Los Leones se robaron el show beisbolero en el bullicioso Santiago de Cuba. No se puede decir que pasaron trabajo para ganar los dos juegos, porque la defensa de los anfitriones mostró huecos por donde se colaron seis carreras.
El marcador del sábado pasará a los libros por ajustado (6-5), pero fue uno de los peores partidos en cuanto a ejecución de fundamentos de juego visto en la temporada. Hubo, de lo malo, casi de todo.
Una seguidilla de malos fildeos, bolas caídas inexplicablemente entre dos manos enguantadas, tiros sin sentido, malas ubicaciones para capturar rebotes y hasta interferencia de un cácher…
Pareciera que la conga, única en sonoridad y ritmo, en vez de molestar al contrario desconcertó al de casa.
Y todo eso en tres innings, suficiente para que el desafío tomara color azul y jamás lo perdiera por mucho que el rojo fue matizando la intensidad hasta que una jugada chapucera en un corrido de bases subiera el out 27 y tiñera de gris definitivamente el comportamiento de las Avispas en el duelo.
El domingo la historia comenzó parecida, la defensa no logró soldar los agujeros, aunque esta vez el hermético Wilber Reyna tan dominante ante los Toros en cuartos de final fue bateado y entregó el juego en desventaja.
Igual que el sábado fueron cinco carreras en los dos primeros innings, pero la diferencia estuvo en que el abridor por Industriales, Reemberto Barreto, firmó apertura de calidad durante seis entradas. Cada vez que estuvo complicado resolvió con ponches clave para ir comiendo innings sin que los oponentes le pisaran más de una vez la goma.
Se vio una tanda santiaguera ansiosa, yéndole a picheos fuera de zona de strike, con desajustes, y su tercer bate, el internacional Yoelquis Guibert, fue víctima de soberbios engarces ante conexiones fuertes. Unos desesperados y el que mejor golpea sin suerte, las opciones de recortar diferencia eran pocas.
Elogios para los trabajos de contención de Osvaldo Acuña el sábado y Yosmel Garcés en el duelo siguiente. Confirmaron que el picheo de Santiago tiene variedad, aunque es difícil ganar sin acompañamiento de la defensa.
Por los Leones el ex Grandes Ligas Yasmani Tomás fue el que más gozo con el madero en un estadio colmado y la conga rompiendo tímpanos. Ligó de 8-5, dos dobletes y tres empujadas. En cualquier momento suena su primer bambinazo en esta postemporada.
Santiago de Cuba sí pegó tres palos de vuelta entera, de Yoelquis Guibert, Francisco Martínez y Osday Silva, líder jonronero en la fase preliminar con 18 y único con dos en estos playoffs; pero tuvieron la poca fortuna de encontrar los senderos vacíos.
Nunca una serie de postemporada entre estos equipos ha concluido en menos de seis juegos. Son otros tiempos en cuanto a calidad y linaje de los jugadores, pero la rivalidad es la misma.
En La Habana dicen que el pareo no regresa a Santiago de Cuba. En esta ciudad la afición confía en que sus Avispas piquen al menos par de veces en el periplo por la capital del país.
Mientras ambos equipos toman carretera, este lunes chocarán por tercera vez Matanzas y Las Tunas, estos últimos inspirados en la postemporada con seis triunfos sin derrotas.
Hasta ahora estamos ante dos semifinales fuera de plan. Incluso, los pronósticos de muchos, aunque ajustados, da(ba)n a Cocodrilos y Avispas con más opciones, pero el terreno, caprichoso como es, ha dicho todo lo contrario.
Un 3-0 es casi igual a jaque mate y no hay nada más parecido al sarcófago que un 0-3. Pero calma, que queda playoff todavía.
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