El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, muestra una hoja de servicios que le permite a este político de Tabasco retirarse de la vida pública con más luces que sombras a su alrededor y aunque deja asuntos por resolver a su sucesora, Claudia Sheinbaum, no oculta su felicidad por los logros de seis años de trabajo.

López Obrador (1953) conocido como AMLO por el apócrifo de su nombre, ocupó la jefatura del gobierno en diciembre de 2018 respaldado por un pueblo esperanzado en los planes de lo que él llamo la Cuarta Transformación del país de 135 461 451 habitantes.

¨Me voy feliz y contento y con mi conciencia tranquila¨, dijo el mandatario al dirigirse a la multitud reunida en El Zócalo de la capital mexicana para rendir su sexto y último informe de gobierno, y darle la bienvenida a su sucesora, la física y profesora Claudia Sheinbaum, su pupila política y ex jefa de gobierno de Ciudad de México en un país de una tradicional cultura machista.

En los días finales de su mandato, el presidente anotó a su agenda una victoria sin precedentes con la aprobación de la reforma judicial, la que impedirá –al menos es su concepto fundamental- la corrupción y la impunidad de jueces, magistrados y ministros, que actúan de manera autónoma.

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A partir de la promulgación de la Ley concordante será el pueblo de manera libre el que elija a los representantes del poder que hasta ahora fue criticado por su manera arbitraria de impartir justicia.

En opinión de AMLO, fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con el que llegó al Palacio de Chapultepec, ¨los jueces, con honrosas excepciones, magistrados y titulares, están al servicio de una minoría rapaz que se ha dedicado a saquear al país¨.

LOGROS DE LA IV TRANSFORMACIÓN

El manejo exitoso de la pandemia de la Covid-19, crecimiento económico, generación de empleo, reducción de la pobreza, mejora en la salud pública, percepción de seguridad y el aumento del salario mínimo son algunos resultados del gobierno de Morena.

AMLO asegura que en su jefatura no hubo ni corrupción ni lujos, por lo que el Ejecutivo logró un presupuesto lineal de combate a la pobreza y por primera vez en 50 años no hubo devaluación monetaria. El peso se ha fortalecido frente al dólar.

Junto a un cohesionado equipo ministerial, una de sus creaciones fue el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), destinado a la recuperación de bienes y dinero de los delincuentes –incluidos los llamados de cuello blanco-. El capital recuperado es destinado a fortalecer los programas sociales.

Para el mandatario, y en eso hay coincidencia popular según encuestas, el sistema de salud imperante en 23 de los 32 estados federativos de México IMSS-Bienestar es uno de los mejores de América Latina. Cuenta con 11 935 unidades médicas o centros de salud; 669 hospitales, 42 322 médicos generales; 126 762 enfermeras y 30 346 especialistas; y personal de salud, incluyendo médicos cubanos. Es un proyecto, afirma, para quienes no tienen seguridad social.

Otro programa  sobresaliente fue el aumento a la pensión de personas de la tercera edad. El último incremento aplicado ocurrió este año. Mientras que en 2018 los beneficiados – 12 231 625 personas- cobraban 1 160 pesos mensuales ahora acceden a 6 000 pesos cada bimestre.

Asimismo, los datos oficiales indican que alrededor de 8 000 000 de mexicanos dejaron atrás la pobreza, y la desigualdad bajó 20 veces, con una recuperación en ese ámbito en los estados considerados más pobres del país: Oaxaca, Chiapas y Guerrero.

Durante la IV Transformación, la economía mexicana se mantuvo estable y consolidada entre los principales exportadores a nivel mundial. Hasta el segundo semestre de este año se remitieron más de 302 000 millones de dólares de bienes y servicios.

De suma importancia para los mexicanos resultó la generación de 400 000 nuevos empleos anuales, con un incremento al salario del 20%. Desde el 1 de enero último, el salario mínimo es de 248.93 diarios para el sector obrero y patronal.

Aunque cuando se anunció su proyecto levantó críticas de la oposición, AMLO concretó uno de sus sueños: la puesta en marcha del Tren Maya, una obra emblemática que conecta al menos cinco estados del sureste, lo que facilita la movilidad ciudadana y la apertura de negocios para impulsar el desarrollo socioeconómico de la región, una de las más rezagadas.

Los 42 vagones del Tren fabricados en México recorren más de 1000 kilómetros de vía férrea.

Otras obras de envergadura son el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Parque Ecológico Lago de Texcoco, y la remodelación del Bosque de Chapultepec.

Destaque en este mandato para la diplomacia mexicana. Con pie de gato ha manejado la presidencia y la cancillería, por ejemplo, el tema de la emigración con su vecino Estados Unidos (EE.UU.), su principal socio comercial, y a su vez una constante amenaza a la soberanía mexicana por la inhumana política de esa potencia con la emigración.

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La postura de López Obrador relució en la Cumbre que México albergó en 2023, en la que 11 países de América Latina y El Caribe acordaron respetar el derecho a la migración y rechazaron cualquier tipo de medida coercitiva unilateral para ejercer presión contra los gobiernos involucrados.

En público, AMLO mantuvo una postura a favor del no intervencionismo y respeto a la soberanía. En más de una ocasión declaró que México no era un protectorado ni una colonia estadounidense.

Defensor de la soberanía y la dignidad de los pueblos, el líder de Morena mantuvo la tradicional postura de su país respecto al derecho internacional. Posicionado junto a la Revolución Cubana, en estos años dio muestras de su rechazo al bloqueo económico, comercial y financiero de E.E.UU. contra la isla, a la que brinda una colaboración desinteresada.

Igual México mantuvo su postura en busca de la paz regional y dio cobija a figuras políticas sobresalientes, como el expresidente boliviano Evo Morales, obligado a abandonar su país tras un golpe de estado cívico-militar en 2019.

Un insólito episodio sorprendió al gobierno de AMLO cuando Ecuador ocupó su embajada en Quito para sacar por la fuerza al exvicepresidente Jorge Glass, asilado en esa sede diplomática. Glass fue raptado de manera violenta y encarcelado de nuevo por mandato del presidente derechista Daniel Noboa.

Brindó en varias ocasiones su apoyo a líderes progresistas como Gustavo Petro, Miguel Díaz-Canel, Luiz Inacio Lula da Silva, mientras ha arremetido contra las políticas neoliberales y golpistas impuestas por la derecha regional.

Algunos temas han quedado pendientes en la agenda de AMLO, los cuales deberán ser asumidos por Sheinbaum.

Aunque se han reducido los homicidios dolosos, feminicidios, robos y secuestros, todavía restan tareas sobre seguridad ciudadana, que pasan al nuevo Ejecutivo. Sin embargo, en los últimos seis años, a diferencia de lo que ocurría en otros períodos, en México no hubo denuncias de represión ni masacres, torturas, desaparición y violación de los derechos humanos.

El combate a la inseguridad es quizá el rubro más espinoso que enfrentó López Obrador, quien enarboló la consigna de frenar la violencia desatada en 2006 por el expresidente Felipe Calderón cuando le declaró la guerra al narcotráfico.

Datos oficiales lo indican: en la actual administración se cometieron 187 930 homicidios dolosos, cifra superior a las registradas en los períodos de Peña Nieto, Calderón y Vicente Fox, indicó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Y aunque no fuera perfecto –nada lo es en este planeta- AMLO y su forma de gobierno se llevan impresos el agradecimiento del pueblo mexicano que depositó ahora su confianza en su discípula, una mujer dispuesta a continuar con la IV Transformación. Un gesto que no es por complacencia sino por convicción.