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lunes, 18 de noviembre de 2024

Rebeldía chilena sigue en las calles

Presidente Sebastián Piñera declara una guerra interna...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 21/10/2019
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Chile Protestas Sociales
El pueblo chileno protesta por injusticias sociales.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, afirmó que está en guerra en ese país para tratar de justificar la brutal represión policial que dejó 11 muertos, cientos de heridos y detenidos y un estado de excepción nocturno, en respuesta al estallido social. Hasta ahora incontrolable, debido a la injusticia de su régimen.

Una semana después de que comenzaran las protestas, este lunes, a partir de las 14:00 hora local empieza una huelga general convocada por los sindicatos, que da continuidad a las protestas que, de manera espontánea y pacífica, estremecen la nación andina y acusan a Piñera de mantener una semi-dictadura en supuesta democracia, debido a sus medidas a favor del capital y declarar una guerra al pueblo. ¨Los manifestantes, dijo públicamente, son delincuentes que quieren acabar con Chile¨.

La verdad es otra. Decenas de personas entrevistadas por distintos medios comunicacionales, en especial internacionales, demuestran su rechazo a un gobierno neoliberal que usa la fuerza contra la población, en lugar de tratar de conciliar las distintas miradas hacia un sistema económico depredador.

En la madrugada del pasado sábado, el presidente decretó el estado de excepción en su forma de estado de emergencia constitucional.

Ello le permite el aumento de la dotación de Fuerzas Especiales de Carabineros y dejó la seguridad nacional en manos del general Javier Iturriaga – quien este lunes declaró que no estaba en guerra con nadie, contradiciendo al mandatario- pero que puso las tropas militares en las calles primero de la región metropolitana y después en otras ciudades, al estilo de la dictadura de Augusto Pinochet.

Los militares han detenido a más de 300 personas que hicieron caso omiso del virtual estado de sitio. Ninguna medida ha impedido que la gente se mantenga en las calles.

Son los sindicatos mineros y portuarios los convocantes al paro nacional que desde este lunes apoyan los reclamos populares, según informaron anoche en un comunicado.

Los trabajadores de la empresa privada más grande del país dijeron en el texto que paralizarán ¨toda la minería de Chile junto a otros sectores productivos hasta echar abajo el Estado de Emergencia, sacar a los militares de las calles, derrotar al gobierno de Piñera y lograr cada una de las demandas del pueblo obrero, sectores populares, juventud, pensionados y mujeres¨.

El documento aclara que ¨las actuales reprobaciones son por las injusticias que vivimos a diario¨, en tanto el Sindicato de Estibadores Portuarios de Valparaíso expresó su repudio a las medidas presidenciales y apoyan la rebeldía de la población.

La Agrupación Nacional de Empleados/as Fiscales de Chile (ANEF), en una reunión esta mañana, llamó a avanzar hacia un paro nacional y convocó a sus bases a estar alertas e informadas para respaldar el levantamiento social.
El directorio nacional de la ANEF rechazó el actual Estado de Emergencia y la presencia militar en las calles.

Asimismo, otras organizaciones sociales, sindicales y políticas anuncian que saldrán a las calles este lunes para protestar contra las injusticias y desmanes del gobierno.

El alza de la tarifa del pasaje acabó con la paciencia de una población que ahora revive momentos aciagos del régimen pinochetista, quien legó una estructura política-militar aún inalterable.

Desde hace una semana, reviviendo el estallido social de este mes en Ecuador que debilitó al régimen derechista de Lenin Moreno, en Santiago de Chile, la capital, y otras importantes ciudades, miles de ciudadanos protestan contra el gobierno nacional y la situación económica imperante. Como Moreno, el presidente Piñera se vio obligado a derogar la subida del precio del metro y llamó a un diálogo sobre el cual no ha obtenido respuesta.

El precio del metro de Santiago pasó de 800 a 830 pesos chilenos un ,3.57% más alto (1,20 dólar), lo que lo convirtió en uno de los más caros de Latinoamérica. Ese medio de transporte, con una extensión de 110 kilómetros, transporta cada día a cerca de tres millones de personas, lo que explicaría la repercusión del aumento.

Sin embargo, otros graves problemas sociales trae aparejado el neoliberalismo en Chile, donde el sistema de salud y la educación son prácticamente privados, las pensiones a los jubilados son muy bajas, hay una enorme desigualdad social, y los servicios básicos también subieron en los últimos años.

Los movilizados se levantan también contra el saqueo de las multinacionales mineras, energéticas y de la agroindustria, devastadoras de ríos, bosques, montañas y glaciares, por el exterminio del pueblo mapuche y otras etnias ancestrales, y el pequeño campesinado.

Aunque Chile aparece entre las naciones de América Latina con mejores macro índices económicos (este año crecerá un 2,7% en medio de la crisis económica regional) y sus estándares de vida en general son altos, la mitad de la población apenas sobrevive con un bajo salario mínimo, que no alcanza siquiera para el pago de la canasta básica alimentaria, alquiler, transporte.

Ante la privatización de la educación y la salud pública la asistencia a la escuela y al médico excluyen a la mayoría de esos servicios. Según un artículo de Resumen Latinoamericano, el 80% de los mayores de 18 años están endeudados.

La inconformidad social actual es también contra el robo descomunal que constituyen las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), cajas privadas impuestas por el Estado. Los trabajadores deben destinar el 10% de sus ingresos a cuentas administradas por empresas privadas cuyos dueños usan ese dinero para sus negocios particulares.

El efectivo que recaudan las AFP de las cotizaciones –afirma la multinacional Telesur- es más del doble de lo que pagan en pensiones, y representa el 80% del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación.

De todos estos procederes surgió la rabia acumulada de la población ahora insubordinada. Incluso un reporte del pasado domingo en Telesur afirmaba que las protestas –que no cesan ni aun con el estado de excepción se expresaban en los llamados cacerolazos nocturnos, protagonizados también en los barrios de clase alta de Santiago de Chile, algo inédito en ese país.

La insubordinación nacional tomó de sorpresa al presidente Piñera, quien mientras en Santiago la población tomaba las estaciones de metro por asalto y los estudiantes dejaban pasar gratis a miles de personas, cenaba pizza con su familia en un restaurante capitalino.

El mandatario, quien a pesar de lanzar improperios contra las masas movilizadas y movilizaciones militares, no logra controlar la situación pues la población exige mucho más que la derogación del alza en el metro.

Sus palabras no lograron calmar a la gente. Por el contrario, se observa cada día una mayor radicalización en las calles.

Hasta ahora, los partidos de oposición mantienen silencio sobre la situación nacional ni apoyada las manifestaciones del pueblo que tiene suficiente organización y control para movilizarse en solitario.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


Pena
 21/10/19 14:25

Muy valiente los jovenes Chilenos, el contraste es que en Cuba no podrian hacer esto

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