La belleza muchas veces tiene rostro de mujer, y esto puede parecer un cliché, pero no tanto si se entiende en el modo substancial en que una mujer como Raquel Revuelta supo imponerse al propio paradigma de su género. Tanto fue así en la industria cinematográfica, como en las tablas, sobre las cuáles dejó huella indisoluble.
De esta última, la faceta de sus 60 años dedicados a la actuación en vivo, bien vale hacer un aparte para el réquiem de estas exiguas líneas. Pues la Revuelta no solo fue la actriz principal, sino que dirigió uno de los grupos más importantes y emblemáticos de Latinoamérica. Así ha sobrevivido, Teatro Estudio, para la historia de nuestras artes escénicas.
ACTO PRIMERO
En el año 1958, Raquel Revuelta y su hermano, el inolvidable actor y dramaturgo Vicente Revuelta, le regalan a Cuba un prodigio de las artes. Reconocido como Teatro Estudio, por su novedad y auto renovación. Con un elenco en el que sobresalen además otras figuras que pisaron fuerte el escenario como Ernestina y Sergio Corrieri.
Lo cierto es que en lo adelante, Raquel interpreta y dirige junto a Vicente, lo más trascendental del repertorio teatral de la Isla y de su contexto internacional. Tanto así que ambos luego de 41 años de bregar, reciben, por supuesto, el Premio Nacional de Teatro.
Pero los pies de Raquel volaban sobre el escenario desde mucho antes, desatando también la imaginación en sus espectadores y los sueños de artistas imberbes. Y es que desde el año 1941 fundó lo que se conocía como Teatro Popular, además un género que continúo floreciendo en Teatro Estudio y la gran parte de la carrera artística de Raquel.
INCRASANDO
Tras un tratamiento por adicción a la morfina ella regresa al hogar, tradicionalmente constituido por su esposo e hijos. Sin embargo, el final feliz, es apenas la puerta al gran infortunio. Clásicos exasperantes, obras de gran renombre universal, tratadas sin ingenuidad, interpretó Tetra Estudio para su público fiel.
Para la premier, se desdobló la actriz en el clásico de Eugene O’Neill, "Viaje de un largo día hacia la noche". No solo actuó en esta puesta bajo la dirección de hermano, sino que participó en la adaptación del guion original, resultando todo un acontecimiento durante unos tres o cuatro meses de presentaciones. No solo obtuvo premios importantísimos como los de la Asociación de Reporteros Teatrales y Cinematográficos (ARTYC); a mejor dirección, mejores actuaciones femenina y masculina y mejor escenografía de 1958.
Por regalos como aquel debut, el siglo XX del teatro cubano, atesora la imagen y el quehacer de Raquel Revuelta, entre los grandes momentos del teatro cubano. Ella y sus colegas abarrotaron taquillas con otras presentaciones, pero la poética del grupo fue tomando el rumbo de su pueblo. Así que para finales de la década del 50, ya su repertorio estaba impregnado de autores como Vladímir Mayakovski, Máximo Gorki, y naturalmente, Bertolt Brecht; y otros latinoamericanos con un sentido crítico y agudo de la realidad.
Otras de los aciertos de Teatro estudio, con Raquel como estrella y co-directora, fue sin dudas la posibilidad de ver sus obras representadas a jóvenes de la dramaturgia cubana. Para los noveles también tuvieron su espacio en la Sala Hubert de Blanck, en donde estuvieron instalados desde el año 1964.
Bien y fue esta misma Raquel, cuya actividad artística fue crescendo en currículo y entrega con la misma intensidad que lo hacían sus personajes en el escenario. Y es que la primera Lucía de Fernando Pérez, fue también la revelación del teatro de todos los cubanos, con su momento de obra fecunda.
Jose
25/1/19 8:24
Periodista
La primera Lucía es de HUMBERTO SOLAS, por favor, no revisan antes de publicar?
Francisco Rivero
25/1/19 4:47
Creo que el pie de foto que acompaña este articulo es equivocado. Corresponde a la actuación de Raquel Revuelta en el capitulo de LUCIA 1895, correspondiente a un tríptico dirigido por el inolvidable Humberto Solas.
Un saludo fraterno.
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