¿Cuándo desaparecerá la ropa importada de nuestras tiendas, o al menos, coexistirá con diseños autóctonos? ¿Cuándo se valorará el trabajo de los diseñadores cubanos y se les ofrecerán más espacios para presentar su obra? ¿Los cubanos podremos en algún momento dejar a un lado las modas importadas y acceder a la que se realiza en el país? ¿Cuánto queda por hacer para instituir una moda cubana?
Las interrogantes son miles. La moda es Cuba es un fenómeno atípico, en tanto aprendemos a vestirnos de una manera “coherente” con nuestros gustos, más o menos acordes con las tendencias, y según lo permitan nuestros ingresos. Se confunden los límites entre el vestir por necesidad y el vestir “a la moda”, y mientras las importaciones ganan terreno.
Desbrozar el camino para que diseñadores y artesanos textiles sean más tomados en cuenta y ofrezcan sus colecciones para un uso más cotidiano y visible en la población cubana depende de muchos factores, entre ellos, el económico, que no permite aun el desarrollo de una industria que respalde las creaciones cubanas y potencia sus marcas y estilos. No es cosa de coser y cantar.
Sin embargo, los esfuerzos se mantienen y no son pocos los diseñadores cubanos que obtienen premios a nivel nacional e internacional, y no abandonan el sueño de crear una moda cubana. Por eso fue tan optimista Dámaso Crespo, presidente de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas, durante la apertura oficial de la Primera Semana de la Moda Artesanal en Cuba 2015, evento que se extenderá hasta el próximo domingo en la Casa de la Amistad, en el Vedado capitalino, y que tuvo en su primera noche un homenaje a Rafael de León, Premio Nacional de Diseño 2005.
Alrededor de 48 creadores de La Habana, Cienfuegos, Matanzas y Santa Clara presentarán sus colecciones en este primer intento por rescatar tradiciones cubanas de la moda, disminuir la influencia foránea, incorporar novedades textiles adecuadas a nuestra sociedad, marcar pautas en el uso de materiales y tejidos y contribuir a la revitalización del trabajo de los diseñadores y artesanos textiles del país.
La diseñadora y artesana textil María Salome Morales, filósofa de formación y con más de 20 años de experiencia en el sector, afirma que con el evento se pretende además facilitar las alternativas de producción nacional y elevar la cultura de la población cubana en relación con las creaciones cubanas.
“Existe mucho talento entre los artistas cubanos y es una pena que no pueda ser canalizado, salvo a partir de iniciativas individuales, y enfrentando los obstáculos a diario que entorpecen la constancia en la creación y sobre todo, encarecen tanto el producto final”, aseguró la coordinadora general del evento y presidenta del Comité Organizador.
Esta Primera Semana de la Moda Artesanal en Cuba 2015 surgió como un evento a nivel interno, entre los artistas pertenecientes a la sección Textil de la ACAA pero el interés ha crecido y se han sumado otras entidades que lo auspician como el Fondo Cubano de Bienes Culturales, que es nuestra entidad comercializadora, y el Consejo Nacional de las Artes Plásticas. Lo concebimos de una forma más discreta pero sin dudas, hay un interés nacional por hacer de esta ventana, una puerta al desarrollo de la moda en el país”, comentó el diseñador Ignacio (Nachy) Carmona, presidente de la sección Textil de la ACAA y miembro del comité organizador del evento.
En los desfiles, abiertos al público a partir de las 7 de la noche con entradas de 20 pesos en moneda nacional, se puede apreciar el vestuario pero también artículos de piel, la bisutería y orfebrería así como artículos de textil en técnica de Patch Work en modelos de la agencia ACTUAR y la compañía Entre Poses.
-¿Cuán lejos o cuan cerca estamos de una moda cubana?
-Hablar de una moda cubana implica manejar conceptos como identidad, que se superen por encima de cualquier influencia foránea o globalizadora de otras modas o tendencias. Si asumimos que hay un grupo de cubanos que trabaja en función de estilos, tendencias, modas a partir de los recursos de los que disponemos, las características climáticas del país y los gustos estéticos, podemos afirmar que si hay una moda cubana.
“Vivimos en los años 80 un periodo muy fructífero en cuanto a los intentos por fundar una moda cubana con varios proyectos como Contex, Nueva Línea, Quitrín, el Taller Experimental de la Rampa y otros, pero después del Periodo Especial, las dificultades económicas dieron al traste con ellos. Y es ese el factor más importante que propicia la inexistencia de una industria de la moda en el país, de un mercado de materias primas para la producción mayorista, que limita las creaciones cubanas, desde la adquisición de un botón hasta de determinadas telas o hilos. Ello afecta la calidad del producto que se pensó en un inicio y que se ofrecerá después, y encarece el precio final, a partir de la búsqueda por otras vías de los materiales para su confección.
“No ignoremos tampoco las influencias extranjeras que se asocian con calidad y exquisitez, sin tomar en cuenta la que pueden ofrecer nuestras colecciones. NO se venden a precios baratos, pero la gente los compra porque pretenden legitimarse dentro de una “tendencia” de moda universal o al menos reconocida como de una clase social económicamente solvente”, reflexionó el arquitecto, diseñador y artesano textil Jesús Frías (Chuchi), miembro del comité organizador.
El trabajo de promoción debe ser mas intenso, y mantener una renovación constante es un gran reto, apunta Chuchi. “NO necesariamente los cubanos debemos estar vistiéndonos con el ultimo grito de la moda. Según mis experiencias internacionales, muy pocas personas pueden correr tras la moda, y la mayoría trata de combinar aquello que se presenta como lo más novedoso con piezas clásicas y tradicionales que nunca dejan de llevarse. Pero en eso también entra a jugar el buen gusto, y es un aspecto en el que también hay que trabajar más.
Nachy coincide en que tampoco deben manejarse colores o estilos del a;o, como dictan los grandes de la moda internacional. “Cuba es un país sui generis, y a partir de las condiciones de nuestro contexto, podemos manejar esos conceptos, fieles a las tradiciones cubanas y contemporaneizandolas. Mas importante aun es potenciar la cultura del vestir, porque la moda no tiene por que asumirse como un tema superficial, siempre y cuando se vea como una carta de presentación de la persona que además, debe tener en cuenta sus características físicas, su edad y el contexto en el que se desenvuelve para insertarse o no en la moda”.
Por ahora lo esencial es la celebración del evento como un primer paso para desarrollarnos como queremos y como el país lo requiere, agrega Maria Salome. “Los conflictos no desaparecerán pero esperemos que el desconocimiento de lo que tan bien se hace en el país si, y que sobre todo, aprendamos a identificarnos mas como cubanos y no tanto como seguidores de otras tendencias. Cada país defiende su autoctonía, ¿Por qué no hacerlo Cuba?
Paloma
19/10/15 11:34
Apoyo a María Salomé en cuanto a lo que se puede hacer por el momento. Si económicamente el país ni la población pueden hacer más de lo que se hace pues entonces corresponde conservar la memoria, que es decir nuestra identidad como nación. No debemos olvidarnos de quienes somos por el hecho de que no podamos obtener lo que queremos o necesitamos, siempre deberá estar presente ese valor identitario que es en definitiva lo que nos salva como pueblo y como cultura.
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