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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Crecer con el trabajo

La esfera laboral debe ser un espacio a través del cual el individuo logre insertarse y hacer algún tributo a la sociedad, así como establecer relaciones sociales, desplegar sus habilidades y desarrollarse como persona...

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 17/09/2015
2 comentarios

En El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, Federico Engels afirma, con toda confianza, que el trabajo es “la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre”. No hay duda de esa aseveración, pues el trabajo no solo es aquél lugar en el que pasamos un tercio de nuestro día a día, sino que cuenta con valores propios que el hombre adquiere cuando lo desempeña.

Al practicar una actividad que requiera nuestro esfuerzo, estamos ayudándonos a nosotros mismos para ser mejores y sentirnos bien. Con el trabajo expresamos lo que sentimos, lo que anhelamos, podemos manifestar nuestras ideas, desarrollamos la creatividad y los conocimientos que tenemos y cada vez más nos convertimos en seres humanos importantes para nuestra familia así como para la sociedad en la que vivimos.

Con el transcurso del tiempo y las diferentes formaciones económicas sociales, el trabajo fue adquiriendo diferentes matices; sin embargo, su importancia en nuestra existencia, varía de una persona a otra. En Cuba, desde el triunfo de la Revolución, se ha trabajado no solo en la formación de los recursos humanos, sino también en garantizar el empleo y convertirlo en una forma de participación social. Dentro de esa dinámica el sector juvenil continúa altamente priorizado.

Vale apuntar que la escuela cubana, basándose en los fundamentos y proyectos de toda una tradición histórica que tiene entre sus paradigmas a Ernesto Che Guevara, trata de resaltar los valores del trabajo como fuente de realización y creación, en la dignificación del hombre y su enriquecimiento espiritual. Aunque un por ciento no desestimable de la población se vincula al aporte del país desde el trabajo y hacen valer esa concepción; otra cifra no menos preocupante prefiere vivir sin vínculo laboral.

Al cierre de 2014, de los 4 millones 969 mil 800 trabajadores cubanos ocupados en la economía, 1 millón 526 mil 300 eran jóvenes, es decir el 31 por ciento de esa fuerza laboral. De ellos el 76 por ciento se desempeñan en el sector estatal y el resto en el no estatal. Igualmente varios Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, están relacionados con la importancia del trabajo, la formación y el empleo, y tienen muy presentes a los jóvenes.

 Un manera de generar valores

Al indagar con la máster en Psicología Educativa y profesora de la Universidad de La Habana, Annia Almeyda Vázquez, sobrela motivación de las personas ante el trabajo —sobre todo los jóvenes—, así como su valor, en un escenario donde se actualiza la economía con cambios importantes desde el punto de vista estructural, advierte que el trabajo es una actividad muy necesaria.

Explicó también que a nivel social se torna evidente, pues sin los resultados que se derivan de él sería imposible el desarrollo social y económico de alguien. Ahora bien, "el sentido que adquiere para cada persona puede variar mucho”, afirma la psicóloga, quien añade que la esfera laboral debe constituir un espacio trascendental para el individuo.

“Debe ser un espacio través del cual el sujeto logre insertarse y hacer algún tributo a la sociedad, establecer relaciones sociales, desplegar sus habilidades y desarrollarse como persona. Hablamos de un espacio que favorece el crecimiento personal, donde podemos ir cumpliendo metas de creciente complejidad para que impulse nuestro desarrollo. A través del trabajo podemos realizarnos y sentirnos útiles a la sociedad, lo que para muchos constituye una fuente de satisfacción”.

Almeyda Vázquez subrayó que es absolutamente legítima la necesidad, no solo de los jóvenes, sino de todo ser humano a buscar alternativas que favorezcan sus necesidades, lo que sí es importante es cuidar el equilibrio entre las horas que invertimos en el trabajo y las que dedicamos al resto de las esferas de la vida.

“No valdrá la pena obtener más dinero si el costo es no tener tiempo para compartir con las personas importantes en nuestra vida y si ni siquiera usamos el dinero ganado en nuestra recreación y esparcimiento. Deberíamos buscar opciones laborales que nos reporten además del dinero algún otro beneficio personal.

“El trabajo es una manera de generar valores, sobre todo en los jóvenes. Lo es potencialmente, pero no necesariamente, en ocasiones llega a ser todo lo contrario. Eso depende de cuáles sean las condiciones en las que se desarrolle el mismo cuando llega a su empleo y la formación que reciba.

“El contexto laboral debe caracterizarse por un clima favorable de comunicación con sus compañeros, por la presencia de modelos profesionales adecuados —sobre todo de los jefes, quienes son las figuras de autoridad—, la existencia de exigencia de la calidad con la que se realiza el trabajo acompañada del reconocimiento material y moral por los resultados. Estas condiciones entre otras, pueden hacer que se formen o se consoliden valores en los jóvenes. Su defecto, o existencia contraria favorece el desarrollo de antivalores que debemos desterrar de nuestra sociedad”.


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Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 2 comentarios


nielbys leiva cartaya
 6/6/19 15:45

muy buen comentario me ha servido de mucho para un trabajo de mis hijas que se encuentran en 5to grado gracias

Alejandro
 18/9/15 8:12

El artículo es muy interesante, hoy América requiere de manera urgente pensar el trabajo por fuera del entendimiento capitalista, pensar en otras formas de ejercicio del trabajo, sin la existencia de patrones o del sujeto capitalista a cargo de la dirección del trabajo. Debemos pensar en estos tiempos en la importancia del estado , en el rol que el estado debe desarrollar en la generación de nuevas subjetividades para generar otras concepciones del trabajo, en una americalatina atravesada por la desigualdad, pensar en el trabajo y sus nuevas praxis se vuelve vital..

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