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jueves, 2 de enero de 2025

De aquí, de allá y de acullá (+Podcast) (+Infografía)

La ausencia de los padres en edad infantil implica una privación afectiva importante, pues constituye una pérdida que conmociona al niño y las consecuencias pueden ser perjudiciales...

Noemy Marrero Rodríguez en Exclusivo 30/12/2024
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La ausencia de los padres en las primeras edades implica una privación afectiva importante
La ausencia de los padres en las primeras edades implica una privación afectiva importante

Los cuadros ya no cuelgan sobre la pared blanca. Enrollados en tela, se agolpan en una caja de cartón. Ahora se amontonan sobre una pared marfil. El espacio reducido del nuevo apartamento provoca que estén como abrazados. Con algunos recuerdos esculpidos en la memoria, Amanda mira la figura paterna que ahora se dibuja solo en aquella foto familiar. Es como si la distancia que la separa hubiera roto algo muy dentro, que no sabe explicar a sus nueve años.

Los de allá

Con la rápidez de un relámpago que atonta los ojos llegó el año 2021 estremeciéndolo todo: una pandemia mundial, desastres naturales, cambios de gobiernos en Latinoamérica, protestas políticas, una de las mayores crisis migratorias de la historia, en fin, un sinnúmero de acontecimientos.

Amanda no escapó de los convulsos cambios que trajo el vigésimo primer año de este siglo. Ahora reside en un hogar distinto, sin la presencia de su figura paterna.

Según algunas creencias espirituales, el número veintiuno está vinculado a transformaciones. Aunque no solemos confiar del todo en estas predicciones, es innegable que se hicieron evidentes.

Un trabajo publicado por el periodista Rafael Hernández en Cubadebate afirma que, a partir de octubre de 2021, en un período de solo seis meses, la vida de 177 800 cubanos cambió. “Un alto flujo de personas abandonó la isla en busca de mejoras económicas, reencuentros familiares y otros factores que motivaron tal decisión.”

De esta considerable cifra, al menos un 20 por ciento dejó atrás a familiares, principalmente de primer grado (padres e hijos). Aunque el fenómeno de la emigración ha sido objeto de debate durante muchos años, en el último lustro se ha evidenciado un crecimiento notable.

Según fuentes oficiales de EE.UU., en el año fiscal 2022, casi 221 000 cubanos cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México.

Esta situación también plantea una problemática poco analizada: innumerables niños, adolescentes y jóvenes se quedan sin el apoyo, la compañía y el cuidado de una o ambas figuras parentales.

No es menos cierto que el emigrante al salir de sus tierras está expuesto a una serie de transformaciones en su vida social, tal es el caso del padre de Amanda. Pasar a vivir a un sitio completamente diferente, dejar atrás el entramado social y cultural en que se ha desarrollado psicológicamente, provoca una serie de efectos, denominado Culture shock.

Este no es un término médico ni una enfermedad. Simplemente, es una manera frecuente de describir los sentimientos de confusión y nerviosismo que una persona experimenta al dejar la cultura que le es familiar para vivir en una nueva y diferente.

¿Pero qué pasa con los de aquí? ¿Qué sucede cuando los que quedan son infantes, y entonces carecen de una figura parental?

Los de aquí

La historia de Amanda se reitera en decenas de hogares cubanos. Y es que la mente de un menor no es capaz de comprender el por qué de la separación.

Los adultos, no pocas veces, reducen estas situaciones a “se fue para ayudarnos y que todo mejore”, “regresa pronto”, “vamos a irnos a un lugar mejor a vivir”, “papá se fue, pero nos quiere”.

Sí bien la corta edad de Amanda le permite percibir cada una de esas palabras, pero su mente infantil no es capaz de procesarla en su totalidad.

Con la partida de su figura paterna vio tambalearse valores claves para la formación de la integridad familiar, experimentando ansiedad, emociones negativas como la tristeza y la rebeldía, explicó Martha Yanara Santos Velázquez, psicóloga y Máster en Salud Mental Comunitaria. “Los menores en la mayoría de los casos quedan bajo el manejo de los abuelos, lo que trae consigo que exista una pérdida o duelo determinado por la separación.”

Investigaciones precedentes a la temática coinciden en que los infantes con padres migrados generalmente experimentan estos sentimientos. Una manera de los niños expresar sus verdaderas emociones, es mediante la técnica creativa de arte terapia, una vía donde reflejan su percepción mediante las artes plásticas.

La ausencia de los padres en las primeras edades implica una privación afectiva importante
(Noemy Marrero Rodríguez / Cubahora)

La ausencia de los padres en las primeras edades implica una privación afectiva importante
(Noemy Marrero Rodríguez / Cubahora)

Dibujos realizados por niños que fueron analizados en una investigación llevada a cabo en Pinar del Río, con el objetivo de caracterizar su estado psicológico al ser separados de uno o ambos padres.

 

En un estudio realizado por psicólogos en Pinar del Río, que incluyó 120 casos utilizando la técnica de arte terapia, se identificó que el estado emocional más frecuente era la ira. Además, se observaron altos niveles de tristeza, ansiedad, sentimientos de añoranza y pena, así como temores relacionados con la figura de la separación y la integridad familiar en general.

En solo tres horas que permanecí en el Hospital Pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja en la provincia de Holguín, a la espera de algún especialista que pudiera abordar el tema, me percaté como dos de los niños que estaban en consulta, eran tratados por el impacto psicológico que había causado en ellos la ausencia de alguna figura parental, ya fuera padre o madre.

Esta problemática no es solo de la oleada migratoria que ha acontecido en los últimos años. En Cuba ya se veía con frecuencia cuando, padres, médicos, maestros o deportistas salían de la isla a cumplir misión internacionalista.

