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jueves, 21 de noviembre de 2024

Diálogos

Son chispazos de dicha, esas conversaciones con hijas e hijos que nos emocionan, conmueven o hacen reír, y que no querríamos olvidar jamás...

Yeilén Delgado Calvo
en Exclusivo 26/10/2024
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Criar es también acumular recuerdos
Criar es también acumular recuerdos

Registro nuestras conversaciones como conjuro contra el paso del tiempo, ese, el inexorable. Dicen los neurocientíficos que cuando recordamos, en nuestros cerebros se activan las mismas áreas que cuando aquella vivencia tuvo lugar.

Así, recordar es poseer una verdadera máquina del tiempo.

La maternidad puede resultar tan exigente y caótica que, a pesar de creer que nunca pasará, lo hace volando. Y un día ya hablan de corrido, y se ponen solos los zapatos, y te dan lecciones, y crecen.

Aquí van estos diálogos, para tenerlos siempre:

I

–Hija, ¿por fin qué quieres de regalo por tu cumpleaños?

–Una cocinita o una barbie.

–Está bien.

–¿Me los pudiste comprar?

–No sé, ya veremos qué sorpresas hay mañana.

–Pero, mamá, si no pudiste no importa.

–¿No? Entonces tú eres feliz solo con el amor de mamá.

–Bueno, con el tuyo solo no, mami, con el de todo el mundo, ¡¿Qué va a decir la familia?!

 

II

–Hija, ¿por qué tú lloras?

–Porque no me sé tú nombre.

– A ver, ¿cómo es eso?

–La maestra me preguntó tu nombre, y yo no me lo sabía, le dije que eras mamá.

–Piensa, que te lo sabes.

–¿Yili?

–No, eso es un apodo, de cariño. Yo me llamo Yeilén.

–Yeilén.

–Delgado Calvo.

–No, los apellidos no hacen falta, no exageres, mami. Yeilén, Yeilén, Yeilén...

 

III

–Mami, mami, mami...

–Dime.

–¿Qué tú haces?

–Escribiendo.

–¿Y por qué?

–Porque es mi trabajo.

–¿Y por qué trabajas?

–Bueno, porque me gusta, porque es útil, y porque hay que trabajar para comprar comida, ropa, y otras cosas.

–Ahhh...

–Bueno, ¿Y tú qué haces?

–¿Yo? Haciendo boberías, soy un niño, mamá.

 

IV

–Mamá, ¿cuando yo sea grande podré tener novia?

–Claro, si quieres.

–¿Tú vas a ser mi novia?

–No, hijo, yo soy tu mamá.

–Ay, ¿Y entonces quién va a ser mi novia?

–No sé, hijo, una muchacha que conozcas y quieras mucho.

–¿Cómo se llama?

–No sé.

–Pero, mami, ¿dónde está?

–Tampoco sé, cuando yo era pequeña tampoco sabía quién iba a ser mi novio de mayor. Eso es una sorpresa

–Bueno... ¿Cuándo yo sea grande tú vas a seguir siendo mi mamá?

–Siempre, hijito, siempre.


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Yeilén Delgado Calvo

Periodista, escritora, lectora. Madre de Amalia y Abel, convencida de que la crianza es un camino hermoso y áspero, todo a la vez.


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