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lunes, 18 de noviembre de 2024

Cuba se mueve

Con sus consecuencias negativas y positivas, la emigración interna en Cuba es un fenómeno demográfico aún incomprendido que demanda acercamientos científicos…

José Armando Fernández Salazar en Exclusivo 31/01/2015
4 comentarios

La historia de un oriental que emigra a La Habana en busca de hacer realidad sus expectativas y sueños ha inspirado más de una película o narración. De hecho, el argumento se ha convertido en una redundancia en telenovelas y espectáculos humorísticos de autores con escasez de imaginación.

En dichos productos para el consumo cultural predominan los estereotipos: todos los orientales son de raza mestiza o negra, con bajo nivel cultural, tienen el propósito de robar a los príncipes azules habaneros o adentrarse en negocios oscuros y cuentan con una familia grande y violenta. Igualmente abundan los gazapos geográficos y de pronto alguien de Segundo Frente es vecino de un manzanillero, cuando existe una distancia de más de 300 kilómetros entre ambas localidades.

El más reciente censo de población y vivienda confirmó la tendencia de las personas, nacidas en el extremo oriental de la isla, a emigrar hacia La Habana y las provincias circundantes (Artemisa, Mayabeque y Matanzas). La referida investigación demostró las diferencias en cuanto al acceso a servicios básicos y las condiciones de infraestructura que existen entre esta región y el resto de país, a pesar de todas las inversiones realizadas por el Estado para reducirlas.

El fenómeno de la emigración interna es una de las tendencias demográficas actuales de Cuba, sin embargo, ha sido sobredimensionado y presentado como un elemento negativo en la dinámica poblacional de la isla. Por ejemplo, el censo de 2012 demostró que alrededor del 90 % de los cubanos vive en el mismo lugar en el que nació.

Si hoy el ser humano es la única especie que habita en todos los continentes se debe a su naturaleza migratoria, encriptada en su ADN como una respuesta para la supervivencia. Así, nuestros antepasados sobrevivieron sequías y glaciaciones. En la actualidad son distintas las causas que llevan a abandonar el lugar de nacimiento para asentarse en otro, fundamentalmente económicas.

Sin embargo, en Cuba la emigración generalmente es asumida de forma negativa, y el reflejo que hacen de ella los medios de comunicación es consecuencia, y no causa, de la extendida mirada prejuiciada de la sociedad hacia este fenómeno. No faltan los testimonios de quienes, al menos una vez, se han sentido discriminados por ser orientales y vivir en La Habana.

A ello ha contribuido también la aplicación del Decreto 217 de 1997 para la regulación de la inmigración hacia la capital, que si bien en un momento redujo el flujo, luego continuó incrementándose. Este es un mecanismo legal similar al que se emplea en otros países pero que en el caso cubano en ocasiones se desligó de su contexto de ordenamiento territorial y urbano.

Las altas tasas de saldos migratorios de las provincias orientales demuestran que algo debe hacerse para evitar el despoblamiento de la región, pero también son una consecuencia de los fenómenos económicos que se desarrollan en ella. Allí donde el turismo es fuerte se encuentran las principales provincias receptoras de emigrantes, en las cuales, por cierto, el envejecimiento poblacional provoca tensiones en la obtención de fuerza de trabajo calificada.

La Habana, Artemisa, Mayabeque y Matanzas son las provincias de migraciones más fuertes porque es aquí donde se asientan importantes polos turísticos, además, se trata de territorios relativamente cercanos a la capital o en los cuales se aplican incentivos económicos de novedosa aplicación en el país. También son significativas las altas proporciones de inmigrantes alrededor del conjunto regional Sancti Spíritus-Ciego de Ávila-Camagüey, en el centro de la isla, donde coexisten polos de desarrollo de diferentes perfiles, fundamentalmente turísticos y agropecuarios.

Para destruir uno de los grandes mitos de la emigración interna en Cuba, respecto al bajo nivel educacional de los inmigrantes, el censo de 2012 concluye que: “…en la estructura relativa de la población migrante ocupada, los porcentajes de dirigentes, en primer orden, y también de profesionales y técnicos, sean más altos que los mostrados por la población no migrante”.

