La aprobación de un nuevo Código de las Familias constituye una de las temáticas que en la actualidad, ha generado un sinfín de comentarios, por la importancia que tiene en el contexto actual. Sin embrago, la mayoría de las opiniones se centran en torno al debate de la aprobación o no, del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Aunque este es uno de los principales elementos a modificar, quedan aún tela por donde cortar, si de construir una sociedad más justa y equitativa se trata. Después de poco más de cuatro décadas de vigencia del actual código, es necesario introducir modificaciones, acorde a lo expuesto en la Constitución.
De acuerdo con Ana María Álvarez-Tabío Albo, profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, se trata, de “perfeccionar y ampliar múltiples figuras jurídicas a partir de situaciones reales que se presentan, tomando como base relaciones democráticas y de estricta igualdad, fundamentadas tanto en el ámbito afectivo como en el biológico, y en los principios de dignidad y solidaridad consustanciales a este grupo social, consagrados en la actual Constitución”.
Para la especialista, además, es necesario emplear un lenguaje jurídico preciso, inclusivo, que evite palabras que impliquen jerarquización, subordinación o discriminación, no solo ajustado al texto constitucional, sino a los tratados internacionales de derechos humanos sobre estas materias ratificados por Cuba
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En opinión de la doctora, las problemáticas más significativas están estrechamente relacionadas, entre otros temas, con la igualdad y reconocimiento de todas las formas en que hoy se organizan las familias cubanas; las relaciones parentales y de parentesco; la protección a los adultos mayores y personas en situación de discapacidad; así como la violencia familiar.
Con ello se refiere, por ejemplo, a que no existe un reconocimiento a la diversidad de formas familiares. Se protege y potencia, principalmente, la familia matrimonial, nuclear, heterosexual, cuando ya no es el modo más relevante de organización de las familias, si se tienen en cuenta los escasos índices de matrimonialidad y la tendencia creciente de los divorcios.
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Asimismo, tienen que perfeccionarse las instituciones de la responsabilidad parental; la guarda y cuidado, que podría concederse temporalmente a terceros o decidir su ejercicio compartido; así como la ampliación de las fórmulas y maneras de comunicación, que incluye a otros parientes distintos a los progenitores.
Considera impostergable, también, la introducción en la legislación cubana de figuras jurídicas que permitan otros mecanismos de apoyo para la protección, en el ámbito familiar, de las personas con discapacidad o adultos mayores, sin olvidar la debida protección jurídica a las personas cuidadoras
Otro asunto que no debe obviarse, resalta la experta, es “la violencia al interior de las familias, que obliga a establecer mecanismos para su prevención, unido a la protección de las víctimas”.
carlosvaradero
22/6/21 11:12
Pues yo piendo que si, que efectivamente en los tiempos actuales el codigo de familia debe ser cambiado, en el contexto actual hay muchas formas diversas de familias en cuba, muy a pesar del criterio retrogrado de algunos, muchas personas que no son familias propiamente dicho conviven juntos desde hace tiempo y esa convivencia como si fueran realmente familia hay que respetarla y apoyarla, muchas veces ese tipo de familia son mas funcionales y verdaderas que la familia en si, entonces creo que debe tener apoyo y reconocimiento social y estatal por ejemplo, dos hombres que convivan juntos o dos mujeres que convivan juntas, porque quitarles el derecho de ser vistas como familia ante la sociedad, solo por el egoismo y la mentalidad retrogrados de algunos? no es justo.
REVISAR
18/6/21 12:21
Solo espero que se cumpla con lo expresado de llevar el código de familia a referendo popular.
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