Los cubanos y la semana santa

Es curioso que cuando un coloca en Google el término "semana santa", encuentre tanta diversidad de resultados: desde ofertas para vacacionar en cualquier país durante una semana feriada, hasta los listados que demuestran prevalencia de accidentes de todo tipo durante el período. La semana santa es conocida en el mundo entero.

Está asociada a la conmemoración anual de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret y numerosas ciudades cuya religión predominante es católica se paralizan durante este período para vivirla de forma particular. Europa, América Latina, Filipinas, Australia, Jerusalén… cada nación, aunque con puntos en común, tiene su abanico particular de tradiciones en relación con la semana santa.

Quizás la celebración más polémica es la que tiene lugar en Filipinas, donde muchos recrean el mismo dolor que dicen sufrió Jesús: 10 personas son crucificadas y otras tantas pasean por la ciudad dándose latigazos hasta sangrar. En Jerusalén, los visitantes se desplazan hasta la Ciudad Santa y recorren cada uno de los lugares mencionados en la Biblia; mientras que en Francia es habitual que el jueves y sábado santo las campanas no repiquen, en símbolo de silencio por la muerte de Jesús.

América Latina también cuenta con un gran arraigo de las tradiciones populares en semana santa. La mayor celebración es la de la ciudad colombiana Popayán, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en septiembre de 2009, donde se recrea la muerte de Jesús, representada a través de un esqueleto de origen Alemán del siglo XVIII junto a ángeles que cargan martillos y cinceles. Pero también son reconocidas la procesión del silencio, en San Luis de Potosí (México), el Arrastre de Caudas en Ecuador, y las procesiones con túnicas moradas hacia la basílica de Santa Teresa, uno de los principales templos católicos de Venezuela.

Y en Cuba, ¿qué ocurre en nuestro país con la semana santa? ¿Qué peculiaridades están asociadas a estas fechas en Cuba?

Aunque para muchos el viernes santo y la semana santa son días comunes y corrientes—con la acepción de que para los trabajadores el viernes santo es desde 2013 un día de descanso— las diócesis, parroquias y comunidad creyente la celebran a plenitud, como parte de un país donde convive un amplio mosaico de prácticas religiosas y se respeta el libre ejercicio de estas.

Fue en 2013 cuando, luego del encuentro entre el General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Benedicto XVI, se acordó declarar los viernes de semana santa como un día feriado nacional; mientras que en 1998 fue declarado el 25 de diciembre luego de la visita a Cuba del papa Juan Pablo II.

Cuba es un país laico, y en él sus ciudadanos profesan diferentes religiones. Basta caminar por las calles para percibir una amplia presencia de elementos de la religión en la cotidianidad de cada barrio: estampitas de santos colgadas en los carros, crucifijos,  festividades, que se entrelazan con expresiones populares como "alabao", "Ave maría", "Díos mío"...

Si bien en la actualidad un alto porcentaje de la población se considera católico (más del 50 por ciento), existe una alta prevalencia de las prácticas religiosas de la cultura yoruba, mientras que otro por ciento de la población está vinculado a las iglesias Protestantes (bautistas, pentecostales, testigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, presbiterianos, anglicanos, episcopales, metodistas).

Y dentro de ese mosaico tiene espacio por supuesto la semana santa, quizás no con el nivel de popularidad de la navidad, donde son visibles en cada esquina los arbolitos y las guirnaldas, pero muchos cubanos tienen en esta fecha sus tradiciones particulares y el resto, las respeta.