Ernest Hemingway amaba ser el centro de atención, y si creyera en fantasmas o espíritus podría apostar que ronda la sala con una gran sonrisa cada vez que Brian Gordon Sinclair lo interpreta en sus obras. Si se fuerza un poco la imaginación, casi se le puede ver, con un vaso de ginebra a medio llenar en la mano y ligeramente inclinado hacia delante para no perderse una palabra.
Si no es propenso a fantasear, solo tiene que mirar a Brian para ver en él al hombre sarcástico, ocurrente y lleno de genialidad que fue el autor de Adiós a las Armas.
Fue precisamente este libro el que atrapó a Gordon Sinclair y lo animó a encarnar a una de las figuras más polémicas, controversiales y amadas de la historia de las letras mundiales, quien escogió a Cuba como refugio por más de veinte años.
De visita en la isla que tanto amó Hemingway, y a la que como el escritor norteamericano aprendió a querer como se quiere a una novia, el actor canadiense accedió a conversar con Cubahora durante una pausa en los ensayos para la puesta en escena de su obra La Habana cálida de Hemingway, como parte del XIV Coloquio Internacional dedicado al Premio Nobel de Literatura, celebrado en esta capital.
“Había terminado de completar una obra sobre la revolución irlandesa en el año 2000 y no sabía nada sobre Cuba, y menos aún sobre Hemingway —comentó el intérprete—, así que lo primero que hice fue tomar una copia de Adiós a las Armas para tratar de entender al escritor detrás de ella. Después de esta lectura me di cuenta de que era una obra pacifista, lo cual me impresionó mucho.
”Estaba buscando a alguien a quien pudiera convertir en héroe, como hice con el líder de la revolución irlandesa Patrick Pearse, a quien interpreté en un unipersonal que también dirigí y escribí.
”Empecé a escribir otra vez. Una de las primeras paradas que hice fue en Cayo Hueso, porque Hemingway vivió allí y también convirtieron su casa en un museo, donde tienen un famoso concurso de imitadores. En ese tiempo, yo solo tenía bigote y un amigo me dijo que estaban haciendo un concurso de jóvenes Hemingway ese año, así que me tomó por el hombro y me llevó.
”Cuando gané, no era un gran premio, pero lo utilicé para viajar a Cuba. En ese tiempo —2001— solo visité la Finca Vigía, el Hotel Ambos Mundos, el Floridita, todos los sitios que Hemingway acostumbraba a visitar. Y comencé a escribir.
”Supuestamente solo tenía que escribir una obra. Llegué al punto en que Hemingway había sido herido en la Primera Guerra Mundial cuando tenía 18 años, y ya tenía una hora de tiempo en escena. Decidí que la dejaría ahí y utilicé una sinopsis del final de Adiós a las Armas, donde su hijo muere, su esposa muere y él camina solo en la lluvia. El público terminó con lágrimas en los ojos.
”Me dije que el año siguiente terminaría la pieza. Así que en ese momento llegué al final de su estancia en París y su amistad con Gertrude Stein, Pablo Picasso, F. Scott Fitzgerald, James Joyce y no pude avanzar mucho más desde allí. Por eso, al año siguiente, me dije que no me propondría terminar la obra ese año. A dondequiera que me lleve Hemingway, ahí es a donde iré y, finalmente, siete obras después, aquí estoy”.
—¿Se refiere a la serie Hemingway en la Escena: “El camino hacia la libertad” y “La Habana cálida de Hemingway”? A través de estas obras ha desarrollado una relación especial con Cuba y los cubanos, ¿no es así?
—Hemingway en la Escena —en inglés Hemingway On Stage— son seis obras cronológicas, desde su nacimiento hasta su muerte. La que voy a representar aquí es una serie de fragmentos, reunidos en lo que sería una hora, con un pequeño receso en el medio y en la que me divierto muchísimo, aunque se pone un poco seria hacia el final.
“Viajando a Cuba para presentar las obras hice muchos amigos. He estado en Santiago de Cuba y Holguín haciendo los shows y cada vez que hago mi trabajo gano un nuevo amigo.
”Entre uno de estos momentos memorables pudiera mencionar la vez que estuve en Santiago para llevar a la escena “La Habana cálida de Hemingway” en la universidad de allá, la cual coincidió con la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Todo el país guardó luto y la universidad cerró el día de mi show, pero lo resolvieron de una manera maravillosa. Hablaron con algunas personas en la Catedral de Santiago y me pidieron que si quería hacerlo como si fuera un servicio en recordación y tributo a Chávez.
