Azúcar: de nuevo primer actor

De azúcar, poco se habla en Cuba, después que el turismo desplazó a esa producción como columna vertebral de la economía cubana, y de la parada y desarme de gran parte de los centrales, por lo costoso de producir el endulzante.

Pero, ahora que los precios en el mercado internacional adquieren estabilidad y garantía, el azúcar vuelve a ser centro de atención. No pocas fábricas de las que fueron catalogadas como improductivas se recuperan y se apunta a una progresiva recuperación, dedicando hacia el sector millonarias inversiones que pretenden recobrar el tiempo perdido.

La ineficiencia industrial es un problema de las zafras cubanas, o al menos lo ha sido durante las del último quinquenio. Para contrarrestarla en la próxima —que tiene como meta acercarse a los dos millones de toneladas—, el Grupo Empresarial Azcuba trabaja a fin de que se cumpla con rigor el plan de siembra y el de reparación de maquinarias y equipos.

Los especialistas coinciden en que la eficiencia de la zafra depende en gran medida de la calidad de las reparaciones de la industria, las máquinas cosechadoras y el transporte, así como de la preparación de los recursos humanos y el aseguramiento temprano de la materia prima, es decir, la caña, sin obviar la influencia de otros factores, como el clima.

Según Liobel Pérez, especialista de Azcuba, ya se han ejecutado más del 50 por ciento de las reparaciones previstas en los 50 centrales que intervendrán en la próxima zafra, que comenzará en la tercera semana de noviembre por la provincia de Mayabeque.

Los incumplimientos marcaron la pasada campaña, en la que participaron 48 centrales. Solo se llegó al 88 por ciento del plan de azúcar, debido principalmente a los bajos rendimientos industriales, causados a su vez por indisciplina tecnológica y obsolescencia, también en ese aspecto, de muchos ingenios del país.

Por esa causa (bajo rendimiento) se dejó de procesar un millón y medio de toneladas de caña, que de conjunto con las afectaciones provocadas por el clima, significaron la pérdida de más de cien mil toneladas de azúcar. También afectaron el impago a los productores, la aplicación tardía a las plantaciones del madurador planificado, la inestabilidad de la fuerza laboral en numerosos ingenios y la insuficiente utilización de los contratos como garantía del cumplimiento de las inversiones.

En total, se calcula un tiempo perdido de alrededor del 11 por ciento en todo el país, que no debe repetirse si se quiere eliminar la ineficiencia.

REINVENTAR LA PRODUCTIVIDAD

El sector azucarero cuenta con amplias posibilidades de crecimiento y diversificación, incluyendo las que resulten de la inversión de capital nacional y extranjero.

Abaratar sus costos y ser eficiente es necesidad y reto para la industria azucarera cubana. Las inversiones deben contribuir al respecto y para eso hay que colocar cada centavo donde dé más beneficio. Según datos de Azcuba, desde que comenzó la recapitalización del sector, en 2010, y hasta el pasado año, se han destinado 839 millones de pesos para revitalizar el conjunto azucarero: caña, mecanización, transporte, industria y derivados.

Ello incluye la adquisición de tractores de potencia media y similares, para el cultivo y la fertilización; nuevas capacidades de almacenaje en 11 instalaciones; aumento de la capacidad de molida; puesta en marcha de 18 plantas de alimento animal, la mayoría al concluir este año, y equipos más modernos, de corte y tracción.

Para mejorar los caminos cañeros se asignaron más de 39 millones de pesos, lo que debe suponer beneficios en unos ocho mil kilómetros por los que se lleva caña de los campos a los centrales.

También, de acuerdo con informaciones de Azcuba, en cada territorio se han creado grupos técnicos, encargados de certificar la calidad de las reparaciones.

En Cuba hay 900 000 hectáreas de tierra destinadas al cultivo de la caña de azúcar, gran parte de las cuales todavía no se les da ese uso. El plan para la zafra 2014-2015 es sembrar 150 mil hectáreas, apenas el 16, 6% de las áreas disponibles, pero que significan un incremento de 12,3 por ciento respecto al año anterior e implica, además, redoblar esfuerzos en campos y fábricas para que toda la caña pueda ser procesada en el tiempo programado. Esta es la siembra más ambiciosa de la última década,  previendo que la falta de caña no constituya motivo para que la zafra se prorrogue más de 150 días.

La producción azucarera nacional ha crecido un 11 por ciento en los últimos cuatro años y con la recapitalización de la industria se prevé llegar a producir tres millones de toneladas de azúcar, en 2018, lo que requerirá llegada a tiempo, tanto al campo como a la industria, de los recursos necesarios y atención a la fuerza de trabajo que incluya mejores condiciones laborales y mayor remuneración.

El mercado internacional azucarero está en alza y se estima mantendrá esa tendencia. No así los resultados productivos del sector en Cuba. Todavía no, aunque Azcuba trabaja por el aumento.