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sábado, 23 de noviembre de 2024

Ucrania: ¿beso o latigazo?

Estados Unidos ha mantenido una política inejerencista en la reciente situación política que vive Ucrania...

Elsa Claro Madruga en Exclusivo 09/02/2014
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La situación en Ucrania es cada día más inestable.

Europa y Estados Unidos preparan para Ucrania “una gran zanahoria”, según declaró al Wall Street Journal un alto funcionario estadounidense. La expresión confirma de quién es la idea, aceptada sin reparos por los socios de Washington en el Viejo Continente.

La escasa ética de la secretaria de Estado adjunta estadounidense, Victoria Nuland, quien no tuvo reparo en burlarse zafiamente de la UE, debe provocar nuevas rozaduras. Aunque la alta funcionaria se disculpara, el desprecio mostrado hacia los 28 jefes de Estado del pacto comunitario, es "totalmente inaceptable" (criterio de Ángela Merkel, canciller de Alemania) y ocurre demasiado cerca del affaire sobre escuchas telefónicas de señaladas personalidades.

El intercambio de la Nuland con el embajador norteamericano en Kiev, Geoffrey Pyatt, fue revelador. Desnuda una política injerencista, envuelta en el trillado ropaje de democracia y protección de los derechos humanos. Que estos dos  funcionarios discutieran incluso a quién conviene subir al poder en Kiev, es evidencia de que todo cuanto se ha movido en las calles ucranianas estuvo tutelado por quienes ahora llegan a “resolver” el problema.

No le falta responsabilidad al presidente Víctor Yanukovich, por apocado o carente de tino al manejar la situación. Pese a cuanto se le pueda achacar, fue electo en urnas según los patrones modélicos en Occidente. Si no cumplió con las expectativas de sus electores, no será el primero antes, ahora y casi seguro después, en defraudar a una parte de sus votantes. De la misma manera que europeos o norteamericanos dejan hacer a jefes de Estado que tienen un mínimo de aceptación popular, no deberían intervenir en asuntos como este, donde se ocultan otros componentes de mucho peso.

Ucrania hace rato está regida por clanes económicos. Aquellos que en otros países son llamados grandes empresarios o banqueros, en esta región se denominan oligarcas, enriquecidos a velocidad extravagante y deseosos de poder para sustentar sus riquezas.

Están apurados, pues habría elecciones el próximo año, pero exigen hacerlas de inmediato. ¿En realidad fue la negativa a firmar un convenio comercial con la UE el motivo para la confrontación montada? Cierto que una parte de estos magnates quieren salir del espacio postsoviético y orbitar en las esferas occidentales. De ese lado quieren tenerlos bajo su influjo y, sobre todo, contar con otro espacio para cerrar el cordón militar tendido en torno a Rusia.

Cuando Victoria Nuland estaba ventilando el futuro de Ucrania, en su diálogo con Pyatt, dejaba prueba de las preferencias estadounidenses. En la Conferencia de Munich, el secretario de Estado John Kerry le dio tribuna a Vitali Klitchkó, hombre muy rico y jefe de Alianza Democrática, uno de los partidos de la derecha, para quien “la protesta ya no es Euromaidán, es directamente contra un sistema”.

¿Cuál? Porque el establecido desde inicios de los 90, y vigente en Ucrania, es capitalismo. El ex boxeador o cualquiera de los restantes jefes de las formaciones políticas que aspiran a sustituir a las actuales autoridades, no proponen un cambio de régimen, sino un quítate tú-para ponerme yo. Algunos pueden sufrir una frustración descomunal.

Pese a que se afirma por diferentes medios que Klitchkó es el preferido de Alemania, donde tiene status de residente, para quienes deciden en EE.UU. sería Arseni Yatseniuk, quien  recibiría todo el apoyo. Si Klitchkó  les parece insuficiente, Oleh Tyahnybok, jefe de Svoboda (Libertad) es impresentable. Su grupo obedece a principios neonazis (xeno y homofobia, antisemitismo) y dio sesgos de violencia a  las protestas. Nadie sabe, con certeza, cuáles son sus planes de futuro.

Yatseniukocupó diversas responsabilidades bajo mandato de Víctor Yunshenkov. Fue ministro de economía y dirigente en la república autónoma de Crimea. De ahí que le consideren, de los tres,  el más apto para encabezar el país. Tiene otra “virtud”: haberse asociado con la ex premier Yulia Timochenko, cuya liberación fue exigida por la UE para firmar la consabida asociación comercial, finalmente diferida por Yanukovich, quien optó por un convenio realista y ajustado a las necesidades ucranianas, tributado por Moscú. 

La lucha geopolítica (contra Rusia, no caben dudas)  se aprecia a simple vista en el dispositivo implementado a marchas forzadas. El secretario John Kerry, se puso de acuerdo con la baronesa Ashton y otros dirigentes europeos. Intenta, además, sumar a otros (Noruega, quizás Turquía y Japón) para aumentar la envergadura del plan que, de momento, se circunscribe a que Yanukóvich continúe cediendo y permita la creación de un “gabinete tecnócrata”, supeditado, desde luego, al FMI.

Al cierre de esta edición existía como posibilidad, solo como posibilidad, alguna contra-oferta por parte del Kremlin. Si a Occidente le falla la super-zanahoria, tienen  listo el no menos conocido látigo. Vale, entonces, un continuará…


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Elsa Claro Madruga

Analista de temas internacionales

Se han publicado 1 comentarios


Daniel Valdés Díaz desde FB
 10/2/14 10:17

siempre están detrás de las historias más tenebrosas, sangrientas e intervencionista de la historia de la humanidad, oportunistas, asesinos, cínicos.

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