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sábado, 2 de noviembre de 2024

9:00 pm: la hora de los aplausos

En mi casa, en mi barrio, se aplaudió. Y cuántas cosas caben en un aplauso: buenos deseos, optimismo, esperanza, agradecimiento sincero, orgullo y la tranquilidad de saber que, en cualquier circunstancia, nuestros médicos estarán ahí, desde diferentes trincheras, al pie del cañón...

Liz Armas Pedraza en Exclusivo 30/03/2020
4 comentarios
Brigadas médicas-Covid-19
En cualquier circunstancia, nuestros médicos estarán ahí, desde diferentes trincheras, al pie del cañón.

7:05 pm: Facebook se ha convertido en el refrigerador de estos tiempos. Cuando estoy aburrida lo abro cada diez minutos para ver si hay algo nuevo. Por lo general siempre es lo mismo, aunque por estos días de quedarse en casa, la gente se ha puesto creativa: retos o challenges, fotos viejas, informes casi diarios de lo que hacen, reportes de las películas que están viendo… En fin, reviso el muro y no hay nada que llame la atención.

7:15 pm: Me toca volver a abrir la aplicación, mi mamá dice que se me va a gastar el dedo de tanto darle. Esta vez hay cosas nuevas, se repite varias veces entre mis amigos y amigas un cartel que convoca a salir a los patios o balcones a las 9:00 pm para aplaudirle a nuestros médicos: “Aplausos a la vida, justo con el sonido del Cañonazo”, así decía.

Me pongo a darle vueltas en la cabeza a la idea que, en realidad, es muy buena. En otros países del mundo afectados por la pandemia de la COVID-19, las personas también les aplauden a sus médicos a una hora fija, los balcones retumban, las ciudades se llenan de luz. Lo he visto en videos, es un momento que emociona.

7:40 pm: Ya en mi muro no se ven personas haciendo retos, ni fotos viejas, informes o reportes diarios. La palabra “aplausos” ha desplazado a esos otros posts de Facebook. Se replica en uno y otro perfil el llamado a las 9:00 pm. Carteles lindos y sofisticados, postales sencillas, el texto sin más, no importa cómo, pero la convocatoria está hecha, al menos en las redes sociales.

8:20 pm: Le dije a mi papá que me abriera el balcón porque a las 9:00 pm, tengo que salir a aplaudir. Él no entiende nada, no tiene Facebook y, por tanto, no se ha enterado de lo que vamos a hacer. Le escribo a Claudia y le digo que hay muchas personas como mi papá, sería bueno hacer la convocatoria masiva, “si lo dijeran por el noticiero”, escribimos las dos casi al mismo tiempo…

8:30 pm: Empieza la música de cierre del noticiero, y de momento sus locutores, como si nos hubiesen escuchado, hacen la invitación para que a las 9:00 pm le aplaudamos a los médicos, los héroes y las heroínas de bata blanca. Claudia y yo nos escribimos, “ahora sí que se hace”, le digo.

Mi papá ya entiende de lo que hablo, mi mamá me enseña sus brazos con la piel erizada, dice que eso del aplauso la emocionó. Mi hermana empieza a mandar audios a sus amigos para que se enteren, tenemos que escucharnos lejos.

8:58 pm: Todos en casa estamos listos para salir al balcón. La comida está servida, pero nadie se sienta en la mesa hasta después de las 9:00 pm. Tengo la sospecha que, desde hoy, esa hora será más que el sonido del Cañonazo. Preparo el teléfono, no importa si solo aplaudimos en esta casa, mañana seremos más.

9:00 pm: “¡Es ahora!” y con el grito de mi mamá empezamos a aplaudir, primero nosotros cuatro, luego, poco a poco, los vecinos salen a sus balcones. Las madres con niños en brazos, los abuelitos de la casa del frente, los que siempre tienen música puesta, aplauden también. De momento se convirtió en un aplauso sonoro, en gritos de “¡Bravo!”, en la risa nerviosa de mi mamá, en unos besos tirados de balcón a balcón, en un “¡Viva Cuba, vivan los médicos!”.

9:01 pm: En mi casa, en mi barrio, se aplaudió. Y cuántas cosas caben en un aplauso: buenos deseos, optimismo, esperanza, agradecimiento sincero, orgullo y la tranquilidad de saber que, en cualquier circunstancia, nuestros médicos estarán ahí, desde diferentes trincheras, al pie del cañón.

 


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Liz Armas Pedraza

Amante de los datos y el deporte. Periodista y cubana.

Se han publicado 4 comentarios


PG
 8/4/20 11:49

Mi bebé de un año y medio no entiende de lo que pasa, pero aplaude con tanta alegría que piensa que es un cumpleaños, mientras dice lo que yo traduzco como Felicidades.

esther
 2/4/20 9:59

Oyeeee, desde las 9 menos dos minutos estamos casi listos para salir al balcón y cuando miramos así están los vecinos. Al momento, qué emoción, en verdad se merecen ese reconocimiento todo el personal de la salud que en momentos como estos no escatiman todo sacrificio para poder cuidar de nuestra población y de las personas de otros países.

El tunero
 2/4/20 9:45

Que emocionante también en mi casa mi esposa y dos niñas aplauden con tanta fuerza que no puedo contener la emoción y siento que mis ojos se humedecen veo a mis niñas de 6 y 10 años como aplauden también emocionadas y siento un orgullo inmenso por cada uno de esos que se desvelan por el cuidado de todos los que se encuentran hospitalizados o en centros de aislamientos, mi esposa también es doctora. Pienso también en la máxima dirección del país junto a sus ministros que no descansan día a día dando seguimiento controlando, chequeando, orientando y buscando todo cuánto se pueda hacer para lograr frenar estapandemia y que nuestro pueblo sufra lo menos posible. A ellos también va cada aplauso. Por.Cuba, por este pueblo digno y solidario: Mi aplauso.

rac
 31/3/20 12:39

Emocionante de verdad y ayer fuimos más aplaudiendo, pusimos radio reloj bien alto para que fuera a las 9.00 en punto, gracias a nuestrs médicos, gracias a todos los medicos, enfermeras, personal de salud, al personal de servicio en los lugares  de aislamiento, a todo ese personal cubanos y del mundo entero  a los médicos de NEW YORK que lloran al ver que su gobierno no es capaz de garantizar salud a su pueblo y a pesar de eso siguen ahí, CADA MINUTO DE MI VIDA ME SIENTO MÁS ORGULLOSO DE NACER Y VIVIR EN MI CUBA, '¡¡¡¡¡¡ GRACIAS PATRIA MÍA. !!!!!!!!!!

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