Además de las causas económicas, la emigración interna en Cuba tiene que ver mucho con las oportunidades. Músicos, deportistas, profesionales, dirigentes o simplemente gente que quiere tener un lugar para divertirse señalan que como las oportunidades de La Habana, ninguna.

Como ha salido a relucir en congresos de artistas, periodistas e investigadores sociales, la estructura de muchos sectores de nuestra sociedad es excesivamente centralizada: todos los canales de televisión nacionales están en La Habana (Tele Rebelde, en sus inicios, estaba ubicado en Santiago de Cuba), igual ocurre con la mayoría de los demás medios de comunicación, lo cual provoca que con el tiempo, en el imaginario social, las aspiraciones personales y profesionales no tengan en cuenta las referencias culturales y vivenciales más cercanas, sino las capitalinas.

Aunque la división político-administrativa de 1976, y las sucesivas adecuaciones a los sistemas empresariales y de gobierno, contribuyeron a otorgar más independencia a la base, aún predomina la verticalidad en la toma de decisiones y se trata de aplicar una misma regla a todos los territorios, sin tener en cuenta sus características.

Un ejemplo ilustrativo de lo expuesto hasta aquí es la ciudad de Santiago de Cuba, ubicada en el suroriente del país. Es la segunda en importancia en la isla y cuenta con una rica vida cultural y atractivos de otro tipo; sin embargo; actualmente es la provincia mayor emisora de la nación.

Con sus consecuencias negativas y positivas, la emigración interna en Cuba es un fenómeno demográfico aún incomprendido que demanda acercamientos científicos, cuyas revelaciones serían mucho más útiles en las estrategias de desarrollo humano que en el guión de la telenovela de turno o el chiste de un humorista.


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José Armando Fernández Salazar

Para mí no hay nada mejor que estar con los que quiero, riendo y escuchando a los Beatles

Se han publicado 4 comentarios


jape
 5/2/15 7:01

Lo que hay que hacer es diversificar el desarrollo por todo el pais, como la educación, el deporte y la cultura.

Crear sitios de esparcimiento, donde se puedan divertir bailando, conversando, no sólo a tomar ron o cerveza. Sitios para tertulias sobre diferentes temas intelectuales, sociales, politicos, deportivos. Que acudan profesores, funcionarios de los diferentes disiplinas.

Que puedan canalizar el pensamiento exhausto del trabajo diario por uno nuevo y creador. que encuentre espacio para aliviar el quehacer diario y monotono.

En fin, habría muchas cosas que mejorar sobre todo en las provincias, donde la gente no sabe a veces dónde dirigirse para entretenerse, aún cuando hay algunas cosas como, cines, bibliotecas, cafeterías, etc...

Que los dirigentes juveniles y experimentados piensen, que mientras mejor vivan todos, mejor es la convivencia. Hay que proponer que en ocasiones hay personas que no saben o no buscan como divertirse sanamente.

saludos y pa´lante...cuba

artemiseño
 2/2/15 8:54

La problemática es más compleja, no toda emigración es perjudicial. Si se analizam atentamente los datos, las provincias orientales son las que tienen más juventud en su población (más natalidad) y también las de mayor densidad de problación rural (sin tener una agricultura fuerte), por lo tanto es lógico que emigren, pero no solo a la capital, también a las ciudades capitales provinciales orientales. Las ciudades de Santiago, Holguín, Las Tunas, Bayamo y Guantánamo han incrementado sensiblemente su población, en proporción mucho más que las ciudades de occidente. En cuanto a Artemisa y Mayabeque, los municipios que realmente crecen son los que están inmediatamente alrededor de La Habana (Bauta, San Antonio, Bejucal, San José). Esto tiene que ver con las dispocisones que limitan la emigración y asentamiento en la capital, que obviamente como en todos los países es es un polo de atracción. El otro polo significativo es en Matanzas, el municipio de Cárdenas (que contiene Varadero) y la propia capital provincial, obviamente relacionado con el polo turístico.

Alfredo Marrero
 2/2/15 8:46

soy de oriente y vivo en la capital hace 10 anos y es cierto loque dice el periodista en el articulo, nunca habia leido o escuchado a alguien valorando la emigración desde tan diversos puntos de vista y realmente hacen falta menos chistes y más medidas para comprender este fenóemno.

Betty Campo desde FB
 31/1/15 12:48

 Buen artículo!

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