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sábado, 16 de noviembre de 2024

Estampas de azúcar

La exposición de carteles serigráficos relacionados con la temática de la industria azucarera en Cuba, que acoge la galería Villena de la Plaza de Armas, en La Habana Vieja, nos invita a pensar desde la maestría y la gratificación visual...

Lisandra Lázara Fariñas Acosta en Exclusivo 09/02/2014
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La exposición tendrá lugar en la Villena de la Plaza de Armas.

Zafra, machete, sudor. Olor a azúcar que brota de cada poro, obrero satisfecho. Seguir, mirar hacia delante, cumplir la norma, la meta del corte propuesto.

Evocaciones provocadoras. Testimonio de una época en la que la caña, el central, la última molienda eran el centro de la cotidianidad de aquella Cuba.

Memorias que se renuevan con la más reciente exposición de carteles que acoge la galería Villena de la Plaza de Armas, en La Habana Vieja. La muestra, bajo el nombre de “Azúcar”, la componen unos 30 carteles serigráficos relacionados con la temática de la industria azucarera.

Valiosa por el motivo escogido y el soporte que utiliza, “Azúcar” propone un recorrido desde los años 60 hasta los 80, y exhibe piezas prácticamente novedosas al público de reconocidos cartelistas como René Mederos, José Papiol y Juan Antonio Gómez (Tito).

Gracias al esfuerzo y la iniciativa de los curadores Pepe Menéndez, Damián Viñuela y Michel Hernández Corría, se pone a disposición del público una representación de carteles de notable calidad gráfica, que fueron no solo testigos, sino apoyo de las contiendas macheteras de aquellas décadas, decisivas en la economía del país.

Y es que Cuba cuenta con una rica tradición en la cartelística, y a su vez siglos de historia y economía se sustentan en la caña, pues nacimos como productores de azúcar. Dos hitos de la cultura cubana que motivan la muestra.

Para el diseñador Pepe Menéndez, elegir precisamente este tema para llevarlo a una galería es un acierto. “Cuando se mencionan los años dorados de la cartelística, son generalmente otras las temáticas que se abordan. El cartel cubano tiene varias facetas. Hay una muy famosa, publicada, expuesta y premiada, que son los carteles de cultura, en específico de cintas cinematográficas.

”Hay otra relacionada con la propaganda política, el internacionalismo, la solidaridad, las movilizaciones y campañas ideológicas, educativas. Dentro de esta última el tema del mundo laboral, de los obreros, es muy específico, pero prolífico y, al mismo tiempo, poco mostrado y expuesto, porque para muchos es un tema un poco árido para llevar a galerías. De ahí que no sea común que se exhiban piezas relacionadas con esta faceta del cartel.

”Nos pareció que era algo fresco, atractivo para el público, que podía revelarle al espectador una cara nueva de un arte de comunicación muy conocido, como es el cartel; en los últimos años bastante frecuente en galerías y museos. Se trata de piezas poco vistas. Para la mayoría de los asistentes son todas nuevas. De los autores, hay muchos que son conocidos, pero no necesariamente son sus piezas más representativas”.

Menéndez contó a Cubahora que esta muestra forma parte de un proyecto que viene desarrollando junto a Damián y Michel desde hace seis años. “Es la sexta vez que organizamos una expo, siempre en el mes de enero. Cada año elegimos un tema de la cartelística cubana que puede ser epocal, autoral, visual o conceptual; y para ello utilizamos colecciones personales de carteles cubanos. Mis compañeros comparten la propiedad de una gran colección y yo tengo la mía. La primera exposición que hicimos tuvo como nombre ‘Rojo’, y lo que tenían en común las piezas era el uso del color; en esta ocasión lo que las une es la temática”.

”Hay obras tanto de los años 60, 70 como de los 80 —puntualizó Menéndez— lo que demuestra además que el tema azucarero ha desaparecido en buena medida de la cartelística cubana, si exceptuamos el cartel que hemos hecho para la exposición, de la autoría de la diseñadora Laura Llópiz, quién enfrentó el reto de trabajar un asunto inédito para ella, un cartel donde tuviera que mostrar un machetero”.

El tema de la agroindustria azucarera, el campo, el machetero, el central y el pueblo, las identidades que se tejieron alrededor de la molienda, son todavía asuntos sensibles en la vida cubana del último siglo, y muy en particular de los últimos diez años. Alza y declive de una industria que constituye una fuente de cultura para la nación, y que prácticamente desaparece en medio de imperativos de la economía mundial y de coyunturas del país.

¡Vía libre al azúcar del central! ¡Los 10 millones! ¡Bang! ¡Arrancar con eficiencia y calidad!; son algunos de los gritos que desde la pared nos trae “Azúcar”, una propuesta acertada, que tiene el reto de debatir con el público y ponernos, desde la maestría y la gratificación visual, a pensar.

 


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Lisandra Lázara Fariñas Acosta


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