Aunque va de salida, el gobierno del presidente Guillermo Lasso firmó esta semana un nuevo acuerdo con Estados Unidos (EE.UU.), que le entregará 3 100 000 dólares para supuestamente ayudarlo a garantizar la seguridad nacional, cuando todo indica que busca el control territorial y la posible integración de ese país a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El documento que ata a Quito a los designios de los distintos cuerpos de Ejército e Inteligencia estadounidenses fue suscrito el pasado día 19, no el 20 como estaba previsto, durante una visita que realiza Lasso a Nueva York, y sin que se confirmara quien lo hizo, según un escueto comunicado de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
El ministro de Defensa ecuatoriano, Luis Lara, había anunciado que él daría curso al convenio, pero no fue así. Por motivos desconocidos hasta ahora la fecha se adelantó y la nota oficial indicó que solo firmaron delegados de los departamentos de Defensa y de Estado del país norteño y el de Defensa ecuatoriano.
El nuevo compromiso contraído por Quito –pues comenzaron durante el gobierno anterior de Lenin Moreno- ocurre en momento muy especiales para el País meridiano del mundo, pues el próximo mes habrá elecciones presidenciales y legislativas adelantadas y, refieren las principales encuestadoras, los candidatos de Revolución Ciudadana (RC), el partido del exmandatario Rafael Correa, encabezan las encuestas de intención de voto.
Si ganan los aspirantes de RC –Luisa González y Andrés Araújo- se fomentará una situación muy dificil, ya que ese partido siempre se opuso a la injerencia de EE.UU. en sus asuntos internos.
Pero aunque la sustitución de Lasso es un hecho, la Casa Blanca piensa –según su comportamiento- mantener a Ecuador bajo sus alas, no precisamente protectoras sea quien esté en el Palacio de Carondelet.
En junio pasado, delegaciones de los dos países se reunieron en Quito con Lasso para conversar sobre la robustez de la cooperación bilateral y, ojo, la defensa del hemisferio frente a las amenazas nacionales, regionales y trasnacionales.
El Comando Sur, que permanece en las aguas en torno a América Latina y El Caribe, enumera otras fuentes de eventuales peligros, y menciona a Cuba, Venezuela, Bolivia, el narcotráfico, redes ilícitas locales y transnacionales, la mayor presencia de China, Rusia e Irán en la región y el auxilio ante desastres.
Después que la generala Laura Richardson asumiera la jefatura del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en 2021, los niveles de agresividad injerencista de Washington en la región se han incrementado, en lo que observadores entienden como la obsesión imperial de mantener activa la Doctrina Monroe de hace dos siglos.
Luego de la asunción de la generala Laura Richardson como jefa del Comando Sur de EE.UU. en 2021 y con Joseph Bidel como presidente, se han exacerbado la agresividad injerencista y el interés por apoderarse de nuevo de la región, en la que aparecen ahora actores diferentes como China y Rusia, que poseen grandes inversiones en la región con un mercado de más de 800 000 000 de habitantes.
El propósito norteamericano es controlar la región, con Ejércitos que le respondan si fuera necesario, apoderarse de los recursos naturales, y captar nuevos miembros para engrosar la otan.
EE.UU. pretende apoderarse de las reservas petroleras en Venezuela y Guyana, el cobre y el oro, el litio, el oxigeno y el agua dulce del Amazonas.
Mientras busca militarizar bajo su mando a las fuerzas locales, también se observa un desplazamiento del Departamento de Estado en la actividad diplomática, ahora ocupada por el Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional. En una operación de tenaza, la Casa Blanca arreció las medidas y sanciones condenatorias contra Cuba, Venezuela y Nicaragua hasta límites inhumanos.
ECUADOR DE RODILLAS
Los dos últimos regímenes ecuatorianos, identificados en ideología y objetivos económicos y militares con EE.UU. acordaron una hoja de ruta de asistencia al sector de seguridad del país, orientada, afirman, a fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas y la planificación estratégica contra sus eventuales enemigos.
Moreno (2007-2013) le abrió las puertas a los líderes norteños. y sus planes de ocupación de Latinoamérica. Además de recibir varias partidas de activos para una supuesta lucha contra el narcotráfico (en momentos de ofensiva imperial contra las guerrillas en Colombia), permitió el uso de las Islas Galápagos, un ecosistema donde viven ejemplares únicos de la fauna terrestre y marina, como aeropuerto para uso de aviones de combate de EE.UU. La indignación de la ciudadanía ecuatoriana y la preocupación mundial fueron inmediatas..
El expresidente, en una actitud demostrativa de su adhesión al entonces mandatario Donald Trump, mostró regocijo ante la ampliación de la terminal áerea de la Isla San Cristóbal y señaló que cada operación extranjera sería escoltada por oficiales ecuatorianos, como si de algo valiera.
Sin embargo, Galápagos no sería, en 2018, el único refugio de la fuerza aérea estadounidense. Pronto se unieron uno en Guayaquil y de nuevo Manta.
