El objetivo desde un inicio estuvo claro: incrementar la calidad del proceso docente educativo y racionalizar los recursos materiales, humanos y financieros. Más que una sumatoria física, la integración de los centros de educación superior-implementada desde hace dos años-, se perfila como una oportunidad para multiplicar caudal de conocimientos, lograr la ansiada multi e interdisciplenariedad y especialmente, optimizar los métodos de enseñanza-aprendizaje.
Varios de los rectores de las primeras casas de altos estudios que implementan la iniciativa, recalcan por estos días a la prensa nacional las posibilidades de elevar la calidad de la educación superior y generar mayores saberes en función del desarrollo local de los respectivos territorios. Pero, no por conveniente el fenómeno deja de ser complejo.
1, 2, 3…LOS PRIMEROS PASOS
La integración es una característica que define muchas comunidades docentes superiores, referencias de este nivel de educación en el mundo. Tras un interés por perfeccionar este tipo de enseñanza en Cuba así como reordenar los centros escolares, a finales del 2012 se aprueba por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, la fusión —de manera experimental— de los centros universitarios en las provincias de Artemisa, Mayabeque y el municipio especial Isla de la Juventud.
Reducir los cuadros de dirección; lograr un mejor aprovechamiento de los claustros profesorales, aulas, laboratorios, tecnologías educativas y residencia estudiantil; y posibilitar un mayor acercamiento de la ciencia universitaria a la búsqueda de soluciones territoriales, eran justificativos más que pertinentes.
Surge entonces una sola universidad en cada una de estas localidades, que agrupa la formación profesional en las ramas pedagógicas, de la cultura física, las ciencias sociales, humanísticas, exactas, entre otras, excepto las vinculadas al sector de la salud.
Ante los primeros resultados favorables, en el 2014 empieza la unión en las sedes centrales de Matanzas, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey y Guantánamo, hasta sumar nueve los campus universitarios que abrazan el proyecto.
Ya para este 2015 se proyecta, en ritmo paulatino, insertar en el experimento a Pinar del Río, Villa Clara, Las Tunas, Granma, Holguín y Santiago de Cuba. La Habana tendrá otro tratamiento y tempo.
La selección por etapas de las provincias a incorporarse, muestra el análisis hecho al respecto y que para nada es una iniciativa improvisada. Aunque, ¿funcionará de la misma manera para todas las universidades?
JUNTOS Y REVUELTOS
Al acoger, como parte de su estructura, a sus homólogas de las Ciencias Pedagógicas y de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, las sedes centrales en las respectivas zonas implementaron una metodología para la reorganización de todas sus actividades.
Y si parece una cuestión de sumar docentes, locales y alumnos, no es así. Piénsese que cada institución pertenecía a ministerios diferentes, con procederes distintos, identidades diversas, modos de hacer y actuar variados.
El hecho es multifactorial y engloba desde la selección de un nombre para la nueva universidad; la reorganización de las carreras y departamentos por facultades, según tipos de especialización; otra conceptualización de la misión de los creados centros, ante el actual compromiso con el desarrollo del sistema educativo cubano hasta la significación colectiva de la simbología e identidad, para que todos se vean parte y no suma anulatoria. Todo ello esquivando las posibles dificultades que pudiera generar la lejanía física que muchos espacios tienen entre sí.
Ante el tema, Ena Elsa Velázquez, ministra de Educación de Cuba, insta a percibir la integración con mente abierta y flexibilidad. “Independientemente de lo que dicen los papeles, los procesos los llevan a cabo los hombres, los cuadros. Hay que lograr la participación de los trabajadores, de todos, es la única manera de alcanzar el éxito”.
Dentro de esta misma línea advierte que la iniciativa cuenta con una fase de validación. “Quizás dentro de un año algo deba variar, para perfeccionar el proyecto”, explica.
Por ello, las universidades seleccionadas poseen un grupo de trabajo que evalúa las experiencias anteriores e implementa medidas según las características de sus respectivas zonas. Cada territorio tendrá contextos diferentes si se tiene en cuenta su alcance y magnitud, no por gusto La Habana, por sus peculiaridades culmina las etapas en el proyecto. De hecho, existen casas de altos estudios en la capital, con énfasis en las vinculadas a las manifestaciones artísticas y especializadas, en las cuales el estudiantado mira con gran recelo la idea.
En este sentido, José Ramón Saborido Loide, viceministro primero de Educación Superior en el país, señala: “Esta no resulta una intención improvisada. Es un experimento de varios años, que se analiza con periodicidad. No comprende la solución de un día para otro. Y aunque hay provincias e institutos con sus características como en La Habana, no debe haber preocupación”.
LA NUEVA UNIVERSIDAD
En un inicio el proceso creó reservas, especialmente en estudiantes y profesores, así lo confesaron recientemente representantes de la FEU en su Consejo Nacional. Paulatinamente, las dudas quedaron disipadas, aunque la marcha dirá y corregirá curso, de ser necesario.
Es por ello que en este inicio de año, Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político del Partido y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, pesquisó el estado de la integración en Sancti Spíritus y Camagüey.
En su recorrido, según declaraciones recogidas por medio nacionales, Díaz-Canel destacó que la unión permite un fortalecimiento en el aspecto pedagógico, sobre todo en aquellos profesionales no graduados en carreras de esa especialidad. “Debe ser un proceso inteligente, organizado, coherente y auténtico”, refirió.
Incluso los propios representantes gremiales universitarios destacan el fortalecimiento de la organización en los centros fusionados. “Hay dirigentes más capacitados, y más concreción en las ideas”, destacaron en su reunión nacional.
A estas opiniones se suma la de Antonio Eduardo Becali Garrido, presidente del Instituto de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER): “La fortaleza de las materias es evidente. Las disciplinas deportivas se nutren de sus colegas en las carreras exactas. La interrelación es óptima y la enseñanza progresa”.
La integración todavía no es un fenómeno acabado, anda a su propio ritmo, desde la cientificidad, el análisis y el respeto a lo alcanzado por cada institución. Es ajeno a la absorción o a modelos monolíticos; responde a las condiciones concretas de cada espacio localidad. Una fusión necesaria y coherente puede ser posible.
Victor HM
17/1/15 20:58
La fision es necesaria e inevitable. Ganaran en primer lugar los docentes con la integracion de los pedagogicos y su sistema de trabajo metodologico, el cual enrriquesera grandemente la calidad de la docencia en las universidades. Ahora bien . Es imprescindible tener muy en cuenta la asimiilacion de las facultades de cultura fisica y deportes que por muchos años fueron menos preciadas,principalmente por docentes de otras especialidades, los cuales obtaculizaban el desarrollo armonioso del deporte en los diferente centros.
Esperemos que con la fusion tanto el deporte como el arte tengan via libre para el desarrollo y que cada estudiante pueda manifestarse libremente en la modalidad que le guste.
Saludos para Ena Elsa Velazquez de un colega
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