El pasado año se registraron 4175 accidentes de trabajo en las entidades del sector estatal del país, que dejaron un saldo de 4214 lesionados (de ellos, 1321 mujeres), y 86 fallecidos.
Las cifras las revela la publicación “Protección del trabajo. Indicadores seleccionados. Enero-Diciembre de 2013”, de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en la que además consta que 1024 de esos siniestros se produjeron en la capital, donde perdieron la vida 28 personas.
Mientras las leo, pienso que no es relevante saber si disminuyen o no con relación al período anterior, pues la pérdida de casi un centenar de personas en eventos perfectamente evitables como estos, no encuentra consuelo en comparaciones estadísticas. Intento entonces visualizar ¿qué falló?, y mi imaginación se trunca.
Trágicos sucesos pueden ocasionarse si alguno de los trabajadores de los talleres de la Empresa Mecánica Julio Antonio Mella no usa en sus labores diarias cinturones de seguridad, polainas, guantes, petos, cascos, espejuelos, overoles, botas de casquillo, gorros, máscaras y otros medios de protección imprescindibles para su desempeño, me comenta Lidia Esther Cruz, subdirectora de la entidad.
Al instante, rememora aquel accidente sufrido por un techador que dejó a un lado su cinturón y la soga de seguridad y el más reciente, en el que un joven trabajador perdió cuatro dedos de su pie por no llevar las botas de casquillo.
Comenta Fernando Ríos, tornero de un taller de mecánica, que en su centro se tiene muy en cuenta lo que se necesita para trabajar. “Existe un puesto de trabajo en el que su ocupante debe velar por el cumplimiento de las normas de protección e higiene de los trabajadores, y no puede permitir que se realicen las tareas correspondientes si se carece de lo indispensable”.
Si de salud y seguridad se trata, creo que lo más fácil es pensar en los mineros, los linieros, los trabajadores de una fábrica, de Aguas de La Habana, del ferrocarril…Sin embargo, estos aspectos son importantes también en entidades en las que predomine el trabajo en oficinas, apunta Humberto Puentes, informático de la Oficina Nacional de Estadísticas. “Deben garantizarse las condiciones laborales elementales relacionadas con la ventilación, la adecuada iluminación, las mesas y sillas específicas para el trabajo con las computadoras, por ejemplo. En ese sentido, es necesario que los trabajadores conozcan la postura adecuada para trabajar durante horas con las máquinas, el uso del mouse, la altura a la que debe estar el monitor”.
Señalizar los tomacorrientes, garantizar normas básicas de higiene en aquellos locales habilitados para el almuerzo en centros carentes de comedores obreros, instaurar áreas de protección contra incendios con sus medios correspondientes…Son estas otras medidas que Humberto asegura que deben tomarse en cuenta, en relación con la seguridad en el ámbito laboral.
Justo hoy es el día en el que, celebrando el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, se quieren borrar los números que engrosan la lista fatal de trágicos sucesos. Se enfatiza entonces a nivel internacional en la prevención de los accidentes y las enfermedades relacionadas con el trabajo, y el movimiento sindical mundial rinde homenaje a las víctimas de este tipo de siniestros y de las enfermedades profesionales.
Cada año, el Programa de la Organización Internacional del Trabajo elabora un informe que sirve para dar fondo al tema y a través de él consta que alrededor de 2 millones de personas mueren anualmente debido a enfermedades relacionadas con el trabajo y más de 320 mil fallecen anualmente como consecuencia de accidentes laborales.
El lema de la jornada en esta ocasión es “La seguridad y la salud en el uso de productos químicos en el trabajo” para incentivar la toma de conciencia con relación a actividades peligrosas que pueden realizarse en sectores como la agricultura, la construcción, la pesca y la minería.
Las actividades de protección e higiene del trabajo en Cuba antes de 1959 eran prácticamente inexistentes, a pesar de que la legislación en esta materia data de 1930, estableciéndose en ella determinados servicios médicos curativos para los centros de trabajo con más de 200 trabajadores.
La seguridad y la salud de los trabajadores es hoy un derecho recogido expresamente en la Constitución de la República y es la Ley No. 13 de Protección e Higiene del Trabajo, promulgada en diciembre de 1977, el documento legal que plasma los principios fundamentales en torno a esta temática, así como las obligaciones, atribuciones y funciones de los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social, Salud Pública y del Interior, organismos rectores de la actividad.
Se vela por las condiciones idóneas para que el trabajador pueda desarrollar su labor eficientemente y sin riesgos, evitando sucesos y daños que puedan afectar su salud e integridad, el patrimonio de la entidad y el medio ambiente.
El Decreto 101-1982, Reglamento General de la Ley de Protección e Higiene del Trabajo; la Resolución 32-2001, relacionada con el registro y aprobación de los equipos de protección personal; la Resolución 31-2002, en la que se establece la obligatoriedad de las diferentes entidades de identificar, evaluar y controlar los factores de riesgo presentes en las áreas y puestos de trabajo que afectan o puedan afectar la seguridad o la salud de los trabajadores y la Resolución 19-2003, que aborda la responsabilidad de las entidades para registrar e investigar los accidentes de trabajo ocurridos, son algunas de las legislaciones que amparan lo concerniente a la seguridad y salud de los trabajadores cubanos.
A diferencia de otros países, Cuba posee además un programa nacional de salud para prevenir determinados riesgos y accidentes, y evitar enfermedades profesionales a los trabajadores. Con él, se persigue el necesario nivel de exigencia y de vigilancia que debe existir en los centros en materia de protección.
No obstante, Francisco Safora, especialista del Ministerio de Salud Pública, insiste en que los peligros deben ser conocidos por todos de manera individual. Reconoce además que las inspecciones sanitarias deben realizarse con mayor sistematicidad para identificarlos y actuar a tiempo contra ellos.
Con motivo de esta jornada, se realizará un taller científico acerca del tema en el país, coordinado por los ministerios de Salud Pública, de Trabajo y Seguridad Social y del Interior, así como también la Central de Trabajadores de Cuba, y los institutos de Deportes, Educación Física y Recreación y de Salud de los Trabajadores.
Se abordarán temas como la higiene mental, las dolencias no trasmisibles y el diagnóstico y prevención de las enfermedades profesionales en Cuba, así como la importancia de imponer las multas y sanciones administrativas correspondientes, según lo establece el decreto Ley 246/2007, de las infracciones de la legislación laboral, de protección e higiene del trabajo y de seguridad social.
Sin embargo, para lograr una cultura eficiente de la seguridad en el trabajo no solo basta con que alguien o una entidad supervise el cumplimiento de lo establecido, pues cada cual debe conocer cuáles son las sustancias, los productos y las condiciones de su entorno laboral que le pudieran acarrear determinados accidentes o enfermedades profesionales, y qué medidas se pueden poner en práctica en cada caso.
Mucho vale la vida, y no puede tirarse por la borda por una negligencia, un olvido, un capricho, una falta de revisión o de asignación, una baja calidad en los recursos…
luism
16/10/18 9:27
muy buena ayuda pa las pruebas gracias
Tremendo
28/4/14 12:30
oye pero como la gente no se va a cuidar tu vida y tu familia es más importante que arriesgarte por algo que solo es para algunos: sobrevivir
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