Los días inmediatos para Ucrania no pintan bien. Y era de esperar con autoridades al frente del país cuyas acciones nada tienen que ver con las reales urgencias nacionales, y en mucho con los planes foráneos y las ambiciones de cada grupo y personaje golpistas.
De manera que en ese complejo e inestable contexto, donde se suman medidas económicas cada vez más restrictivas para los ciudadanos, guerra “antiterrorista” contra las comunidades de origen ruso al Este, provocaciones a Rusia, y más recientemente el derribo de un avión comercial malasio en la zona de conflicto, el cáustico primer ministro Arseni Yatseniuk, ahijado primado de Washington y la Unión Europea, decidió retirarse de su cargo luego de que la coalición derechista que la apoyaba sucumbió a la división.
En efecto, dos agrupaciones de las tres que sostenían a la administración, la neonazi Svoboda y el no menos “inocente” partido UDAR, decidieron abandonar a Yatseniuk para provocar la celebración anticipada de elecciones legislativas que pretenden capitalizar con la anuencia del titulado presidente Piort Poroshenko, quien se apresuró a dar la bienvenida al anuncio.
El ex primer ministro alegó en su “despedida” que debía enfrentar una actitud poco constructiva en la Rada (el parlamento local), de la cual días antes habían sido expulsados los diputados comunistas bajo la acusación de “colaborar con Moscú y los pro rusos”, por lo que se evidencia que la puja oficial se limita a puras ambiciones sectoriales e individuales entre gente de la misma ralea.
Mientras, en las calles ucranianas el descontento cobra importantes niveles. El sueño vendido a borbotones en torno a la “prosperidad inmediata” al instante de montar al país en el carro occidental, tiene otros reflejos en la vida cotidiana.
Fuentes de prensa indican que, camino al invierno, las tarifas públicas para el consumo de gas y calefacción pueden subir entre sesenta y setenta por ciento, y la factura eléctrica entre diez y cuarenta por ciento, al tiempo que a instancias y exigencias del Fondo Monetario Internacional, FMI, prestamista clave para la “transformación económica nacional”, descenderán los salarios, las prestaciones sociales y los programas de asistencia a la población.
De hecho, hoy los ucranianos pagan el doble por los productos alimentarios y enfrentan un incremento de setenta por ciento en los precios de los medicamentos básicos.
Y no es de extrañar. Así, poco antes de su renuncia, el propio Yatseniuk había dicho públicamente y con entero desenfado, que para “honrar” los compromisos con el FMI y los aliados de Occidente “el volumen de los beneficios sociales y los salarios del sector público deben ser reducidos como se hizo en Grecia e Italia”, como si hablase de dos referentes marcados por las luces y el boato.
La titulada guerra antiterrorista en el Este, por otra parte, consume unos tres millones de dólares por día y moviliza a miles de hombres que dejan atrás familias sin mayores posibilidades de sustento y puestos de trabajo carentes de los brazos necesarios, en desmedro de la ya coja actividad económica local.
Y, por supuesto, resta aún la definición de la verdadera culpabilidad en el reciente derribo sobre territorio ucraniano de una nave aérea comercial de Malasia con casi 300 personas a bordo, aunque las crecientes evidencias apuntan cada vez más contra las tropas y grupos neofascistas que actúan en el Este como los verdaderos autores de semejante barbaridad, a pesar de las manipulaciones mediáticas de Kiev y de sus aliados occidentales con respecto al caso.
Un proceso en el cual, dicho sea de paso, aquellos que intentan colocar a Moscú en el patíbulo se limitan al permanente ejercicio de la retórica, pero no acaban de presentar pruebas concretas que calcen sus incriminaciones, aún cuando con seguridad tienen en sus manos el pleno conocimiento de todo lo acontecido segundo a segundo.
Y mientras el tiempo corre, cada día se habla más de la ejecución del crimen por los militares ucranianos, a partir del trascendente despliegue de sus fuerzas coheteriles y aviones militares en la zona de desastre, y de, incluso, la posible identificación, a partir de observaciones satelitales, de los soldados que ejecutaron el disparo mortal sobre la aeronave civil.
senelio ceballos
29/7/14 13:39
Nestor.. ayer los satelites militares rusos captaron..DOS LANZAMIENTOS de cohetes de bajo-medio alcance unos 75-80 kilometros usados por la fuerzas de Kiev CONTRA los rebeldes...Segun un especilaistas que explicaba el disparo en la TV..Dijo....Hemos llegado a un punto culminante del conflicto...Usar cohetes contra sus propios ciudadanos..
Por otra parte, se supo que....CHESNIA... aportara uno 7 millones de dolares en ayuda humanitaria
Tradujo: El guajiro de chambas
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.