Nuevas esperanzas terapéuticas en la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que perturba el sistema nervioso central, definido especialmente por la degeneración de neuronas en una zona del cerebro conocida como sustancia negra. Esta zona es esencial para la producción de dopamina, un neurotransmisor que compone un fundamental papel en la regulación del movimiento. La reducción de dopamina lleva a los síntomas motores propios del padecimiento, como rigidez muscular, temblores, bradicinesia (movimiento lento) y anormalidades en la coordinación y el equilibrio.

Conjuntamente con los síntomas motores, la enfermedad de Parkinson pudiera ocasionar una secuencia de sintomatologías no motoras que perturban la calidad de vida del enfermo. Estos pudieran comprender depresión, trastornos del sueño, problemas cognitivos, ansiedad y modificaciones en la regulación del sistema nervioso autónomo, que pudieran conducir a complicaciones como dificultades gastrointestinales y a la hipotensión ortostática. Las diferencias de las características de la enfermedad varían entre las personas, lo que representa que no todos por igual perciben iguales síntomas ni idéntica rigurosidad.

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La terapéutica de la enfermedad de Parkinson se centraliza en el alivio de las sintomatologías y optimizar la calidad de vida. Esto pudiera comprender medicinas que acrecienten los niveles de dopamina o que mimetizan su accionar, así como terapias ocupacionales y físicas. En ciertos enfermos con la enfermedad avanzada, se puede tomar en cuenta la cirugía, como es la estimulación cerebral profunda. La continua investigación persigue entender de la mejor manera posible los componentes de la perturbación y perfeccionar estrategias terapéuticas nuevas, con la perspectiva de optimizar la conducción de esta situación permanente.

Qué nuevas esperanzas terapéuticas hay en la actualidad para la enfermedad de Parkinson

En los momentos actuales, las investigaciones en relación a la enfermedad de Parkinson han creado diferentes expectativas terapéuticas que pudieran cambiar el manejo de esta situación. Una de los terrenos más promisorios es el perfeccionamiento de terapias fundamentadas en células madre. Estas terapias exploran sustituir las neuronas deterioradas en la sustancia negra, lo que pudiera restituir la obtención de dopamina. Si bien los ensayos clínicos se encuentran en sus etapas iniciales, sus primeros resultados han exhibido ciertas facultades para optimizar las sintomatologías motores en ciertos enfermos.

Otro camino de original investigación se centraliza en la neuroprotección. Ciertas investigaciones se encuentran inquiriendo el empleo de medicamentos que resguardan las neuronas de la degeneración, como son los agentes que pueden reducir la inflamación en el cerebro y los antioxidantes. A modo de ejemplo, la investigación sobre el empleo de preparados como la nicotinamida y la uridina han demostrado alentadores resultados en representaciones animales, y actualmente se llevan a cabo ensayos clínicos para valorar su conveniencia en seres humanos.

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La estimulación cerebral profunda (DBS) igualmente ha progresado de manera significativa. Dicha técnica comprende insertar electrodos en zonas determinadas del cerebro para regularizar la actividad eléctrica y ha mostrado ser valiosa con el fin de controlar la sintomatología motora en enfermos con la enfermedad de Parkinson. Novedosos caminos en la estimulación cerebral, como la estimulación de fases cerradas y la modulación adaptativa, se están investigando para individualizar el tratamiento y mejorar más aún sus efectos.

Últimamente, los adelantos en la terapia génica están iniciando nuevas perspectivas ya que los investigadores están examinando maneras de incorporar genes que creen la elaboración de dopamina o que preserven las neuronas en el cerebro. En recientes ensayos clínicos han empezado a valorar estas prácticas, y aunque se encuentran aún en etapa experimental, los efectos iniciales brindan perspectiva para un procedimiento más específico y efectivo en el porvenir. Estos progresos en las investigaciones pudieran renovar el rumbo del tratamiento de la enfermedad de Parkinson, ofreciendo a los enfermos diferentes alternativas para el manejo de su padecimiento.