Su vida pudiera estar escrita en forma de bolero. De esos que conmueven hasta la fibra más íntima de cualquier corazón. A Lolita López la música mexicana le corre por las venas. Le gusta ser auténtica y no parecerse a nadie. En la Mayor de las Antillas se le conoce como La voz ranchera de Cuba, un título que se ganó hace muchas décadas y que ha sabido mantener con orgullo.
Desde hace veinte años está vinculada como jurado al Concurso de la Canción Mexicana, un evento que organiza cada mes de septiembre en Cuba el tenor Hugo Oslé, como parte de las celebraciones de la Fiesta Nacional de México y el Grito de Dolores.
Lolita nació en 1929 en un lugar que – según asegura ella– no aparece en ningún mapa. Se trata de Santa María de los Peladeros, una zona campesina situada monte adentro al nordeste de la ciudad de Las Tunas.
“Soy muy sencilla, mis raíces no las voy a olvidar nunca. Fue tan bonito crecer bajo la tutela de mi papá y de mi mamá. Sus enseñanzas las llevo conmigo y las incorporo siempre a mi vida. Cultivo la paz, la armonía, la alegría. Todo el que llega a mi casa se sienta a mi mesa y come lo mismo que yo. Mi música es mi mayor medicina. Por eso, donde quiera que me soliciten ahí estoy”.
Comenzó a cantar a los veinte años. Una faceta no tan divulgada de su vida es la de actriz dramática de radio y cine. También estuvo entre los fundadores de la televisión en la Isla y en el grupo fundacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
“Mi papá tenía un radio chiquito y por ahí escuchábamos la música. Luego nos mudamos para Las Tunas y todo comenzó a cambiar para mejor. Creo que desde que me trajeron al mundo ya yo era una artista”, recuerda Lolita.
¿Cuánto ha contribuido la radio al amor por la música mexicana?
En todas las provincias hay emisoras que difunden la música mexicana. En Guantánamo existe una gran fiebre por las rancheras. La provincia de Las Tunas cuenta con programas de ese corte en tres emisoras. La música mexicana está muy enraizada en el espíritu de nosotros los cubanos. En La Habana se puede escuchar a través de la COCO y en Radio Progreso.
¿Cómo logró convertirse en cantante profesional?
“Nunca he ido a una escuela de arte. Debuté en el cabaret Sierra, que se encuentra en Concha y Cristina aquí en La Habana. Era un cabaret caracterizado por la música mexicana. Un día estaba allí el Mariachi Guadalajara de México. Fui un mediodía y me puse a oírlos ensayar. Vino el violinista y me invitó a cantar con ellos. Interpreté una canción que se llama Grítenme piedras del campo, de Cuco Sánchez. El locutor Noel Vega me propuso que me presentara por la noche. Fui con una saya que costaba 60 kilos el metro y canté seis números”.
Y la actuación ¿de qué manera llegó a su vida?
“Mi papá era gallego y yo incursioné primero en la música española pero siempre sentí que tenía una actriz por dentro. Una vez me encontraba de gira por los Estados Unidos y la representante me preguntó si yo era actriz. Le contesté que no y me sugirió que cuando regresara a Cuba me presentara en Radio Progreso para que me hicieran una prueba.
“Durante 25 años, trabajé como actriz de carácter en Radio Progreso y en Radio Rebelde. Yo escribo también un poco pero todo lo voy guardando en mis gavetas: mis canciones, mis versos, que de vez en cuando recito en público. Hago de todo un poco.
“He alzado mi voz en todas las provincias y los rincones de Cuba. En el cabaret Las Vegas tuve el gusto de conocer al representante de José Alfredo Jiménez y me contó cómo desde la pobreza logró convertirse en un gran músico. Le doy gracias a la vida, a la naturaleza, a Dios, porque a mis 87 años mantengo la misma tesitura de cuando tenía veinte”.
¿Cuáles son los ingredientes necesarios para interpretar bien la música mexicana?
“Para cantarla bien hay ser una persona muy imaginativa. He visto a muchos mexicanos llorar cuando canto. Me dicen que les he llegado a su corazón. Eso es muy bonito. Los personajes de las rancheras son tan ricos, dramáticos, sentimentales.
“¿Quién no ha sufrido en la vida? ¿Quién no ha tenido una pena? Y los compositores plasman en su música las tristezas, los dolores, los desamores. La sala de mi casa es como un pequeño museo donde me gusta ensayar mis canciones preferidas”.
¿Qué mensaje le deja a quienes aman la música mexicana?
“Qué sigan cantando y cultivando ese género. Que no lo dejen morir nunca. México y Cuba son dos países hermanos. Hasta hablando los mexicanos tienen un cantaíto bonito. Solo le pido a Dios que me de unos añitos más para estar al lado de mis dos hijos. Tengo una hembra y un varón y los dos cantan muy lindo.
“He tenido la suerte de conocer al tenor Hugo Oslé quien ha sido muy importante para la difusión de la música mexicana en Cuba. Es un honor que a partir de esta edición XXI el Concurso de la Canción Mexicana lleve mi nombre”, concluye Lolita.
adalberto
29/9/18 12:52
Mi admiración para Lolita Lopez, en radio Victoria, LAs Tunas, difundimos mucho su musica. Eterna vida para ella.
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