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sábado, 27 de diciembre de 2025

Reinicio

No habrá mejor tiempo que este, porque no lo tendremos otra vez de vuelta...

Yeilén Delgado Calvo
en Exclusivo 27/12/2025
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Mamá
Pie de foto: Reiniciarnos para el 2026 puede ser la manera de quedarnos con todo lo hermoso de nuestra crianza y desterrar lo que no nos enorgullece. IMAGEN TOMADA DE DEPOSITPHOTOS

Hace cuatro años –hará cinco en unos poquísimos días– mis años nuevos empiezan siempre bonito: el primero de enero de 2021 me convertí en madre por segunda vez.

Es una coincidencia hermosa. No hay madre que ame que pueda empezar con mal pie un año si el primer día celebra la vida de su hijo. Ya sea que esté conmigo, o con su papá, amanece y yo pienso en Abel, en su consistencia esponjosa de bebé mío, en la manera en que nos miramos, queremos, entendemos.

De cierta forma, me reinicia. No puedo evitar pensar en lo que debo hacer mejor, en lo que hay que cambiar, en aquello que deseo. Aunque haya mucho de convención social en ese paso entre años, es sanador tomar una pausa y apretar el botón de reinicio.

Leo a Clarice Lispector: “Después del miedo, viene el mundo”. No son tiempos fáciles; tampoco para criar. Los avatares económicos, el violento ritmo de las redes sociales, la inestabilidad del mundo, nos sumergen en la incertidumbre. Pero, mientras, la infancia de nuestros hijos pasa, y el tiempo de ser madres y padres de niñas y niños pequeños, también.

No habrá mejor tiempo que este, porque no lo tendremos otra vez de vuelta. Deberá ser entonces el momento de reír juntos, de leer libros, de ir al parque (no tiene que ser al caro, puede ser al de la esquina), de conversar, de comer juntos, de mirarnos a los ojos, de decir “te amo” y “te admiro”.

Es el tiempo de soñar y de estar presentes (con todos los sentidos, algo que parece más difícil cada vez); de educar desde la amabilidad, y enseñar que no hay que gritarles a los demás, ni burlarnos de ellos, ni opinar de los cuerpos ajenos.

Quizá sea este el año para pedirles a nuestros hijos y nuestras hijas que tiendan la mano al que se siente apartado, al “diferente”; que le hagan resistencia al abusador; que sonrían y compartan.

Reiniciarnos para el 2026 puede ser la manera de quedarnos con todo lo hermoso de nuestra crianza y desterrar lo que no nos enorgullece, lo áspero, lo doloroso, lo que sabemos que daña.

¿Qué no vamos a poder con todo? No importa. Las buenas intenciones de inicio de año nos ponen una meta, y con ella en la mira, mejoramos, creámoslo o no. Nada hay más imperfecto que criar, porque se cría en la vida, y la vida no es perfecta. Quizá en este caso, como en ningún otro, cuenten las intenciones tanto como los métodos.

En el calendario nuevo, en el día 1, anoto: “Cumple de Abel”, y ya empiezo a sentir mucho de la felicidad de celebrarlo. Espero hacerlo mejor en el nuevo año, espero que todo mi amor forme y proteja a mi hija y a mi hijo; y también, en el camino, no olvidarme de mí.


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Yeilén Delgado Calvo

Periodista, escritora, lectora. Madre de Amalia y Abel, convencida de que la crianza es un camino hermoso y áspero, todo a la vez.


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