Según el diario El Comercio del 19 de junio de ese año, el plan del régimen morenista, era crear el denominado “triángulo de seguridad” aérea.
Con anterioridad, bajo el mandato de Correa (2007-2017) fue suprimido el contrato que permitía a EE.UU. situar en la localidad de Manta una base militar.
El líder de Revolución Ciudadana, un declarado antiimperialista, propuso como su sustituto en las urnas a su exministro Moreno, hombre de su confianza que, meses después de su asunción, traicionó los principios izquierdistas que animaban al proceso político en marcha e instauró un sistema neoliberal, persiguió judicialmente a sus antiguos compañeros, y devino un cordero de Washington. Terminó sus días como político repudiado por la población y acusado de corrupción.
EE.UU: TE DOY DINERO, PERO CON INTERESES
Los gobiernos estadounidenses no se caracterizan por su solidaridad y respeto a sus pares. En sus esencias imperiales reina la ambición. Entrega dinero a un país –directamente o mediante sus organismos financieros, como el Fondo Monetario Internacional (FMI)- pero detrás de esa supuesta ayuda exige altas monedas de cambio. Chantajes a la soberanía y la independencia nacionales bajo el lema ¨Te doy, pero me pagas con lo más conveniente a mis intereses..
Desde hace algunos años y ante la sicosis del dominio que pudieran ejercer China o Rusia en América Latina en tanto su negocio de la guerra se expande a nivel global, las administraciones norteamericanas y su músculo armado, la otan (la que para pesar de Europa es dirigida desde Washington), busca expandirse por los territorios latinoamericanos.
Sus bases pequeñas, de gran movilidad, están instaladas en varios países de la región. Panamá, 12, Puerto Rico, 12, Colombia 9, Perú 8, Honduras 3, Paraguay 2, además de las que situaron en Aruba, Costa Rica, El Salvador, Cuba y Perú. Un entretejido militar, que no es nuevo, pero ahora cobra mayor relieve ante los planes de expansión militar norteamericana.
Ecuador cayó en las redes estadounidenses al triunfar Moreno. Durante su administración, y con distintos pretextos, la potencia norteña entregó millones de dólares a su fallido régimen.
Con Lasso todo ha sido más fácil para EE.UU.. El no renegó de sus ideas y su mejor credencial es su fortuna personal y su conocido pensamiento conservador. Pero como su gobierno fracasó, él decretó la muerte cruzada (desintegración de la Asamblea Nacional y elecciones anticipadas) antes que ser enjuiciado por los legisladores por presuntos vínculos con corruptos.
RICHARDSON, UNA GUERRERISTA NATA
Durante los últimos años, y en especial tras la asunción de la generala Laura Richardson a la jefatura del Comando Sur de EE.UU. en 2021, subieron los niveles de agresividad injerencista de Washington en el subcontinente. A ello se une la presidencia de Joseph Biden, quien ha implementado una activa política de sustitución del protagonismo del Departamento de Estado en la actividad diplomática, ahora en manos del Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional.
La generala, una militar de carrera, mantiene una actitud de continuo acercamiento hacia América Latina y El Caribe, que en 2016 fue declarada zona de paz. Trata, con las viejas mañas imperiales de destruir los vínculos de amistad y de respeto con China y Rusia. Han perdido terreno y quieren recuperarlo. Veintiuno de los 31 países del área se han adherido a la iniciativa china de la Franja y la Ruta.
Para Richardson, China es un ¨actor estatal maligno¨, y en distintos escenarios ha resaltado el rol protector de país ante la presencia de ese país y de Rusia. Incluso planteó cuando ocupó el cargo, que EE.UU. está obligado a luchar, en esta zona del mundo, “porque –y ahí está el meollo de la militarización- es una región rica en recursos y tierras raras, con el llamado Triángulo del Litio que posee el 60% de las reservas mundiales (en Argentina, Bolivia y Chile) un metal muy necesario para la tecnología”. A ello se unen las reservas petroleras en Venezuela y Guyana, el cobre y el oro, el oxigeno y el agua dulce del Amazonas.
Tampoco desestimó el potencial combativo en el área, muy superior al que poseen algunos miembros de la OTAN.
Ecuador, por tanto, se integra al plan estadounidense de querer manejar a su antojo el destino de los más de 800 000 000 de personas que habitan estas tierras del Sur. Puede haber choques de resonancia entre el nuevo gobierno de ese país, si ganan los candidatos de Revolución Ciudadana y la generala y sus mentiras de pacotilla, pues la reciente III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (celac) con la Unión Europea (UE) demostró que aunque con distintas ideologías, se impuso la unidad ante los reclamos de quienes pretendían incorporar nuevos miembros de la región a la otan. El fracaso fue absoluto.
Ruben
25/7/23 20:42
Muy buen análisis, con muchos elementos y argumentos sólidos que invitan a la lectura y la reflexión. Saludos desde Perú
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