”Puedo decir que entendieron la obra porque se rieron en todas las bromas. Ese es el secreto para actuar ante personas que tienen al inglés como segundo idioma. Si ellos se ríen de las bromas, entonces de verdad están siguiendo la interpretación.
”También comencé a apoyar la causa por la libertad de los Cinco Héroes cubanos. El año pasado viajé a Washington DC y no solo actué, sino que marché frente a la Casa Blanca junto a mis amigos. También interpreté el show en la embajada venezolana, el cual tuvo una acogida maravillosa.
”He disfrutado la amistad de otros amigos cubanos fuera de mi ambiente teatral. Hace unos años se me acercaron unas personas en Canadá para ayudar con la carrera Terry Fox aquí en Cuba, y pude recaudar fondos para ayudar al grupo que trajo a los padres y a la hermana de Terry para el evento. El padre de Terry yo “corrimos” en el maratón de su hijo. Fue algo simbólico y maravilloso.
”Cuando escuchamos que Santiago de Cuba fue afectado durante el huracán Sandy, hice algunas representaciones para recaudar fondos en Canadá y reunimos varios miles de dólares para enviar a Cuba.
”Este viaje será solo a La Habana para el coloquio, pero estamos trabajando para llevarlo a todas las universidades con Vilma Páez, jefa de los estudios canadienses en la Universidad de Holguín. Creo que mencionó ocho universidades que tienen programas de estudios en inglés, porque los estudiantes responden muy bien a la obra, y parte de mi trabajo no es solo ser un actor, sino propagar el verdadero legado de Ernest Hemingway y promover la apreciación y el entendimiento de la literatura. De cualquier manera que pueda ayudar con eso, lo haré a través de mis representaciones, así que espero que Vilma y yo tengamos éxito en este recorrido”.
—Durante una de sus actuaciones en Santiago tuvo la oportunidad de interpretar el fragmento del discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura sosteniendo la verdadera medalla que Hemingway donó al santuario de la Virgen de la Caridad. ¿Cómo define ese momento?
—Fue especial, porque sacaron la verdadera medalla para mí. Lo considero un verdadero honor. No la sacan muy a menudo desde que fuera robada en los 80 y después devuelta. Fue como cuando actué por primera vez en La Habana y mientras hablaba de El Morro apunté hacia el verdadero lugar y me emocioné muchísimo.
“Alguien hace poco miró en mi horóscopo, yo no conozco mucho de astrología, pero me dijo que la alineación de los planetas es muy similar a la de Ernest Hemingway, y que si fuera a interpretar mi horóscopo podría decirme que nací para continuar su trabajo. No sé si será verdad, pero estaría feliz de hacerlo. Es un trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo.
”Mi mayor alegría es mostrar que Hemingway no solo era el mayor gritón arrogante y bravucón de su tiempo, sino que era un genio; que tenía como todos algunas malas cualidades pero que había una increíble cantidad de compasión y sensibilidad en este hombre, cualidades que la mayoría de las personas ignoran totalmente. Es mi intención y trabajaré todo lo que me sea posible para traer eso a la superficie para que todos lo vean.
”Siempre que vengo aquí, personas como Susana son ya amigos, y si el mundo cambiara y tuviera suficiente dinero, estaría tentado a mudarme y vivir aquí. Infortunadamente tengo responsabilidades en Canadá de las que no puedo apartarme, pero siempre de vez en cuando me gustaría”.
Ada Rosa Alfonso, directora del museo Hemingway, entrega la distinción Finca Vigía al actor canadiense, Brian Gordon Sinclair, durante la clausura del 14 Coloquio Internacional Ernest Hemingway, en el museo que lleva el nombre del escritor norteamericano. (Foto: Abel Ernesto/AIN)
Actuación de la compañía Cucalambé, durante la clausura del 14 Coloquio Internacional Ernest Hemingway, en el museo que lleva el nombre del escritor norteamericano en Finca Vigía, en La Habana. (Foto: Abel Ernesto/AIN)
Actuación de la compañía Cucalambé, durante la clausura del 14 Coloquio Internacional Ernest Hemingway, en el museo que lleva el nombre del escritor norteamericano en Finca Vigía, en La Habana. (Foto: Abel Ernesto/AIN)
orlandop
5/7/13 9:26
sigue escribiendo asi yeneily, gran work
Mary
26/6/13 14:01
excelente trabajo, muy interesante y ameno. Gracias Cubahora, gracias Yeneily por artículos como este.
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