Yilian tiene siete años y vive en la provincia de Holguín. Desde que tenía cinco años, dejó de vivir con sus padres y su hermana mayor para convivir solo con su abuela materna. Ambos progenitores emigraron de manera ilegal a los Estados Unidos, y debido a que la abuela no podía cuidar de ambas niñas, la hermana mayor fue separada y pasó a vivir con su otra abuela.

De un golpe Yilian perdió su estabilidad emocional. La ira, la tristeza y la ansiedad son las formas más comunes en que los niños exteriorizan los sentimientos provocados por la ausencia de uno o ambos progenitores. Esta situación es cada vez más frecuente en la actualidad y puede ser asimilada por los niños como un proceso de duelo.

La separación de sus padres puede generar en ellos un profundo sentido de pérdida, similar al que se experimenta ante la muerte de un ser querido. Los niños pueden sentir que han perdido no solo la presencia física de sus padres, sino también la seguridad  que estos les brindaban. Este duelo puede manifestarse a través de comportamientos desafiantes, llantos frecuentes o incluso problemas en el rendimiento escolar. Es fundamental que los adultos a su alrededor reconozcan estos sentimientos y ofrezcan el apoyo necesario para ayudarles a procesar su dolor y adaptarse a su nueva realidad.

Las principales alteraciones psicológicas en niños cubanos con padres ausentes por la emigración, de acuerdo con un estudio realizado por cinco especialistas en psicología de la Universidad de La Habana, se concluyó que son el alto nivel de depresión y ansiedad, niños que padecen pérdida del control de la vejiga, o sea, no controlan los esfínteres y se orinan, conocido en el argot médico como enuresis nocturna. También en algunos casos puede aparecer resistencia a realizar sus necesidades fisiológicas  básicas o manía de morderse las uñas con los dientes, bajo rendimiento académico, entre otras manifestaciones.

La ausencia de los padres en las primeras edades implica una privación afectiva importante
(Noemy Marrero Rodríguez / Cubahora)

Julio, médico del Hospital Vladimir Ilich Lenin, quien prefiere no aportar sus apellidos por decisión propia, comenta que salió del país en el año 2014, dejando a su esposa e hijos. “De ese viaje solo me quedan los equipos electrodomésticos medios rotos y algunas ropas que traje. En ese momento mi principal objetivo era la solvencia económica, salí a Venezuela por mis hijos. Ahora me doy cuenta que hubiese valido más, no ir a ningún lado, me perdí parte de la etapa de la adolescencia. Eso, no tengo forma de recuperarlo”.

En ese sentido, la Máster en Psicología Clínica, Fidelina Rodríguez Herrera afirma en su informe de investigación que “la separación definitiva o temporal de padres e hijos por cualquier causa, significa una pérdida de su base de seguridad, ya que ellos, en el ámbito lógico concreto como es su pensamiento, deducen que en la medida en que su familia este más unida, será más fuerte, protectora y más competente”.

La ausencia de los padres en las primeras edades implica una privación afectiva importante, pues constituye una pérdida que conmociona al menor y las consecuencias pueden ser perjudiciales, cuando estas dificultades no sean atendidas oportunamente.

Así Reynaldo Oramas, quien ahora es estudiante de séptimo grado, con 12 años de edad primero enfrentó el divorcio de sus padres, luego la ausencia de su papá tras la emigración hace alrededor de cuatro años y más recientemente de su madre, quien salió del país hace tan solo unos meses. Exterioriza la añoranza por sus padres alejándose de la realidad, acompañado todo el tiempo de dispositivos tecnológicos, ya sea el móvil, computadora o tableta. Nunca más ha dormido solo, se ha apegado mucho a su abuela materna, tanto que no puede pasar largos períodos sin su compañía.

Su abuela, Marcia Sánchez explica que le preocupa que después de este tiempo junto a ella, al reunirse con su mamá le sea difícil pasar por otro proceso de adaptación, que será para él como empezar de cero. Pues en no pocas ocasiones le ha expresado que sin ella no quiere irse a vivir a otro país.

Como Reynaldo, la mayoría de los niños que pasan por situaciones similares manifiestan conductas desobedientes, caprichosas y rebeldes, sin muchos sospechar que se trata de la manera de expresar lo que sienten.

Según la UNICEF es muy difícil calcular cuántos niños a nivel mundial se encuentran en situaciones como estas. Si solo analizamos el tema en países como China donde se calcula, según la Red de Información de Derechos de los Niños, que existen más de 60 millones de infantes abandonados por sus padres emigrantes, podemos ver cuan notable son los datos en este tema. Latinoamérica no se queda atrás, son miles de padres los que han tenido que dejar sus hogares para irse a trabajar a otros países, por meses e incluso años.

La ausencia de los padres en edad infantil implica una privación afectiva importante, pues constituye una pérdida que conmociona al niño y las consecuencias pueden ser perjudiciales, cuando estas dificultades no sean atendidas oportunamente.

Los pequeños lo viven como un duelo migratorio caracterizado por tener carácter latente, el cual se reabre constantemente, dificultando el equilibrio, bienestar y desarrollo personológico, las alteraciones psicológicas encontradas se refieren a la presencia de estados emocionales negativos como respuestas adaptativas de carácter transitorio, además de alteraciones de los hábitos, conductas desobedientes, caprichosas y rebelde.

Esta problemática de la emigración, donde se alejan los hijos, hermanos, padres, abuelos, no cesará, ni podrá erradicarse, pues forma parte de las dinámicas poblacionales mundiales. Las carencias económicas y la búsqueda de un futuro mejor continuarán obligando a permanecer aquí, otros en necesidad de ir para allá, mientras muchos solo persisten en acullá.


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Noemy Marrero Rodríguez

De mayor quiero ser niña. Periodista, especializada en temáticas de infancia.


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