Muchos siglos han pasado desde que hombres primitivos caían muertos de frío sobre yacimientos de petróleo, hasta aprender que ese combustible es fuente de calefacción y para el desarrollo alcanzado por la humanidad.
Conocimientos y recursos que se obtienen con el saber fueron necesarios para aprovechar ese recurso agotable, y otros renovables con más presencia en el planeta que el petróleo, como el agua, los vientos y el sol.
Todos los factores confluyeron sobre la realidad cubana para que en este 2024 ese objetivo en mente de no pocos empezara a materializarse con una fuerza que causa asombro porque el despegue definitivo se consigue en medio de una crisis económica.
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Puede alguien pensar que el uso de una fuente renovable como la energía solar iniciada tímidamente en años anteriores no pudiera siquiera soñarse todavía, pero el ministro de Energía y Minas Vicente de la O Levy dijo que el país cuenta con recursos para lograrlo.
Esa afirmación la formuló en marzo último en el programa Desde la Presidencia, donde actualizó sobre la situación de esa inversión, que fortalecerá el sistema electroenergético, cuya base está compuesta por termoeléctricas impactadas por la falta de recursos para mantenimiento, reparaciones y modernizaciones.
La vida demuestra lo que dijo el titular, pues en todas las provincias adelantan la preparación del terreno, convencidos de que los recursos arribarán al país, y no se debe perder tiempo con ellos almacenados, sino ponerlos en funcionamiento de inmediato.
En el complejo contexto de generación eléctrica, entre un apagón y otro, suelen verse las cifras como de ciencia ficción, sobre todo cuando estando en apenas un 5 por ciento de uso de fuentes renovables de energía (FRE) se escucha sobre el objetivo de llegar al 100 por ciento.
¿Qué significan 1000 MW aportados por el sol?
Cuando poco antes del próximo verano del año 2025 el país disponga de 1 000 MW aportados por 46 paneles solares fotovoltaicos, significará que en un día como el recién pasado 8 de agosto la disponibilidad no hubiera sido 2476 sino 3476.
Ese día no hubiera ocurrido la afectación estimada de 744 MW porque la demanda calculada de 3 150 MW habría estado satisfecha con una reserva de 326 MW, una cifra superior a los alrededor de 240 MW que genera la Guiteras, la mayor de las termoeléctricas.
Instalar los paneles de 21,8 MW cada uno no requiere de las complejidades de la puesta en marcha de otro tipo de equipamientos, sino que de inmediato pueden incorporarse al sistema electroenergético.
Con tres instalaciones de este tipo terminadas serían 65,4 MW, lo cual supera a la unidad 1 de la termoeléctrica Ernesto Guevara de la Serna de Santa Cruz del Norte que genera actualmente 60 MW.
Y al concluir 11 emplazamientos de paneles solares fotovoltaicos se igualaría lo que sirve una termeoléctrica como la Antonio Guiteras de Matanzas o la Felton 1 Lidio Ramón Pérez de Mayarí, en Holguín.
De esta manera, no hay que esperar al final para recibir los 1 000 MW, sino que se irán incorporando gradualmente según se ejecute cada inversión distribuida por el territorio nacional, lo cual evita pérdidas en líneas de transmisión a largas distancias.
En una segunda etapa se completará la cifra de 92 paneles solares fotovoltaicos que entregarán 2 000 MW, y entonces prácticamente será duplicada la actual disponibilidad que en el día tomado como referencia serían 4 476 MW.
Tal cantidad se lograría al sumarla a los aportes de las unidades térmicas y las que usan gas (ambas con combustible nacional), y la generación distribuida de diésel y los motores fuel oil de Moa y Marie, así como las centrales flotantes conocidas como patanas.
Esa cifra (4 476 MW), supera la actual demanda de alrededor de 3 200 MW en verano y que no es más debido a que el mayor consumo está en el sector residencial, mientras que la producción y los servicios permanecen generalmente paralizados o con baja utilización.
Por tanto, el sistema electroenergético en su conjunto está llamado a crecer para responder a las demandas de una reactivación de la economía nacional.
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La realidad es que hay atraso en el uso de las FRE, pero no es ficción que Cuba no continuará padeciendo falta de energía mientras camina bajo el sol dependiendo solo del petróleo nacional, así como del importado que se adquiere a altos precios y con muchas dificultades en el mercado internacional.
Paso a paso, de 21,8 MW en 21,8 MW, el país llegará en una primera etapa a 1 000 MW y continuará hacia los 2 000 MW y más.
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