La buena salud añade vida a los años

El anhelo de la inmortalidad o de, al menos vivir muchos años de manera plena, es un deseo que se ha mantenido en nuestro ideario en el transcurso del tiempo. Rostros arrugados y canas abundantes son sinónimo de experiencia y de buena voluntad.

En la actualidad, cual deseo concedido por el genio de la lámpara, las personas viven muchos más años que antes, por lo que se dice que es la primera vez en la historia humana en que un gran número de personas llega a la ancianidad. El aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de la tasa de fecundidad son algunos de los factores que propician esta realidad, la que más allá de erigirse como una quimera posible, emerge como un tema de interés prioritario a nivel mundial, en tanto conlleva problemas y oportunidades a la par, razón por la que es necesario poner en práctica iniciativas que estimulen hábitos sanos de vida.

Precisamente, este 7 de abril se festeja el Día Mundial de la Salud, dedicado al envejecimiento saludable, bajo el lema La buena salud añade vida a los años. La fecha, seleccionada en la primera asamblea de la Organización Mundial de la Salud con el objetivo adicional de conmemorar la fundación de esta institución en 1948, tiene siempre como objetivo poner de relieve un tema de salud con repercusiones a gran escala. En esta ocasión se propone concienciar sobre la manera en la que podemos gozar de buena salud desde edades tempranas, para que en la vejez podamos disfrutar de una vida plena y activa en la familia y en la sociedad.

VIDA EN LOS AÑOS

Señora, no le quite años a su vida... Póngale vida a los años, que es mejor... Así canta el cantautor guatemalteco Ricardo Arjona en uno de sus temas más conocidos, incitando a que mantengamos encendido el espíritu, sobre todo, mientras envejecemos… y no deja de tener razón. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado cómo podemos garantizar una vejez sana?

Según explicó el doctor Alberto Fernández Seco, jefe del Departamento Nacional del Adulto Mayor y de Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, el fenómeno del creciente envejecimiento poblacional, del que Cuba no está ajena, ha impactado en muchos sectores estratégicos de la sociedad, como el de la salud.

“El envejecimiento en la población cubana, que tiene una esperanza de vida al nacer de 78 años, ha sido un proceso acelerado. Lo analizamos, no solo como el aumento de la proporción de personas de edad avanzada con respecto a la población total, sino también como la disminución de la proporción de niños y jóvenes menores de 15 años, debido a múltiples factores de índole económica y social.

“Iniciamos el siglo XX con un 4,6% de la población con más de 60 años, llegando a un 6,9% en la década de los 50. Ahora, al comienzo de este siglo, contábamos con un 14,5% que en la actualidad ha ascendido a un 17,9% de la población total cubana, lo que representa 2 144 415 adultos mayores. Sobre la base de esas realidades, las proyecciones futuras con relación al envejecimiento en nuestro país apuntan a un crecimiento de hasta un 26% para el 2025 y cinco años después, contar con medio millón de adultos mayores, aproximadamente.

“Se trata de una situación perfectamente previsible, teniendo en cuenta distintos indicadores como el de la emigración juvenil y, sobre todo, que los adultos mayores que hoy tienen 60 años solo tenían 6 cuando triunfó la Revolución en 1959, lo que evidencia las bondades de nuestro sistema de salud, beneficio de un sistema de justicia social, que se mantiene”, apuntó Fernández Seco.

En relación con la atención médica, el doctor Humberto Arencibia Pérez, director del Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED), precisó que hasta hace unos años no existían en el país profesionales que se dedicaran específicamente al anciano, quienes eran atendidos en los diferentes servicios junto al resto de la población, a pesar de las particularidades propias de su edad.

“En agosto de 1982, durante la asamblea mundial de la OMS, fue la primera vez que se habló del envejecimiento como un desafío y de la necesidad de actuar para enfrentarlo. No fue hasta 1985 que comenzaron a formarse los primeros geriatras en el país y dos años después se fundó la Sociedad Cubana de Geriatría para aglutinar todos los saberes, desde el punto de vista académico, científico y práctico en función de los ancianos”, detalló Arencibia.

A la par de la fundación de la Sociedad Cubana de Geriatría, añadió el especialista, surgieron en el país diferentes servicios de Geriatría muy especializados, con profesionales de alto nivel científico y con recursos de la más alta tecnología, para brindar asistencia médica cualitativamente mejor y con mayor alcance cuantitativo.

Años después, en 1992, se inauguró en La Habana el Centro Iberoamericano de la Tercera Edad (CITED) que hoy se identifica como el Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud, encaminado a labores de carácter asistencial y evaluativo e investigativo-epidemiológico.

“Cuba muestra hoy un panorama favorable para el disfrute de una vida plena, aún en la tercera edad, y son muchas las iniciativas que se despliegan desde la educación, la cultura, el deporte y la ciencia para contribuir a ello. A principios de esta década se introdujo, incluso, el término envejecimiento sociogénico, el que se refiere a la presión ejercida por el grupo social sobre el anciano, debido a su lentitud y baja eficiencia a la hora de realizar las actividades cotidianas. Por ello, dirigimos nuestro trabajo a la sociedad en general, pues todos arribaremos a la tercera edad en un momento determinado y que sea de una manera positiva o no, dependerá de nosotros mismos.

“Los logros en el campo de la salud y de la Seguridad Social en nuestro país son incuestionables, pero aún quedan por analizar aspectos más específicos para mejorar nuestra asistencia y en consecuencia, la calidad de vida de los adultos mayores. Pero sin dudas, lo más importante es estimular desde mucho antes los hábitos de vida saludables, con el convencimiento de que es la única manera de ponerle vida a los años”, concluyó Arencibia Pérez.