se fundamenta el cobro de los servicios, y que ello favorece la búsqueda de la sostenibilidad, aunque no lo lograran del todo por el momento, pues la recaudación es a precios muy baratos, por debajo de las tarifas que existen en el mercado estatal y no estatal. Además, se mantienen gratis los cursos, el 30 % de los servicios que brindan.

Según el cronograma previsto, la organización deberá reordenarse para iniciar el 2016 cobrando todos los servicios en sus instalaciones. Por ello, durante el resto de este año y el venidero coexistirán servicios gratuitos y cobrados. Este cronograma comenzó en abril, con el cobro en Artemisa a las personas jurídicas del producto Segurmática Antivirus, al precio de 50 CUP, y a partir de noviembre se extenderá la experiencia escalonadamente al resto del país.

SIN PERDER LA ESENCIA SOCIAL

Una preocupación constante acompañó a muchos de nuestros entrevistados, y es la relacionada con la pérdida de la esencia social de los Joven Club con esta nueva política. Ante ellos sus funcionarios aseguran que eso NO (así con mayúsculas) ocurrirá ni tampoco la razón por la cual nacieron: la de fomentar una cultura informática, especialmente en los niños, adolescentes y jóvenes.

Sobre ese asunto, el director general manifestó que, aunque cobren los servicios, con estos sectores continuarán desarrollando múltiples actividades y tratarán de protegerlos, teniendo presente que el Estado no subsidiará productos sino personas, algo que todavía se estudia. “Incrementaremos los círculos de interés, encuentros con los niños, crearemos otros programas docentes, seguiremos la atención de los infantes talentos y de conjunto con las escuelas buscaremos nuevas ofertas”.

“Queremos dejarlo bien claro: los Joven Club no van a perder su esencia social, y la atención a los más jóvenes será una prioridad en nuestro trabajo, para que ellos sigan viendo a nuestros centros como espacio para interactuar con las nuevas tecnologías, aunque el tiempo de máquina que no esté relacionado con actividades docentes tengan que pagarlo”.

UNA MEDIDA CON MAYORES PROPUESTAS

Navarro Martínez declaró que los precios se decidieron por correlación, estudiando cómo está ese servicio en el mercado nacional, y en correspondencia a lo que invertimos en él, e ilustró que, por citar un ejemplo, a ellos el tiempo de máquina les cuesta 1,86 pesos en CUP la hora, y lo están cobrando a dos, así que solo ganan 14 centavos.

Dijo que la población debe saber que el objetivo no es obtener ganancias con esta medida. “En el caso de las personas naturales, es verdad que todo el mundo no tiene seis u ocho pesos para pasarse sentado ante una computadora todo el día, y no todos los padres pueden darles ese dinero a sus hijos, pero son precios bastante asequibles, cerca de lo que puede pagar un cubano medio”.

El directivo explicó que, para el pago del servicio, la persona deberá adquirir una tarjeta prepagada en las instalaciones donde se está cobrando por un valor de 10,00 ó 20,00 CUP, con un número de serie para tales menesteres. “Para acceder a los servicios, cada persona primeramente debe registrarse en una plataforma digital con su correspondiente usuario y contraseña, que los identifica como cliente del Joven Club”.

"A partir de ese momento, y cada vez que lo requiera, cargará con dinero su cuenta, al introducir en el sistema el código de la tarjeta prepagada, previamente adquirida en las instalaciones. El saldo podrá acumularse hasta un año después del depósito. Si durante ese tiempo no lo utiliza se cancela la cuenta, pero previamente se visitará a la persona para saber los motivos. Cuando se implemente la medida en todo el país, la tarjeta será válida en cualquiera de las instalaciones”.

Manifestó que junto a la aplicación de esta medida, y con el propósito de brindar nuevos productos, trabajan en un sitio web de juegos en red, en el microblogging Pitazo, la hipermedia El Visor y el Estanquillo, un sitio para la lectura de revistas y periódicos en versión web, así como la producción de videojuegos. Igualmente piensan ofertar impresión de documentos, preparación de fotos digitales y venta de multimedias.

“También trabajamos en consolidar Mi mochila, un paquete de aplicaciones y contenidos audiovisuales que está en etapa de desarrollo y prueba en La Habana, en un centro de cada municipio, y se oferta de manera gratuita. Contiene audiovisuales, libros, películas, muñequitos, videojuegos, cursos y aplicaciones informáticas”.

Concerniente al acceso a Internet desde los Joven Club con esta disposición, Navarro Martínez comentó que será utilizando la plataforma Nauta de Etecsa. “Los Joven Club habilitarán varios laboratorios como salas de navegación. Como mismo las personas van ahora a un telepunto de Etecsa, en este caso lo podrán hacer en el Joven Club, con las mismas tarjetas y tarifas”.

“En el caso de la Red Cuba —expresó—, las instalaciones van a dar ese servicio como hasta ahora, ya que desde casi todas ellas se puede acceder a las páginas punto cu. Para el 2016, cuando ya cobremos todos los servicios, este también será uno de ellos, así como acceder a las redes sociales que hemos creado.

”La oferta de estos nuevos servicios y productos estará condicionada, en primer lugar, por nuestra propia creatividad y también por las condiciones económicas y materiales de cada momento”, y recordó que todos estos productos necesitan costosos recursos para su desarrollo y posterior funcionamiento, como lo relacionado con su hospedaje en el centro de datos de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (Etecsa).

“Si queremos mantenerlos y abrir nuevos debemos lograr que cada uno de ellos, de forma independiente o colectiva, sean sostenibles económicamente”.

Al referirse al estado técnico de los equipos y las condiciones de numerosas instalaciones, una de las cuestiones más reclamadas por la población, sobre todo ahora con el pago de los servicios, el director general subrayó que se ha diseñado un programa que se debe ejecutar en seis años y que prevé el mejoramiento de la infraestructura técnica y material, según las posibilidades reales del país.

“Si hoy no hemos abierto los otros servicios es también por la situación de nuestra infraestructura tecnológica, material y económica. Solo un país como el nuestro se pudo dar el lujo de haber ofrecido un programa como este de manera gratuita durante tanto tiempo, con lo costosa que es la computación”.

La nueva medida estará vigente por un año a partir de su publicación en la Gaceta, al fin del cual se cuantificarán los gastos e ingresos obtenidos para conocer la efectividad de lo dispuesto.

Según Navarro Martínez, para enfrentar los nuevos retos, los Joven Club cuentan con su principal recurso: los trabajadores, que son más de 5 200. De estos, el 47 %  graduados universitarios, y de ellos más de 600 másteres en Ciencia. Además, el 30,6 % está vinculado directamente a la prestación de servicios.

“El trabajo en equipo, la cohesión y la perseverancia que cada uno aplique, en cada momento, permitirá concretar la visión prevista. La principal limitante solo debe ser nuestra propia creatividad”

Tarifas de precios en moneda nacional para los Joven Club de Computación.