La casa de la Avellaneda viste el bronce del patrimonio

Camagüey, puertas afuera del hogar donde aún habita el apellido y la sangre de la mujer de letras que hace invaluable el inmueble —y con la irrupción sonora en plena declaratoria de un pregonero con sus ajos y sus cebollas y sus plátanos machos— ha quedado declarada para la posteridad la casa natal de Gertrudis Gómez de Avellaneda como Patrimonio Nacional de todos los cubanos.

La vivienda signada con el número 22 en la otrora calle San Juan —ruta que hoy se nombra con el apellido de quien fue sin discusión su más ilustre vecina—, amaneció este febrero 3 con tarja nueva del Ministerio de Cultura para hacer compaña a la otra que en mármol recuerda que allí nació y se hizo mujer la Tula de los más apasionados versos de la Hispanoamérica decimonónica.

En la Resolución Seis de la Comisión Nacional de Monumentos, leída al calor del mediodía por su presidenta Gladys Collazo Usallán, se le atribuye la condición al edificio no solo por la valía histórica que le confiere el haber sido la cuna de una de las personalidades más hondas de la cultura nacional, sino también por sus valores arquitectónicos bien preservados.

“Es una vivienda colonial de fines del siglo XVIII con posteriores influencias del ecléctico del XX en su fachada e interiores, que a pesar de haber sido objeto de diferentes intervenciones por deseo de sus sucesivos propietarios, no ha perdido la impronta colonial y camagüeyana, armónicamente relacionada con el entorno patrimonial que la rodea, en el mismo corazón de la ciudad”, afirmó la directivo.

De su estado actual, Collazo resaltó sobre todo la integración respetuosa y feliz entre lo viejo y lo nuevo, que acentúa, en opinión de los expertos de la institución que dirige, el valor de la casa, por ser ejemplo logrado de adaptación arquitectónica a las nuevas funciones aparecidas con el tiempo.

En la breve ceremonia que paró el tráfico de una de las más céntricas vías camagüeyanas para develar nueva razón de orgullo a gentes de una villa muy dada a ejercerlo, las memorias de rigor corrieron por cuenta del Dr. Luis Álvarez Álvarez.

“La Tula —subrayó el investigador— fue la primera camagüeyana universal, y no solo por su magnífica poesía o su talento para el teatro y la narrativa, sino también por su calidad especial de ser humano y por defender en tan temprana época, intensa y apasionadamente como fue siempre en vida, los derechos de la mujer. Al borde de su bicentenario, la Avellaneda nos refresca un legado que no es solamente literario, sino también una herencia de dignidad, y por ello deberemos salvaguardar esta casa como el emblema que nos representa”.

Camagüey, ciudad con un centro histórico distinguido en 2008 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, engrosará este año a 25 su lista de sitios señalados como Patrimonio Nacional, cuando se hagan efectivas las nuevas declaratorias que la comisión prefiere mantener en secreto.

POEMA DE GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA

"Al Partir "

¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
la noche cubre con su opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.

¡Voy a partir!... La chusma diligente,
para arrancarme del nativo suelo
las velas iza, y pronta a su desvelo
la brisa acude de tu zona ardiente.

¡Adiós, patria feliz, edén querido!
¡Doquier que el hado en su furor me impela,
tu dulce nombre halagará mi oído!

¡Adiós!... Ya cruje la turgente vela...
el ancla se alza... el buque, estremecido,
las olas corta y silencioso vuela.

Gladys Collazo Usallán, presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, hizo efectiva la declaración de la casa de la Avellaneda como Monumento Nacional de Cuba. (Foto: Yahily Hernández Porto).